Les Luthiers dicen adiós a su público en España: 55 años en los escenarios, 10 millones de espectadores y 4.400 millones de risas

Una gira española con 28 actuaciones despide al grupo argentino de humor musical y verbal. ‘Más tropiezos de Mastropiero’ se estrena este miércoles en Madrid, y viajará por Sevilla, Nerja, Barcelona y Sant Feliú de Guíxols

Los miembros de Les Luthiers, en la presentación de su gira española este martes en Casa América, en Madrid.Foto: A. Pérez Meca - EP | Vídeo: EPV

Se acabó. La última gira de Les Luthiers, ese grupo humorístico argentino que ofrece felicidad durante dos horas, está en marcha. La hilaridad provocada por sus instrumentos estrafalarios y sus juegos de palabras envueltos en una depurada técnica musical y escénica dejará paso al desconsuelo de sus seguidores.

Es ley de vida. Quedarán los vídeos y los discos, y la memoria de millones de carcajadas: una media de 444 por función, ante más de 10 millones de personas en total; lo que viene a dar unos 4.440 millones de r...

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Se acabó. La última gira de Les Luthiers, ese grupo humorístico argentino que ofrece felicidad durante dos horas, está en marcha. La hilaridad provocada por sus instrumentos estrafalarios y sus juegos de palabras envueltos en una depurada técnica musical y escénica dejará paso al desconsuelo de sus seguidores.

Es ley de vida. Quedarán los vídeos y los discos, y la memoria de millones de carcajadas: una media de 444 por función, ante más de 10 millones de personas en total; lo que viene a dar unos 4.440 millones de risas repartidas en cerca de 7.700 actuaciones.

La despedida española es larga y a la vez cortísima: empieza este miércoles 31 de mayo en Madrid y terminará el 9 de julio en Sant Feliú de Guíxols (Girona), tras pasar por Sevilla (27 y 28 de junio), Nerja (30 de junio y 1 de julio) y Barcelona (4, 5 y 6 de julio). En el Gran Teatro Príncipe Pío de la capital española permanecerán hasta el 25 de junio (con descansos los lunes y los martes). Antes se despidieron de varias localidades argentinas, y de México, Colombia, Costa Rica, Chile y Uruguay. Y después los esperan en Bolivia, Argentina de nuevo, Uruguay, Costa Rica, Perú y Estados Unidos.

Concluyen así 55 años de vida artística alentada por el buen humor en su doble sentido: el ánimo alegre y los chistes de calidad. Sus vitrinas guardan un premio Grammy (2011), la Orden de Isabel la Católica (2007) y el Princesa de Asturias (2017), entre otros prestigiosos reconocimientos.

En ese tiempo el grupo se repuso de la muerte de Gerardo Masana en 1973, a los 36 años; y más tarde de las de Daniel Rabinovich (2015), a los 71, y Marcos Mundstock (2020), a los 77; así como de la jubilación voluntaria de Carlos Núñez Cortés (2017), a los 75. Pese a que este último se mostró partidario de la retirada total de Les Luthiers, los otros dos fundadores, Jorge Maronna y Carlos López Puccio, se mantuvieron firmes como el pino junto a la ribera, en unión de los cuatro nuevos integrantes (Tato Turano, Martín O’Connor, Roberto Antier y Tomás Mayer-Wolf), que durante esa larga trayectoria los habían acompañado en calidad de reemplazantes durante las giras a fin de prevenir cualquier contratiempo de los músicos titulares. El público ha disfrutado así de seis años de prórroga en el gozo.

Pero Maronna, de 75 años, y Puccio, de 77, anunciaron el pasado enero que ha llegado el momento del final: “Nuestros músculos y articulaciones nos anticipan que pronto comenzarán a presentarnos impedimentos”. La decisión de los fundadores (y propietarios de la marca) no hizo felices a los demás integrantes actuales: “Refunfuñaron al principio”, cuenta Puccio, “pero comprendieron nuestras razones”. Y Maronna agrega: “Ellos son jóvenes impetuosos que todavía no conocen el peso de las canas”.

Roberto Antier, de 60 años, que asumió los papeles de Mundstock, explica que no ha hecho planes ante esta situación porque eso le entristece: prefiere vivir el presente. “Y pensar en un final me amargaría. ¿Cómo vas a disfrutar la vida si pensás que un día te vas a morir? Pero, en fin, médico o arquitecto ya no voy a ser. Seguramente mi después estará relacionado con mi presente, que es dar felicidad siendo felices”.

Los miembros de Les Luthiers durante la presentación de la gira '¡Chist! Antología', en 2012 en Sevilla.PACO PUENTES (EL PAIS)

¿Y no habrá que prevenirse ante posibles desmanes de la secta de seguidores de Les Luthiers por esta retirada? Maronna disipa los temores con una broma: “Lo de los destrozos en el Teatro Real fue un hecho excepcional, un accidente involuntario”. Y Puccio remata: “Existen otros tipos de seguidores capaces de provocar desmanes mayores”.

