“Hay mucho cabreo con el PSOE y nada de ilusión con el PP”
La candidata del PA advierte que las decisiones se tomarán en función de contenidos y no de poder
Pilar González (Mérida, 1962) reside en Andalucía desde 1980. Esta licenciada en Historia por la Universidad de Sevilla milita en el PA desde 1995.
Pregunta. ¿Una extremeña en el Partido Andalucista?
Respuesta. El andalucismo como ideología tiene mucho de apertura y yo elegí Andalucía como mi lugar en el mundo. Encontré en este partido un espacio cómodo, habitable y donde no te rechazan por el lugar de donde procedes.
P. ¿Siempre ha sido un espacio habitable?
R. Sí siempre. El andalucismo lo hacen las personas y he encontrado personas extraordinarias, comprometidas y valientes. Sé que hay cosas que se le pueden reprochar al andalucismo, pero dentro se hace autoanálisis y autocrítica, que es imprescindible.
P. ¿Qué le puede reprochar?
R. No encuentro motivos, pero entiendo que, desde fuera, tal vez por falta de explicación o transparencia de algunas decisiones, algunas de estas se han podido convertir en reproches.
P. ¿Como los pactos?
R. Hay otras opciones políticas que pactan con el diablo y no le reprochan nada. Falta cultura política para entender que dentro del sistema político, la opción de pactar es legítima. Conviene toda la transparencia y que sea sobre contenidos y no sobre poder descarnado. Programa, programa, programa.
P. ¿Cuáles son las líneas rojas de este programa?
R. Plan de empleo, banca social, energías renovables, renta social básica, derecho a la vivienda, identidad andaluza, desarrollo del Estatuto, Ley de Transparencia y reforma de la Ley Electoral.
P. Si el PP necesitara su voto y aceptara estas líneas rojas, ¿pactaría?
R. Lo que nosotros consideramos suficiente no es cuantitativo, sino cualitativo. Todo lo que tenga que ver con recortes en la autonomía, en el bienestar, de ninguna manera. Ni un euro menos para atención a la dependencia ni un médico menos. No creo que el PP sea la solución que necesita Andalucía. Lo que percibo en la calle es que hay mucho cabreo con el PSOE, pero ninguna ilusión con el PP. Percibo resignación o aceptación fatalista. Procuro sacudir, simbólicamente, a la gente porque las elecciones tienen que ser un acto de rebeldía. No votes lo que no te guste, lo que no compartas, a quien no te fíes…
P. El andaluz que apoye al PA, ¿qué vota?
R. Vota al nacionalismo andaluz de izquierdas, a una izquierda que no tiene que ver con la socialdemocracia ni con la que construyó el muro de Berlín. Me reclamo de una izquierda que tiene que ver con la ética, con valores y con el esfuerzo. Con saber quiénes son los más vulnerables. Nuestro compromiso es con Andalucía, como sujeto de la acción política. PSOE y PP la consideran lo que se denominaba, cuando yo estudiaba, un complemento circunstancial de lugar.
P. ¿Sería capaz de decirme: 'no votaré a Arenas'?
R. Sería capaz de decirle que, donde esté UPyD no estará el PA.
P. Algo es algo.
R. Es que la línea roja de la autonomía nos pone a cada uno en nuestro sitio. Mi proyecto no es ocupar el poder sino transformar la sociedad andaluza en un determinado sentido. Los juegos de poder son conyuntura, no estructura, no son cimientos.
P. Si no llega al Parlamento, ¿qué va a pasar con el PA?
R. En 2012 habrá un congreso nacional del Partido Andalucista, porque toca. La organización decidirá sobre su futuro. El andalucismo es una fuerza que, cuando brota, arrasa. Va a haber andalucismo siempre. Quiero que el PA sea la herramienta política de esa Andalucía.
P. ¿Aceptaría una consejería como Economía o Hacienda?
R. Que no, que me presento para ser presidenta o para influir desde el Parlamento.
P. Pero desde una consejería se puede hacer política.
R. Andalucía necesita una reforma del sistema productivo. No la reforma laboral del PP, que acabará como el picudo rojo con las palmeras, que no van a quedar. Probablemente nadie recordará los derechos que tenemos. Lo que hay que reformar es el sistema económico, apostando por la agroindustria, por el pequeño comercio, por la industria aeronáutica y náutica, por las pequeñas y medianas empresas. Sería más fácil esta transformación desde el poder, pero no lo quiero a cualquier precio. Somos diferentes y es verdad, no un discurso. Que quede claro: todas las decisiones que tomemos se van a basar en contenidos y no en estrategias de poder. Que les llegue el mensaje a los partidos mayoritarios.
