Paseo
Con una exhibición de paz interna y cohesión, Arenas presenta sus listas sin el más mínimo sobresalto
Con una exhibición de paz interna y cohesión, Javier Arenas se pasea por Andalucía presentando sus listas de candidatos sin el más mínimo sobresalto interno. Como está escrito en los mejores manuales, todo el esfuerzo lo emplea en explicar sus propuestas, arremeter contra el contrario y presumir de sus nuevos ministros, muchos de los cuales le deben, en parte, su nombramiento, gracias a la influencia que ejerce en el Gobierno de Rajoy. Va en volandas auspiciado, además, por unas encuestas que siguen sin detectar descalabros a corto plazo por mor de la política de recortes.
Si bien todavía queda mucho por ver, por ejemplo, con las movilizaciones contra la reforma laboral, el dirigente popular tiene la suficiente habilidad como para pensar que saldrá indemne del trance hasta llegar al 25-M con sus aspiraciones de triunfo prácticamente intactas. En ese clima que raya la, tan temida por él, euforia, afrontan los populares esta semana la celebración de su congreso nacional en Sevilla. Otra excelente oportunidad para el lanzamiento del candidato rodeado de los suyos, en plena unidad, a la espera del definitivo asalto a San Telmo.
A buen seguro que aquí no se sucederán largas negociaciones que se prolonguen hasta el amanecer, ni enfrentamientos fratricidas. El cierre de filas es total por lo que no se van permitir el lujo de librar disquisiciones internas. En el PP han sido siempre maestros en el márketing político al abordar tanto lo que ocurra durante dicha cita así como en el poscongreso, fase a la que le sacan el máximo rendimiento en impacto mediático y ánimo a sus afiliados y electores.
La duda está en saber si se van a encontrar con la debida réplica en el PSOE, que sale de un difícil periodo de luchas intestinas sumamente debilitado. La fortaleza de la que hablaba Rubalcaba a la hora de referirse a su forma de gobernar el partido ha quedado en entredicho con la experiencia andaluza como, también, el esperado revulsivo que se suponía iba constituir la celebración aquí del congreso federal. Todo parece indicar que lo que realmente se dilucidaba en este proceso de confección de candidaturas era determinar quién es el que manda en la organización después de que algunos salieran chamuscados de la anterior contienda de las primarias antes que en un obligado esfuerzo para presentar a los mejores equipos. No de es de extrañar que sean muchos los que le den la espalda a los que, incapaces de concertar voluntades, se atreven a pedirle su confianza a los andaluces como si no tuvieran estos más problemas encima que atender las miserias internas de una familia excesivamente proclive al navajeo.
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