Reflexionar sobre lo que pensamos

La acogida que en Europa ha tenido la coproducción internacional Cerebro. Viaje al interior, que desde el 28 de octubre se expone en el Parque de las Ciencias de Granada, no ha podido ser mejor. Cerca 80.000 personas han visitado este gran montaje expositivo, que estaba avalado por un gran éxito tanto en Nueva York como en China con 900.000 visitas.

 El museo de ciencias granadino es la puerta a Europa de esta exposición que propone, en más de 2.000 metros cuadrados, un viaje sin precedentes a través del cerebro humano. Lo aborda desde todas las perspectivas: el arte, la ciencia, la tecnología y la historia. Se trata de uno de los proyectos internacionales más ambiciosos de los que ha emprendido el museo y su gran apuesta expositiva para el recién estrenado 2013.

 El Museo Americano de Historia Natural de Nueva York y el Centro de Ciencias de Guandong, en China, coproducen junto al Parque de las Ciencias esta muestra que trata de acercar al visitante el órgano que dirige la vida del ser humano con obras de los artistas Daniel Canogar y Deborah Seperber, 31 módulos, cerebros humanos plastinados, modelos en tres dimensiones, audiovisuales y una veintena de elementos y objetos originales de Santiago Ramón y Cajal.

El recorrido comienza con una comparativa entre la estructura más simple de conexiones nerviosas propias de las medusas, animales sin cerebro, y la más compleja, el cerebro humano, en este caso el plastinado de una mujer granadina de 78 años. Este espacio da paso a la instalación Manojo de nervios del artista español Daniel Canogar y a las siguientes áreas en las que se estructura la muestra: Tu cerebro detector, Tu cerebro emocional, Tu cerebro pensante, Tu cerebro cambiante, El cerebro del siglo XXI, Cajal y las neuronas, Taller didáctico y Para saber más.

El público encontrará distintas experiencias en las que podrá leer palabras en braille o aprender, por ejemplo, que el cerebro humano combina partes más antiguas relacionadas con cerebros de lagarto, mamíferos, primates y homínidos. Puede sorprenderse al descubrir que el cerebro está siempre abierto al cambio o que la fidelidad de la pareja depende del nivel de oxitocina y el deseo del de dopamina.

 El brillo de los fuegos artificiales, el sabor de la sandía, el chasquido de un bate de béisbol o el olor de la lluvia en verano son sensaciones que aunque parecen llegar de forma automática las percibimos gracias a una compleja reacción en cadena de señales dentro del cerebro. ¿Por qué sonreímos? ¿Por qué se nos pone el vello de punta? ¿Cómo se inventa un idioma? A estas y otras muchas preguntas puede encontrar respuesta el visitante a lo largo de la muestra que propone un viaje a través del cerebro humano como centro de control de nuestros pensamientos, sentidos y emociones.