El CNDM cierra su temporada contemporánea con una lección magistral de Río-Pareja
Un éxito fenomenal y poco esperado demuestra que la creación musical actual tiene recursos para asombrar y complacer
Último concierto del curso en el Auditorio 400. Para el aficionado poco avisado, parecía un concierto sin perfil; pero tanto el Ensemble Sonido Extremo como el compositor barcelonés José Río-Pareja se han encargado de desmontar esa falsa impresión. El concierto incluía dos piezas líricas de Río-Pareja (1973), junto con dos compositoras jóvenes que llaman la atención con su preparación y su arrojo. La más joven, Helena Cánovas Parés (1994), abrió el concierto con su obra Batega tot i tot està aturat, para un quinteto que dirigió con brío Jordi Francés, como hizo con todo el concierto, lí...
Último concierto del curso en el Auditorio 400. Para el aficionado poco avisado, parecía un concierto sin perfil; pero tanto el Ensemble Sonido Extremo como el compositor barcelonés José Río-Pareja se han encargado de desmontar esa falsa impresión. El concierto incluía dos piezas líricas de Río-Pareja (1973), junto con dos compositoras jóvenes que llaman la atención con su preparación y su arrojo. La más joven, Helena Cánovas Parés (1994), abrió el concierto con su obra Batega tot i tot està aturat, para un quinteto que dirigió con brío Jordi Francés, como hizo con todo el concierto, líder tranquilo de Sonido Extremo. Es una pieza con calidad y que muestra lo que puede alcanzar Cánovas en cuanto se libere del corsé neolachenmanniano al que todavía se abraza; tiene tiempo, talento y formación.
Entre la segunda obra y la cuarta y última, ambas de Río-Pareja, se escuchó el estreno absoluto de la otra compositora de la sesión, la hispanoportuguesa, nacida en Olivenza, Inés Badalo (1989). Una obra en la que una soprano (Isanella Gaudí) y, ocasionalmente, las voces de los instrumentistas, mostraron un rosario de canciones o girones de cantos portugueses y españoles que remiten a la frontera entre ambas realidades ibéricas. Es una obra de gran interés que muestra desparpajo y dominio técnico. Pero el mayor problema que tuvieron estas estimables compositoras fue encontrarse con medio concierto dominado por un creador en estado de gracia, José Río-Pareja, que mostró un nivel de imaginación y dominio técnico y estilístico abrumadores.
La primera pieza de Río-Pareja fue Tao longe de mim. Cuatro canciones sobre poemas de Alberto Caeiro, era encargo del Centro Nacional de Difusión Musial (CNDM). Contaba con la voz de un contratenor muy solvente, Xavier Sabata, y un conjunto instrumental preciosista. Se trataba de otra muestra de contagio creativo portugués (Caeiro es uno de los heterónimos de Fernando Pessoa). Pocas veces he escuchado en los últimos años una música tan fascinante; imaginación, dominio técnico, personalidad y un gusto musical realmente fuera de lo común, prácticamente desde el primer segundo de la obra. Era una carta de presentación fenomenal para enfrentarse a la última de sus piezas, el fragmento final de lo que será la ópera La paz perpetua, en la que Río-Pareja ha solicitado la colaboración del dramaturgo Juan Mayorga.
Ha querido la diosa fortuna que este concierto se haya casi solapado con la noticia de que a Mayorga se le ha concedido el Premio de Literatura Princesa de Asturias, lo que ha proporcionado un eco innegable en el que se notaba la atmósfera del acontecimiento, y el saludo de ambos creadores juntos, Río-Pareja y Mayorga, concitó la mayor ovación que yo recuerdo en estos conciertos contemporáneos del Reina Sofía. El fragmento, cantado por la soprano Isabella Gaudí, y el citado contratenor Xavier Sabata, tuvo un acompañamiento de lujo a cargo de un Ensemble absolutamente familiarizado con unas sonoridades de extraordinaria eficacia cuando se acometen con convicción.
De Río-Pareja asombra su sentido de la vocalidad, con fórmulas paratonales envueltas en una resonancia espectral que proporcionan sentido dramático a un texto que se presume excepcional, no siempre se entendía todo bien ni había apoyo de titulación o texto escrito, una pena en esta ocasión. Pero da de sí lo suficiente como para estar atentos a la presentación de la ópera completa. En suma, un éxito fenomenal y poco esperado que demuestra que la creación musical contemporánea tiene recursos para asombrar y complacer. Bravo por Río-Pareja y Juan Mayorga.
Ensemble Sonido Extremo
Director: Jordi Francés.
Contratenor: Xavier Sabata.
Soprano: Isabella Gaudí.
Obras de Helena Cánovas Parés, José Río-Pareja e Inés Badalo.
Ubicación: Auditorio 400. Museo Reina Sofía, Madrid.
Fecha: 6 de junio de 2022.
CNDM. Series 20/21.