‘Los nuevos mutantes’ pone fin a un rodaje de terror
El filme del universo de los X-men que Marvel rodó en 2017 llega a las salas de cine tras cuatro retrasos, una fusión empresarial y una pandemia global
13 de abril de 2018. Era el día en que el quimérico sueño de infancia del director Josh Boone (Virginia, 41 años) se iba a cumplir. Los cines proyectarían en pantalla gigante la idea que desde los ocho años rondaba su mente. Los nuevos mutantes era el cómic de Marvel que había desgastado en una niñez embriagada por el arte de los lápices de Bill Sienkiewicz. Tanto que su primera creación infantil fue un tebeo protagonizado por esa generación de alumnos del profesor Charles Xavier que batalla...
13 de abril de 2018. Era el día en que el quimérico sueño de infancia del director Josh Boone (Virginia, 41 años) se iba a cumplir. Los cines proyectarían en pantalla gigante la idea que desde los ocho años rondaba su mente. Los nuevos mutantes era el cómic de Marvel que había desgastado en una niñez embriagada por el arte de los lápices de Bill Sienkiewicz. Tanto que su primera creación infantil fue un tebeo protagonizado por esa generación de alumnos del profesor Charles Xavier que batallaban osos demoníacos y alienígenas lisérgicos. Pero años después, cuando actualizó aquellos dibujos surrealistas para adaptarlos al cine, sus padres ya no eran los únicos ojos mirando y opinando. Y esa fecha de final del viaje resultó ser una utopía.
Pronto llegó el primer retraso. Febrero de 2019. Y también un segundo. Las altas esferas de Fox, productora del filme, mandaron rodar nuevas tomas para hacer el filme más terrorífico, y menos raro. Lo movieron a agosto. Entonces cayó una bomba impredecible: Disney pagó unos 60.000 millones de euros por Fox y, con ello, por los X-men. Boone tenía entonces claro que la fecha de sus nuevos jefes, abril de 2020, era inamovible, incluso si era para deshacerse de él. Solo podía evitar el estreno un meteorito, una guerra o una pandemia mundial. Así llegamos al lanzamiento de ayer, 26 de agosto de 2020.
“Es una película de adolescentes encerrados en un psiquiátrico. Si escapan, dañarán a los demás. En realidad, estaba calculado para que se estrenara ahora. Todos los entendemos mejor”, bromea Josh Boone a EL PAÍS por videoconferencia desde su casa, un símbolo de los tiempos. “Desde entonces, he dirigido la serie Apocalipsis, de Stephen King, sobre una pandemia. Creo que tengo que parar”, recapitula, rodeado por cómics entre los que enseña un tomazo de lujo de Los nuevos mutantes. “En el mundo real no existen”, aclara, “el limbo ni los osos mágicos”.
Su película era casi una leyenda urbana. En cualquier momento podría haberse olvidado en un cajón, junto a Los 4 Fantásticos de 1994. “No pudimos hacer las tomas nuevas anunciadas, así que estrenamos la película original”, señala. El guion, una mezcla de horror y superpoderes, lo escribió con aquel amigo infantil con quien dibujó su primera obra, e incluía a Xavier y otros mutantes famosos. Tras el fracaso de las últimas entregas de X-men, Fox decidió encauzarla por libre. Sacha Baron Cohen iba a interpretar al loco alienígena Warlock y Antonio Banderas al padre de uno de los mutantes y posible villano de una trilogía. Nada salió adelante. Pese a acabar de rodarse en 2017, los periodistas ahora ni siquiera han podido ver la película antes de entrevistar a sus responsables.
“Es una película de adolescentes encerrados en un psiquiátrico. Si escapan, dañarán a los demás. En realidad, estaba calculado para que se estrenara ahora. Todos los entendemos mejor”, bromea Josh Boone
¿Cómo ha aguantado tanto giro? “Con mucha meditación”, apunta Boone. Responde, aún así, que estaría encantado de hacer otra película de superhéroes con los que creció, como Spiderman, Punisher, Daredevil y Secret Wars, pese a que las dudas son palpables: “Cuanto más grande es la propiedad, más manos la controlan. Y si te juegas mucho dinero es habitual que haya problemas. El único plan para que nadie te moleste es controlar el presupuesto, o desarrollarlo tú, así que intento mezclar ambos tipos de proyectos y que no me arrastre el aburrimiento”, suspira visiblemente agotado el director que dio a Fox el éxito Bajo la misma estrella: “Me confié demasiado, y me tiré a la piscina”. Entró al despacho de un directivo con una loca trilogía: la segunda sería una invasión alienígena y la tercera convertía la Tierra en un infierno.
¿Qué es lo mejor del fatídico proceso? “En un proyecto mayor no podríamos haber puesto en el centro el romance de dos mujeres, y es un milagro que hayamos hablado de religión. Queríamos mirar la realidad, al estilo Stephen King; cuanto más te acercas a lo personal, más crees en sus poderes”, reflexiona. Los otros referentes para ambientar la película son atípicos: Elm Street 3: los guerreros del sueño, Alguien voló sobre el nido del cuco, Inocencia interrumpida, Más vale muerto, El resplandor y El club de los cinco, de John Hughes.
EE UU mantiene los cines cerrados, aunque Boone está deseando devolver a los adolescentes a las salas para que se identifiquen con las emociones de sus protagonistas marginados. Para ello contó con las caras más prometedoras de Hollywood. La pareja lesbiana la componen la lobezna Maisie Williams (Arya de Juego de tronos) y la nativa americana Blu Hunt, mientras que Anya Taylor-Joy (Múltiple) interpreta a la hechicera rusa Illyana Rasputín. “Si no hiciera una secuela de Los nuevos mutantes, me gustaría verlas entre vengadores”. De momento, se conforma con no tener que responder más si su película está acabada o si todavía necesita retoques. Eso, y poder ver “por fin” Tenet.