P. ¿Tiene solución el paro?
R. La tiene, pero no es fácil. Pasa por la acción política de un pacto entre las fuerzas para bajar la tasa de paro de una cifra de emergencia, la andaluza, a una que sea un problema, que es la media de España. Ninguna fuerza política en solitario será capaz de acabar con el paro.
P. ¿Y medidas concretas?
R. Además de esa acción política, la acción estratégica: un plan de empleo prioritario que destine dinero a crear puestos de trabajo. La inversión sería de 40.000 millones de euros entre la UE, el Gobierno central y el andaluz para crear 400.000 puestos de trabajo. Canarias obtuvo un compromiso de 25.000 millones a cambio de dos votos a los Presupuestos de Zapatero. Es una cuestión de proporción.
P. ¿Pero en qué se invertiría ese dinero?
R. En jóvenes sin empleo anterior, energías renovables, agroindustria, industria, servicios y construcción.
P. ¿En construcción?
R. Básicamente, en rehabilitación de viviendas, de espacios públicos -no solo hacer aceras como en el plan Eñe- Recuperar edificios públicos, patrimonio… Sigue habiendo necesidades de viviendas sociales… La construcción hay que reactivarla.
P. De UPyD ha dicho que es la extrema derecha. Pero tiene muchas propuestas coincidentes con Equo. ¿Qué le diferencia?
R. El sujeto político: Andalucía. Tengo mucho en común. Hay un espacio de coincidencia. El andalucismo aporta el sujeto político que a ellos creo que les falta.
P. ¿Rojas-Marcos o Pacheco?
R. Los políticos del siglo XX, en los libros de Historia. Me separan muchas cosas de ellos. Pedro Pacheco tiene un proyecto personal, pero Andalucista no es. Rojas-Marcos fue fundador y ha cumplido un papel en la Historia de Andalucía y ahí merece estar.
P. ¿Su PA tiene algo que ver con ese?
R. Tiene que ver con el del origen, con el de la Transición. Volver al origen no es retroceder sino volver a comenzar.
P. ¿Qué expectativas tiene?
R. Estar en el Parlamento con voces, en plural, sería extraordinariamente positivo.
P. ¿Convenza al elector para que le vote?
R. Andalucía gana cuando apuesta por sí misma y ejerce la autonomía y el poder que tiene. El PA puede ser la herramienta más útil.
El congreso andalucista decidirá qué hacer con el partido
En las últimas elecciones municipales rozaron la resurrección. Durante unas horas del escrutinio llegaron a tener dos concejales en el Ayuntamiento de la capital andaluza, una pista excelente de despegue. Pero la fórmula D'Hont para el reparto de escaños les dejó fuera. Las encuestas sitúan ahora al PA también a las puertas del Parlamento. Si no lo consigue, habrá que tomar una decisión crucial sobre el furturo de una formación histórica que ha llegado a representar a Andalucía en la Cámara europea, en el Congreso con grupo propio y hasta en el Parlamento catalán.
Este año habrá congreso nacional. “Porque toca”, afirma su secretaria general, Pilar González. Será entonces cuando la organización decidirá sobre su futuro. “El andalucismo es una fuerza que, cuando brota, arrasa. Va a haber andalucismo siempre. Quiero que el PA sea la herramienta política de esa Andalucía”, afirma optimista la candidata a la presidencia de la Junta.
El PA surge del grupo Compromiso Político de Andalucía de Alejandro Rojas-Marcos y Luis Uruñuela en los años sesenta. Tras presentarse como Partido Socialista de Andalucía-Partido Andaluz (PSA-PA), en 1984 pasa a ser el Partido Andalucista.
Desde ese momento no para de crecer electoralmente hasta tocar su techo parlamentario con Pedro Pacheco en 1990. Los enfrentamientos entre este y Rojas-Marcos acaban rompiendo el partido, que lo paga en la urnas cuatro años después. La formación pierde sus diputados en Madrid y el dirigente jerezano funda el Partido Andaluz de Progreso. Rojas-Marcos deja la presidencia en 1994.
La reunificación de 1996 les permite repuntar un poco y por primera vez consiguen formar parte de un Gobierno autonómico al pactar con el PSOE de Manuel Chaves. Cuatro años después, reelegido Rojas-Marcos, se expedienta a Pacheco, quien rompe definitivamente y funda el PSA.
En 2004 vuelven a la oposición y dos años más tarde piden el rechazo al Estatuto de Andalucía, tras lo que el PA entra en barrena hasta perder sus representación parlamentaria y obtener solo el 2,79% de los votos.
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