Sin pegar ojo en el yate

Buscan la tranquilidad y el descanso en el camarote de su yate, sin embargo, este verano las molestias de un discobar, que tiene la música a tope hasta las 8.30 de la mañana, no les dejan dormir. “Los decibelios nos impiden descansar, hay barcos que venían dos o tres días a Alicante y se han ido después de la primera noche, es insoportable”, asegura Luis Carrasco, uno de los afectados cuyo barco está amarrado a unos 35 metros del local Rockers, situado en la Marina deportiva del puerto de Alicante. “No entendemos por qué nadie se preocupa, unos por otros nadie hace nada”, se lamenta Carrasco.

Los propietarios afectados por el local de ocio nocturno han empezado esta semana a recoger firmas de apoyo y a remitir escritos de protesta al capitán de la Marina Deportiva del Puerto de Alicante, Javier González. En el escrito solicitan a González su “intervención inmediata ante la situación que estamos padeciendo”, según explican textualmente en el escrito. Carrasco recuerda que cada amarre en el puerto de Alicante supone un desembolso mensual de entre 400 euros y 1.200 euros, en función de la eslora del barco. Por ello, insiste, en que las autoridades “como mínimo deben garantizarnos el derecho al descanso”.

Javier González, capitán de la Marina Deportiva de Alicante, reconoce el problema que denuncian los propietarios, pero asegura que “la empresa no tiene competencias para resolverlo”. González asegura, a renglón seguido, que “las quejas se deberían dirigir a la Autoridad Portuaria o al Ayuntamiento de Alicante”. “Nosotros ya les hemos instado a que tomen las medidas oportunas”, añade.

En cualquier caso, la empresa que gestiona los 1.200 amarres del puerto de Alicante tilda de “poco representativas y simbólicas” las quejas que hasta el momento se han presentado.