Caballero entierra a los seis meses su pacto con el PP en Vigo
El alcalde pone fin a la efímera alianza para llegar sin ataduras a las elecciones
El PP lo explicó como un pacto con vocación de continuidad. Pero cuando no se han cumplido ni seis meses desde que los populares apoyaran los presupuestos municipales del PSdeG, que gobierna en minoría, el alcalde de Vigo, Abel Caballero, ha dado por finalizado el acuerdo. Lo anunció por sorpresa en un acto que nada tenía que ver con la política municipal, durante una visita a una biblioteca. “El pacto ya se acabó”, zanjó Caballero.
El grupo popular se ha apresurado a darle un barniz de normalidad a la decisión del alcalde. “Hablaremos de las cuentas de 2015 cuando se hayan cumplido los acuerdos de 2014. De momento van bien, pero quedan flecos por resolver”, afirmó su portavoz, José Manuel Figueroa. Sin embargo, la decisión del PSOE vigués viene a reforzar las tesis de los que, dentro del PP, se resistían a facilitar los presupuestos de Caballero para 2014, entre los que crece la sensación de que el alcalde los ha utilizado políticamente.
Caballero tiene importantes razones para no someterse al desgaste de una nueva negociación con el PP. En clave local, la prórroga de las cuentas del presente año le permitirá llegar a las elecciones municipales de mayo con las suficientes inversiones en curso. También ha influido, según distintas fuentes, el cambio del contexto político desde la pasada primavera, después de la irrupción del fenómeno Podemos y de que se generara una corriente de rechazo en las filas socialistas al acercamiento al PP, a raíz de unas polémicas declaraciones del expresidente Felipe González.
“El alcalde sabe que se lo íbamos a poner muy difícil y no quiere salir mal parado de otra negociación”, reflexiona un portavoz de los populares. Pero el PP de Vigo no reniega ni mucho menos de los acuerdos alcanzados en marzo, y que cristalizaron en un pleno municipal de mayo, cuando el presupuesto salió adelante con los votos de socialistas y nacionalistas. “El balance en todo caso es satisfactorio: todo se ha cumplido o está en proceso de que se cumpla”, añade el mismo portavoz.
Uno de los grandes acuerdos de aquel pacto que aún no se han ejecutado es la adaptación del recibo del agua al consumo real, en el que trabaja un grupo de la Universidade de Vigo. También está pendiente la reforma de la Administración local, con la supresión de organismos autónomos. Pero el PP exhibe el desbloqueo a las infraestructuras de servicios que precisaba el nuevo hospital y la rebaja fiscal como principales logros del pacto, y sostiene que otros compromisos como el transporte metropolitano o la disposición de terrenos para la Cidade da Xustiza también se van a cumplir.
A todo este saldo añaden fuentes del PP “guiños” del alcalde socialista “a la derecha”, entre los que citan su resistencia a demoler la cruz de O Castro, pese a la sentencia que la considera un símbolo franquista e insta su derribo, y “otras muchas decisiones menores” que, aseguran, hay que interpretar como un síntoma de “moderación”. A falta de siete meses para las elecciones, ese tipo de decisiones ·no encajarían”, por lo que Caballero habría decidido “desmarcarse”. En todo caso, la mejor sintonía entre el alcalde y los populares se mantiene intacta en las últimas semanas.
El acuerdo entre populares y socialistas fue una sorpresa que surgió en marzo y sacudió el equilibrio de fuerzas en el Ayuntamiento de Vigo desde 2007, cuando Caballero eligió al BNG para gobernar en coalición durante su primer mandato y como socio de referencia en el segundo. Pero ante la negativa del Bloque a facilitar su gobernabilidad con un nuevo acuerdo presupuestario, este año recurrió al PP y encontró una respuesta afirmativa que sorprendió al propio presidente del partido, Alberto Núñez Feijóo.
De prorrogarse los presupuestos, como ha anunciado el alcalde, el gobierno local no podrá acometer nuevas inversiones antes de las elecciones municipales. Pero Caballero tiene todos sus proyectos importantes en marcha salvo uno, la reforma de Balaídos, para el que tiene el apoyo del PP garantizado, después de que el presidente de la Diputación y de los populares de Pontevedra, Rafael Louzán, ofreciese el apoyo económico de la institución provincial.
Al anunciar que no habría nuevo pacto, el pasado jueves, el alcalde aseguró que las cuentas de 2014 valen para 2015. “Lo que más importa está garantizado” con el actual presupuesto, señaló. Caballero advirtió que aunque no hubiera nuevas adjudicaciones en los primeros meses del año, la ciudad tiene en marcha las obras necesarias, mientras que la prórroga del presupuesto le serviría para reeditar las acciones de política social y empleo.
Este nuevo enfoque del pacto como un acuerdo puntual contradice la voluntad manifestada por Figueroa en mayo, cuando apoyó las cuentas del gobierno socialista. El portavoz municipal del PP afirmó entonces que no se le podía negar a aquel pacto una voluntad de “continuidad”, y se mostró dispuesto a seguir apoyando proyectos “importantes” del equipo de Caballero. Figueroa explicó que la alianza se debía a la “debilidad” del gobierno en minoría. “Un gobierno como el de Vigo no puede estar en minoría, necesita estabilidad”, afirmó.
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