Criminalística

Obligadas por la trascendencia social de la tragedia, todas las cadenas abundaron esta semana sobre la muerte de Diana Quer, hasta el punto que el jefe de la Unidad Central Operativa (UCO) de Guardia Civil admitió que la investigación que condujo a la detención del presunto asesino ha sido compleja, larga y la más mediática de su carrera. Bajo la lupa, dos millones de datos de teléfonos móviles, cientos de imágenes de cámaras de establecimientos y autovías, y cientos de entrevistas e interrogatorios. Chapó.

La relevancia de las pruebas forenses en el caso remite a un programa de televisión nacido en Estados Unidos en 1996, que se emite en La Sexta y Mega, de madrugada: Crímenes Imperfectos (Forensic Files), cuyo título original fue Médicos Detectives. Se han emitido más de 400 episodios de una tanda documental que recrea la investigación de asesinatos, epidemias y accidentes sospechosos bajo el supuesto de que no hay hay crímenes perfectos, sino delitos mal investigados.

Ciertamente, sorprende cómo una fibra, una bacteria o un sonido pueden llevar a la captura de asesinos. Sin pretenderlo, el espectador participa de las averiguaciones adivinando culpables y motivaciones. Tantos capítulos son sostenibles en Estados Unidos, que registró 4,8 asesinatos por cada 100.00 habitantes en 2015, un tercio sin resolver, pero no tanto en España, donde se mata menos. Es es el segundo país de la Unión Europea con el índice de asesinatos más bajo: 0,6 por cada 100.00 habitantes; se esclarecen ocho de cada diez.

El delito siempre tuvo su audiencia. Para atenderla, Trece emitió Detrás de la verdad, eliminado en noviembre por publicar fragmentos del vídeo de la presunta violación de La Manada. Un poco más lejos, en América Latina, el índice de asesinatos es desmedido, y la impunidad, escandalosa: más del 90%. En Honduras, El Salvador, Venezuela y vecindarios podría filmarse las series Policías Imperfectos, Policías Ineptos, Policías Corruptos, y Policías Cómplices. Casi todos siguen de servicio.