Pero queda en el aire todavía la posible reacción de sus propios aprendices: Turano, O’Connor, Antier y Mayer-Wolf. ¿Y qué pasa si se rebelan y deciden continuar por su cuenta con el repertorio? Algo así como las actuaciones que desde hace años ofrece Pancho Varona con las canciones que canta Sabina, o los casos de artistas que interpretan a los Beatles, o a Elvis…: ¿Autorizarían algo así los fundadores de Les Luthiers? “Es posible”, ironiza Maronna, “a lo largo de nuestra historia hemos autorizado a varios grupos de artistas a hacer la Gira Sabinera”.

Puccio contesta luego más en serio: “Daríamos esa autorización siempre que se garantizara la calidad que han mantenido Les Luthiers a lo largo de toda su carrera”. Pero precisa enseguida que la decisión y los derechos pertenecen conjuntamente a los tres fundadores vivos y a los herederos de Rabinovich y Mundstock.

Roberto Antier, en el lado de los nuevos, se sincera: “Me gustaría encontrar la manera de seguir. Muchísima gente nos pide que no dejemos de hacer esta artesanía única porque quieren llevar a sus hijos a vivir la experiencia intransferible de reírse miles de personas juntas a un mismo tiempo”.

En estos días, Puccio y Maronna cumplirán las 8.000 funciones, incluso van a superarlas. ¿Guardan algún recuerdo único y especial de alguna de ellas en concreto? Maronna responde: “Nunca olvidaré la función 4.763. ¡Fue preciosa!”. Y luego detalla las de lugares poco habituales para ellos: “La del maravilloso Teatro Romano de Mérida; un recital al aire libre en Buenos Aires, ante una multitud fervorosa, cuando cumplimos 40 años; o el concierto en el Teatro Colón de Buenos Aires, junto con Martha Argerich y dirigidos por Daniel Barenboim, un lujo que jamás habíamos soñado”.

¿Este final es una cuestión de principios? Puccio responde: “De ninguna manera. Carecemos de principios”. ¿Y todo final es un principio? “Después del final vamos a poder comprobarlo”, añade. Maronna describe por su parte: “Se trata del mito del que renace de sus cenizas, como el Gato Félix”. Y pone cara de pícaro, claro. “Es como la serpiente que se muerde la cola. ¿Pero por qué lo hace, si duele?”.

En los sábados de las dos primeras semanas harán doble sesión en Madrid. Un esfuerzo agotador para personas tan mayores… “Lo es”, concede Maronna. “Pero nos consolamos pensando que sería peor una sesión triple”. Puccio anota: “La risa y el aplauso son vivificantes. En la segunda sesión del sábado serán revivificantes”.

La función actual reúne obras inéditas por primera vez en 15 años (los recientes espectáculos anteriores consistieron en recopilaciones). Maronna y Puccio se pusieron a ello en 2019 con un propósito que daba vértigo: construir un espectáculo de categoría Les Luthiers sin Mundstock (ya enfermo), ni Rabinovich ni Núñez, pero que explotara a su vez las características de los integrantes de la formación actual. Querían retirarse por la puerta grande, y que no les ocurriera como a Mastropiero cuando intentó entrar por ella: que estaba cerrada. ¿Y qué resultó? Resultaron tres meses de butacas agotadas en Buenos Aires, una actuación en Bogotá ante 8.000 personas, dos en México ante 5.000, funciones y funciones con un público que los despedía en pie… Eduardo Barone, conocido crítico argentino, escribió en Clarín el pasado 6 de enero: “El gran humor que siempre ha sido sello del grupo permanece entero. El trabajo de los ‘cuatro nuevos’ puede sorprender incluso a los más fanáticos de la formación clásica. Sería un grosero error, entonces, ir a este show esperando más de lo mismo”.

Esta última creación se titula Más tropiezos de Mastropiero, y la enlaza como hilo conductor precisamente una entrevista con Johann Sebastian Mastropiero, ese enigmático compositor que vino al mundo un 7 de febrero, pero no se sabe de qué año; ni siquiera de qué siglo. Tampoco consta si nació a la vez que su hermano gemelo, Harold, porque vivió en distintas épocas y cultivó muy diferentes estilos artísticos: contemporáneo de Mozart, compuso obras renacentistas y barrocas, además de cumbias y boleros.

Eso sí, Mastropiero siempre quiso cultivarse: “Pasaba largas horas en la biblioteca de la opulenta marquesa de Quintanilla, cuyos volúmenes lo apasionaban”. Y fue prolífico en todo. Tuvo tantos hijos con su esposa, que esta, llamada Rebeca, “llegó a pensar que no todos eran de ella”.

El tan enredoso legado de Mastropiero se dará este año su último garbeo por el mundo. Y cuando haya terminado, quedará en el aire una postrera esperanza: que los vídeos de Les Luthiers en YouTube figuren algún día entre las recetas universales destinadas a ensanchar la felicidad y endulzar la tristeza.

Qué significa “luthier”

“Luthier” proviene del término provenzal luth (“laúd”). Significa en origen “constructor de instrumentos de cuerda”, pero luego se aplicó al constructor de cualquier instrumento musical.

