Masajes faciales japoneses

1. Teatro La Latina. Desde que llegué a Madrid soñé con trabajar en este teatro, en el templo de Lina Morgan. Siempre he querido ver mi cara en la fachada y ahora que lo he conseguido es muy emocionante. Un teatro del que siempre oyes hablar y que está en el imaginario de todos los actores españoles. (Plaza de la Cebada, 2).

2. Plaza de las Salesas. Una plaza pequeña, bonita y muy pequeña junto a la parroquia Santa Bárbara. Es uno de mis rincones favoritos porque me recuerda mucho a París. En una esquina venden instrumentos musicales y maquetas móviles que exponen en funcionamiento. En invierno te bajas por la tarde a ver el escaparate y te sientes como Macaulay Culkin en Solo en casa. Es una de las tiendas más maravillosas de Madrid.

3. La tienda del Museo Thyssen-Bornemisza. Me encanta visitar este museo y rematar el recorrido en la tienda, que dispone de artículos culturales originales vinculados con artistas y obras de arte. Es como una juguetería para adultos y tiene libros muy interesantes. (Paseo del Prado, 8).

4. Librería Panta Rhei. Me encanta. Tienen una colección de libros de moda espectacular y te puedes pasar horas ojeando su catálogo. Además, ofertan libros de arquitectura y de ilustradores maravillosos que difícilmente puedes encontrar en otros sitios y su colección de libros infantiles en inglés es espléndida. Las dueñas son majísimas. (Calle de Hernán Cortés, 7).

5. El Centro Smiling. Es un sitio que ofrece dentista y tratamientos de belleza. Siempre que tengo un evento paso por allí antes y el maquillador, David Francés, me prepara. Además, la dentista, Sandra, es amiga mía. Les tengo mucho cariño y aunque ya no vivo en el barrio de Chueca siempre es una excusa para volver a sus calles. (Calle de Hortaleza, 70).

6. The Beauty Concept. Es un centro de estética y masajes donde voy cada sábado. Me hacen unos masajes japoneses en la cara que me dejan nueva. Es una visita obligada cada semana. (Calle de Ortega y Gasset, 49).

7. La Qchara de Pachi. Un txoco donostiarra en pleno Madrid. Este restaurante regentando por Joseba, donostiarra como yo, tiene el ambiente de los locales de mi ciudad y es un pedacito de mi tierra en la capital. Los pinchos son buenísimos y me tratan genial. La última vez que fui me regalaron una réplica del Tambor de Oro que me hizo mucha ilusión, ya que no pude estar en la Tamborrada. (Calle del Capitán Haya, 50).

8. La fuente de Juan de Villanueva. Se encuentra en el Parque del Oeste, uno de los parques más bonitos y cuidados de la ciudad. Generalmente nunca hay gente y me gusta mucho pasear por ahí para desconectar de la ciudad. La fuente es una de las más vistosas de la capital. Dan ganas de quedarse a vivir ahí. (Paseo de Moret, 2).

9. Válgame Dios. Es un lugar sorprendente que reúne moda, coctelería y restaurante. Viví en la misma calle y era un local que me hacía sentir la vida de barrio. El dueño, Santi, es maravilloso y me trata genial. Recomiendo el atún rojo, que está buenísimo. (Calle de Augusto Figueroa, 43).

10. El Museo del Romanticismo. Es como una casita de muñecas con un patio espectacular. Un lugar para perderte, para estar solo y darse una vuelta. Es como atravesar una puerta del tiempo y aparecer ahí. Está muy bien conservado. (Calle de San Mateo, 13).