Clark Spencer, presidente de Walt Disney Animation Studios: “Si contamos historias de otras culturas, vamos a hacerlo de la manera más auténtica posible”
El productor de ‘Encanto’, máximo responsable de la sección de dibujos animados de la factoría Disney, habla sobre cómo ha sido el proceso de recrear Colombia
Primero fue Vaiana (2016), con una historia marinera en las islas del Pacífico; después Raya y el último dragón (2021), presentando un mundo fantástico inspirado en el sudeste asiático; y ahora es el turno de ...
Primero fue Vaiana (2016), con una historia marinera en las islas del Pacífico; después Raya y el último dragón (2021), presentando un mundo fantástico inspirado en el sudeste asiático; y ahora es el turno de Encanto (2021), que explora el corazón de Colombia a través de una historia familiar. En Disney están comprometidos con mostrar otras culturas —siempre que la historia lo requiera— de la manera más fidedigna posible. El ejercicio de adaptar otras realidades no es nuevo y la compañía ya lo puso en práctica con títulos como Aladdin (1992), Pocahontas (1995) o Mulán (1998). Pero la manera en que lo llevan a cabo sí ha cambiado. Desde hace cinco años, un equipo de supervisores se encarga no solo de asegurarse de que todo sea verídico, sino de aportar experiencias propias que enriquezcan la película.
En Encanto, que tras haber sido número uno en las salas se estrenó el 24 de diciembre en Disney+, el equipo tenía la misión de recrear Colombia: sus costumbres, su gente y sus gestos, su fauna, su flora e incluso su música. Clark Spencer (Seattle, 58 años), productor de la película y presidente de Walt Disney Animation Studios, explica a través de una videollamada realizada en noviembre cuáles han sido las claves del proceso.
Pregunta. ¿Por qué eligieron Colombia para contar la historia de Encanto?
Respuesta. Byron Howard [animador] y Jared Bush [guionista], que habían hecho Zootrópolis (2015) juntos, acordaron que su próxima película sería un musical, y Bush había trabajado en Vaiana con Lin-Manuel Miranda. Así se unieron los tres. Decidieron que querían contar una historia sobre la familia. Y Lin dijo: “Me encantaría que se desarrollara en algún lugar de América Latina”. ¿Por qué Colombia? Es un cruce de caminos de Latinoamérica y es un lugar muy diverso. Miranda, Howard y Bush fueron a Colombia durante dos semanas y se enamoraron del país y de su belleza.
P. ¿Cómo fue el proceso de documentación para recrear Colombia?
R. Íbamos a enviar nuestro equipo a documentarse cuando ocurrió el confinamiento. Así que creamos un equipo para guiarnos formado por antropólogos, arquitectos, musicólogos y botánicos que conocían bien Colombia. Supervisaron todo el material, hasta los detalles de cada planta y de los animales uno a uno. Teníamos que asegurar que la representación era fiel y auténtica.
P. ¿Y están satisfechos con el recibimiento que ha tenido la Colombia que han mostrado en Encanto?
R. Nuestro equipo de supervisores de Colombia decía que estaban muy felices y emocionados de ser parte de la película, porque dicen que su país y su gente nunca habían sido retratados de esta manera fuera de Colombia. Siendo específico, había un chico de 16 años, que era sobrino de uno de los consultores, que había venido a ver la película, y me dijo: “No tienes idea de lo que esto significa para mí, que haya una película que muestra la cara de Colombia. Y cuando tenga hijos quiero compartir esta película con ellos porque se verán a sí mismos y la belleza del país”.
P. ¿Cómo de determinante ha sido ese equipo? ¿Ha establecido esta fórmula para todas aquellas películas en las que recrean otras culturas?
R. Hemos dado continuidad a esta manera de trabajar, que empezamos con Vaiana (2016), ambientada en las islas del Pacífico, y con Raya y el último dragón (2021), donde contamos una historia sobre el sudeste asiático. Nos reunimos con estos equipos cada semana y son de una ayuda incalculable. Ya no se trata solo de la autenticidad, sino de que además ellos puedan aplicar su experiencia. En Encanto hay un momento en el que Mirabel está debajo de la cama con Antonio y saca un regalo. Antonio lo mira y ella usa sus labios y su cara para señalarlo, en lugar de usar su dedo, y eso vino de una conversación con nuestros consultores donde dijeron en Colombia y otras partes de América Latina, esa es una forma de señalar. Y eso se refleja en la gente que ve tu película y te dice que “eso lo hace mucho más profundo”. Y me encanta ese aspecto que, aunque lleva tiempo, es fundamental. Si tenemos una responsabilidad y si vamos a contar historias de otras culturas, vamos a hacerlo de la manera más auténtica posible.
P. Gran parte de la película transcurre dentro de una casa y en un entorno familiar. ¿Es a propósito, para mostrar cuánta profundidad puede tener una familia en su hogar?
R. Queríamos contar una historia sobre tres generaciones de una familia, así que habría 12 personajes en esta película, algo que nunca hacemos. Históricamente, siempre hemos contado historias de una pareja de personajes, porque son más fáciles de contar. Cuando tienes 12, tienes que descubrir cómo, en 90 minutos, dejas que los espectadores entiendan y se enamoren de todos. Obviamente, la protagonista es Mirabel, pero viene de esta gran familia y todos viven en el mismo hogar, algo habitual en la cultura de América Latina. Parte de la película iba a transcurrir en la casa, así que queríamos que se sintiera grande. Así surgió la idea de que fuera una casa mágica, en la que cuando obtienes tu don mágico a los cinco años también una habitación propia que es mucho más grande que la casa. Por ejemplo, la habitación de Antonio está basada en la región de Valle en Colombia. Nos dio la capacidad de expandir la película y mostrar otras regiones del país.
P. Esta es una película con mucho realismo mágico, algo que tiene mucho sentido teniendo en cuenta que es Colombia. ¿Van a intentar adaptar la cultura de cada país?
R. Tendremos que dejar que suceda si un director quiere, pero me encanta la idea del realismo mágico, porque está presente en la narración y es algo muy importante para Colombia. Fue uno de los descubrimientos cuando el equipo investigó el país. Y cuando incorporamos a Charise Castro Smith, codirectora y coguionista, fue porque es una dramaturga que ama el realismo mágico y siempre lo tuvo presente como parte de la narración. Las personas que conocen el realismo mágico lo van a ver y sentir, pero si no, no importa, no tienen por qué entenderlo. Es una emoción.
P. ¿Hay alguna otra cultura que tenga ganas de recrear en futuras películas?
R. Nuestro proceso de elaborar películas, y creo que Encanto es un gran ejemplo de ello, no se basa en decir: “Oye, ¿en qué parte del mundo no hemos contado una historia?”. Estas películas son grandes y complejas, y llevan mucho tiempo. Byron y Jared han estado trabajando en esta película cinco años, por lo que tiene que ser un lugar que el director quiera contar y explorar, y eso es lo principal. Me emociona lo que estamos haciendo con Vaiana, con Raya y el último dragón y con Encanto, y es que estamos explorando otras culturas muy profundamente. Creo que será parte de nuestro futuro. Jennifer Lee, directora creativa y compañera en Disney Animation, cuando asumió el papel hace poco más de tres años, dijo: “Quiero mirar delante y detrás de la cámara y asegurarnos de que estamos representando a toda la gran diversidad de personas que son seguidoras de Disney”, y ahí es donde estamos.