Zombis a la mexicana en la vuelta de ‘Fear the Walking Dead’
La espiritualidad ante la muerte, la cultura y los paisajes de México protagonizan la segunda temporada
Fear The Walking Dead tiene nuevos líderes. Victor Strand, el hombre al que las palabras ya no le sirven como arma y Alicia Clark, la adolescente que quiere ser tomada en serio. Ninguno tiene todavía el nivel y el carisma del personaje de Rick Grimes en The Walking Dead, pero son los aspirantes para ello. Strand y Clark son Colman Domingo (Philadelphia, 1969) y Alycia Debnam-Carey (Sydney, 1993). Ambos intérpretes pasaron por Madrid este verano para promocionar los ocho capítulos finales de la segunda temporada, que hoy comienzan a emitirse en AMC (03.30 en versión original subtitulada; 22.10 en versión dual). Esta temporada está ambientada y rodada en México, un lugar que da mucho juego a nivel cultural, místico y visual.
"El viaje de Strand ha sido épico. Durante un tiempo parecía el tipo malo hasta que apareció la gente mala de verdad", explica Domingo, intérprete que acumula más de dos décadas de éxitos en el cine y, sobre todo, en el teatro, donde actúa, escribe y dirige. Su personaje, que tuvo una presentación con uno de los mejores monólogos en la televisión de la temporada pasada, ha evolucionado de ser alguien misterioso y frío a ver cómo todo se desmorona en su vida. "Era la calma dentro de la tormenta, una persona que siempre ha tenido un plan A, un plan B y un plan C y, ahora que este último ha fallado, tiene que renavegar su curso".
La evolución de Alicia es diferente: "En la primera temporada la vimos como una adolescente que lo pasa mal porque tiene una familia fracturada. Ahora es cuando de verdad tiene que demostrar su fuerza y, más que nada, que es adulta", explica Debnam-Carey, conocida también por su papel en Los 100.
"Esta temporada es un viaje espiritual, algo que no se ve mucho en televisión", explica Domingo. "Los personajes se enfrentan a cosas que no son tangibles. Todos son pragmáticos sobre la muerte, asumen que es inevitable y tratan de averiguar el por qué de este mundo lleno de zombis. La serie plantea la gran pregunta de nuestras vidas: ¿por qué ocurre esto?". La muerte está siempre presente, ya sea por los infectados, el fallecimiento de un personaje o en las conversaciones entre ellos. Tanto que el elenco busca mil y una maneras de distraerse durante el rodaje. "Mella un poco en nuestro subsconsciente el estar rodeados de muerte todo el rato, pero tratamos de lograr un equilibrio en el set, somos un grupo divertido", cuenta Debnam-Carey.
El rodaje de la segunda temporada ha tenido lugar en el estado mexicano de Baja California, entre Ensenada, Tijuana y Rosarito, donde se encuentran los Baja Studios, creados por Fox para el rodaje de Titanic y cuya gigantesca piscina junto al mar se utilizó en otras producciones como Pearl Harbour. "El equipo, que era un 90% mexicano, es el que más duro trabaja y el más amable con el que he estado nunca", dice Domingo. "Pudimos trabajar en el agua, en el desierto, en las ciudades. Viviendo allí descubres que todo lo que has oído hasta ahora de México, tantas cosas negativas, es todo pretencioso. ¡México es un país muy vasto, con tanta variedad de gente y zonas para explorar!". Para la actriz australiana, el hecho de trasladar la acción de Los Ángeles a México es el acicate de la segunda temporada, que juega también con la idea de la frontera con EE UU: "Más que nada, ha influido en dar un aspecto diferente del apocalipsis, como con la superstición, las costumbres de la cultura mexicana. La parte visual es muy cinemática y preciosa".
Una serie diversa
Fear The Walking Dead ha hecho gala desde el principio de ser una serie en la que la diversidad, racial, cultural o sexual, es la norma. La falta de personajes de color fue muy criticada en el inicio de The Walking Dead, algo que fue cambiando posteriormente. Y los personajes gais comenzaron a aparecer con cuenta gotas con Tara, Aaron o Denise.
En la serie hermana, este aspecto está cuidado al máximo. "Nuestra serie en particular quería representar el este de Los Ángeles, que tiene mucha diversidad. La idea de que los protagonistas son de todas las esquinas del mundo, hay australianos, maoríes, latinos, gente del sur, es también una representación de América", dice Colman Domingo, cuyo personaje es gay. "Es un reflejo de la cultura y la sociedad. La diversidad es algo con lo que el público quiere también comprometerse más y ver representados todo tipo de género y relaciones", apunta Debnam-Carey.
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