Boric, la izquierda y Maduro

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Hola queridos lectores,

La postura de Gabriel Boric sobre el Gobierno de Nicolás Maduro marcó un punto político desde la izquierda. Un día antes de que el líder chavista se autoproclamó presidente de Venezuela, sin mostrar las actas electorales desde que el 28 de julio se realizaron las elecciones, como contamos en esta crónica de EL PAÍS Chile, Boric endureció su condena: “Desde la izquierda política les digo que el Gobierno de Nicolás Maduro es una dictadura”, dijo el jueves 9 por la tarde tras enterarse de la denuncia del equipo de María Corina Machado de que había sido detenida después de participar en la movilización convocada en Caracas (y luego liberada).

En estos meses convulsos, no es primera vez que Boric califica como una dictadura al régimen de Maduro, pero por el momento en que lo hizo tuvo una connotación especial. Si tras las elecciones de julio fue de los primeros en dudar, pública e inmediatamente, del resultado de los comicios y en exigir transparencia, en este enero de 2025 no solo se sumó a la censura de la izquierda del Cono Sur ante las violaciones a los derechos humanos en Venezuela, sino que fue, quizás, el líder más explícito, de su vereda política, en cuestionar a Maduro y su régimen.

Vienen ahora seis años con Maduro a la cabeza del país caribeño y en adelante, como ha dicho esta semana el canciller Alberto van Klaveren, las relaciones con Venezuela, donde Chile aún mantiene dos consulados, “va a seguir a niveles mínimos”. Es decir, los mismos niveles que había en mayo de 2023, cuando después de cinco años sin embajador en Caracas, Boric nominó Jaime Gazmuri. El socialista alcanzó a estar en el cargo aproximadamente un año, y uno especialmente complejo. Para el recuerdo quedó una fotografía de agosto de 2023, cuando el líder chavista recibió sus cartas diplomáticas y ambos sonreían, acaso como parte del protocolo.

Sin embargo, después de las elecciones, y en represalia al rápido cuestionamiento de los resultados por parte de Boric, Gazmuri fue expulsado de Venezuela junto a su cuerpo diplomático. Se mantuvo por casi seis meses en calidad de embajador ‘remoto’ desde Santiago. Y, en la víspera de la toma de poder de Maduro, el último gesto político-diplomático de Chile fue dar por finalizada su misión en Caracas. Fue una determinación que la Administración de izquierdas dio a conocer 36 horas antes la toma de posesión del líder chavista debido, dijo, a “la evolución de los hechos a partir de las elecciones presidenciales del 28 de julio de 2024 en Venezuela, tras las cuales Nicolás Maduro ha asegurado que seguirá siendo el presidente (...) como resultado del fraude electoral perpetrado por su régimen”.

Otras historias

Les recomiendo esta selección de entrevistas, crónicas y columnas que hemos publicado en El País Chile:

• La entrevista a la politóloga franco-estadounidense Rachel Théodore del periodista Pablo Marín, quien le he dicho que “las élites chilenas pueden diferenciarse en la ideología, pero son parecidas socialmente”. La investigadora vive en Santiago desde 2008 y se ha especializado en estudiar a los grupos privilegiados. Su mirada académica la explayó en 2022 en su texto El mito de la élite y su declive.
• La crónica de Antonia Laborde La casa de Salvador Allende en Guardia Vieja, puertas adentro, que cuenta las historias que guarda la propiedad del expresidente socialista en Providencia, en medio de la controversia tras la frustrada compra del Gobierno de Boric a la familia Allende para que fuera museo. La columna de Rodrigo Pérez de Arce, Hasta que la negligencia se haga costumbre, también aborda el tema: dice que la fallida adquisición “quedará como un símbolo involuntario de esta administración, una que confunde las buenas intenciones con la buena gestión, y el voluntarismo político con el verdadero ejercicio del poder”.
• El reportaje El arroz más austral del mundo desafía al cambio climático en Chile, de la periodista Maolis Castro, y que publicamos junto a América Futura, en la que desde la región de Ñuble cuenta cómo los arrozales chilenos están comenzando a adoptar técnicas para rebajar en más de un 50 % el consumo de agua en los cultivos y producir en condiciones climáticas extremas.
• También les recomiendo dos columnas: Otras verdades incómodas, en que Pierina Ferretti aborda cómo “desde la izquierda y el progresismo debemos retomar la preocupación por el desarrollo, por la creación de riqueza, por la innovación, por la modernización social, económica y cultural”. Y Niños, niñas y adolescentes de Roberto Sapag: dice que “una economía que no crece lo suficiente, como ocurre en Chile desde hace cerca de una década, va generando pesados bolsones que alimentan un círculo vicioso de vulnerabilidad al cual ingresan cada vez más chilenos”. Y, entre esos chilenos, escribe, especialmente, los niños, niñas y adolescentes.

Muchas gracias queridos lectores. En una semana más, estaremos nuevamente en sus buzones.