Las academias recogen esta palabra desde 2014 con la grafía “lutier”.

El nombre lo aportó en su día Jorge Maronna, en referencia a los demenciales instrumentos que el grupo pretendía crear para usarlos en sus actuaciones. Con ayuda de distintos artesanos (Carlos Iraldi, Hugo Domínguez, Fernando Tortosa), fueron naciendo la violata, el chelato, la mandocleta, el barríltono, la desafinaducha, el bolarmonio y otros muchos igualmente inclasificables.

Datos de la última gira

MADRID 
Gran Teatro Príncipe Pío. (Cuesta de San Vicente, 44). 
Aforo: 1.000 butacas. 
Precios: entre 35 y 80 euros. 
Fechas: Del 31 de mayo al 25 de junio (en distintos horarios). Lunes y martes, descanso. Sábados, doble función. 
Entradas aquí.

SEVILLA 
Palacio de Congresos y Exposiciones (FIBES). Avenida del Alcalde Luis Uruñuela, 1. 
Aforo: 2.700 localidades. 
Precios: entre 27 y 80 euros (a las 21.30). 
Fechas: 27 y 28 de junio, en distintos horarios. 
Entradas aquí.

NERJA (Málaga) 
Jardines Cueva de Nerja. Urbanización Cueva de Nerja, 3,  
Aforo: 1.500 espectadores. 
Precios: entre 60,50 y 77 euros. 
Fechas: 30 de junio y 1 de julio (a las 22.30). 
Entradas aquí.

BARCELONA 
Auditori del Fórum. Plaza de Leonardo da Vinci, 4. 
Aforo: 2.400 butacas.  
Precios: Entre 40 y 75 euros. 
Fechas: 4, 5 y 6 de julio. A las 21.00 horas.   
Entradas aquí.

SANT FELIU DE GUÍXOLS (GIRONA) 
Guíxols Arena. Avenida de Catalunya, s/n. 
Aforo: 2.000 localidades 
Precios: Entre 40 y 75 euros. 
Fechas: 9 de julio. A las 22.00.
Entradas aquí.

Jorge Maronna

75 años. Estudió guitarra clásica y es especialista en instrumentos de cuerda: el sitar, el laúd, la mandolina…, pero también toca la “lira de asiento” o “lirodoro” (creada con la segunda tapa de la taza del cuarto de baño), el “barríltono” (un bajo formado sobre un barril de madera), y el “bolarmonio” una especie de marimba a base de balones de plástico). Ha escrito libros de humor (entre ellos, uno titulado Cantando bajo la ducha), colaboró en el guion de una telenovela humorística colombiana titulada Leche y además compuso las 30 canciones de la serie, lo cual es también la leche. Estudió Medicina, pero dejó la carrera “sin haber hecho más que varios simples trasplantes cardiacos y cerebrales”.

Carlos López Puccio

76 años. Violinista y compositor, licenciado en dirección orquestal. Ha sido director del Coro Polifónico Nacional de Argentina y ha dirigido a la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires en el Teatro Colón. Además de la inusual violata, toca el piano y el bajo. Es zurdo, pero toma el arco con la mano derecha. Así que en eso es doblemente diestro.

Tato Turano

69 años. Pianista y guitarrista, cantante de boleros y de jazz. De 2000 a 2015 fue el principal reemplazante del quinteto titular cuando alguno de ellos sufría un contratiempo. Entre él y Martín O’Connor se repartieron las funciones del fallecido Daniel Rabinóvich. Forma parte también de los grupos El Faro del Jazz, Mainstram Jazz y Turano Jazz Trío (aunque no lo parezca, los tres se dedican al jazz). 

Martín O’Connor

56 años. Tiene formación como tenor lírico. Igual que Turano, fue suplente en Les Luthiers (de 2012 a 2015). Se ha dedicado a la comedia musical, y participó en los principales espectáculos de ese género presentados en Argentina, entre ellos Grease o La bella y la bestia. Forma parte junto a su amigo Marcelo Gómez del dúo M&M (Marcelo y Martín), que desarrolla un espectáculo de lírica y humor. Sostiene con firmeza que el nombre Les Luthiers se adelantó al lenguaje inclusivo.

Roberto Antier

60 años. De 2015 a 2019 sustituyó a Marcos Mundstock cuando hizo falta. Ha trabajado como actor en la televisión argentina, y ha actuado como cantante de boleros y de jazz. Ha sido profesor de teoría musical y solfeo, y también toca el piano. Estudió jazz en Estados Unidos y al principio tocaba como aficionado. “Luego ya recibí dinero a cambio”, dice. “A cambio de dejar de tocar”.

Tomás Mayer-Wolf

42 años. El más joven de la formación, con distancia. Pianista desde niño, ahora es director de orquesta y ha compuesto canciones para Disney. Toca el piano, y ha venido desempeñando principalmente los papeles que dejó Carlos Núñez Cortés al jubilarse, después de haber ejercicio como reemplazante en Les Luthiers de 2015 a 2017. En estos días de estancia en Madrid aspira a jugar algún partido de fútbol.

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