La 'fragua' madrileña de las figuras del toreo

En la escuela aseguran que, antes que toreros, ellos forman hombres. Estos muchachos muestran en todo momento un respeto escrupuloso por los docentes, a quienes se dirigen en todo momento con la palabra 'maestro'. Por cierto, de entre el medio centenar de alumnos solo hay una chica, la primera en varios años.Carlos Rosillo

Apoyados en las paredes de la nave, los alumnos dejan sus instrumentos de trabajo: capote, muleta y espada. Suelen ser de la escuela aunque los estudiantes pueden traer el suyo. Algunos, incluso, graban su nombre.Carlos Rosillo

Para entrar en la escuela hay que tener entre 12 y 18 años. A los chicos que aún están en la escuela o el instituto se les exige que no descuiden su formación. Si alguno flaquea o trae malas notas le pueden 'sancionar' un tiempo prohibiéndole asistir a clase. El centro quiere evitar que, si al final no llegan a convertirse en toreros profesionales, tengan alguna "alternativa en la vida".Carlos Rosillo

Cuando están en la nave forman varios grupos pequeños, de unas cuatro personas. Practican entonces por parejas la técnica. Uno sostiene el capote mientras otro, que sostiene unos pitones, simula ser el toro.Carlos Rosillo

Los profesores supervisan en todo momento los ejercicios. En la imagen, dos alumnos practican el toreo de salón bajo la mirada de Juan Alcoba, 'Macareno', matador de toros sevillano. Tomó la alternativa en 1969, se retiró en 1985 y dos años después se convirtió en profesor de la escuela.Carlos Rosillo

Antes de lanzarse al ruedo los chicos tienen que aprender los movimientos, la técnica del tore. Es lo que se denomina toreo de salón y en la Escuela de tauromaquia de Madrid lo practican en una nave. El suelo, de pavimento, está cubierto de arena que los alumnos traen adherida a sus capotes y muletas.Carlos Rosillo

En la Casa de Campo de Madrid, frente al parque de atracciones, hay un recinto vallado que alberga una rareza: la Escuela de tauromaquia de Madrid 'Marcial Lalanda' lleva en funcionamiento desde el 4 de octubre de 1976 y desde 1982 es gestionada por el Gobierno regional. Se considera la veterana y 'madre' de las demás escuelas taurinas de España. Como ella hay otras tres más en la provincia de Madrid.Carlos Rosillo

Por las instalaciones de la escuela han pasado toreros como José Miguel Arroyo 'Joselito' y José Pedro Prados 'El Fundi, en los años 80 del pasado siglo. En los años 90 entraron diestros como Julián López 'El Juli', Miguel Abellán y Fernando Robleño. Esa época fue, además, la mejor para el toreo femenino, con la incorporación destacada de Cristina Valbuena, quien consiguió convertirse en matadora.Carlos Rosillo

Además de para matador, los chavales reciben adiestramiento en el ejercicio de poner banderillas. Con tal fin se usa un 'carro' con una jiba falsa donde, con cuidado y buena puntería, clavan las lancetas.Carlos Rosillo

Una escuela tan particular cuenta a su vez con un 'claustro' muy especial: cinco profesores y un director artístico, todos ellos exmatadores y exbanderilleros.Carlos Rosillo

La escuela cuenta entre sus instalaciones con una plaza que tiene un aforo de 800 personas y cuyo ruedo mide 33 metros de diámetro. Fue bautizada con el nombre de uno de sus primeros alumnos, José Cubero, 'Yiyo', quien perdió la vida en 1986 cuando, en la plaza de Colmenar Viejo, un astado le empitonó en la espalda alcanzándole el corazón. Tenía 21 años.Carlos Rosillo