Sin hierba no hay ascenso

Ismael García mira al suelo con rabia contenida y no ve otra cosa que tierra. La misma tierra del terreno de juego que pisan sus jugadores durante toda la temporada. Isma, como le llaman, entrena al equipo de béisbol CBS Rivas-Vaciamadrid, el campeón de la Primera División en España, la segunda división, por detrás de la División de Honor.

El entrenador ha sido elegido Mejor Técnico de este deporte en España

Isma y sus jugadores no podrán competir en la máxima categoría de este deporte, que en España apenas tiene seguidores: “Hemos ganado tres años seguidos. Pero nuestra cancha es de tierra. Y la exigencia de la Federación Española de Béisbol y Sófbol de que los campos sean de hierba nos hace polvo. El Ayuntamiento de Rivas aún no lo ha construido, pese a que se comprometió hace tiempo”, se lamenta el entrenador, que el próximo lunes recogerá el premio de Mejor Técnico de este deporte en España, otorgado por la federación. El hueco dejado por Rivas lo aprovechará el segundo clasificado: el Gijón-El Llano, que tampoco ha confirmado su participación por falta de subvenciones.

Isma no mira el horizonte con rabia. Casi todos los días de la semana aparca por la tarde su oficio de cristalero y dedica su tiempo libre al béisbol. Este club lo preside José Manuel González, que es el buque insignia de los 200 socios que pagan una cuota de unos 30 euros. Pero el Rivas no es solo su equipo sénior. También hay equipos de infantiles, cadetes y juveniles. En total, unos 150 chavales, casi todos españoles, pero también procedentes de la República Dominica o Cuba.

Junto con Isma otros seis entrenadores acuden a las instalaciones del equipo para enseñar a los jugadores a practicar este deporte. Entre ellos destaca Antonio Domínguez. Las cenizas de su padre, como indica una placa, fueron depositadas en la tierra del terreno de juego. Precisamente Antonio Domínguez fue quien hace más de 21 años vio cómo un grupo de chavales de Rivas jugaban al béisbol con una pelota de tenis. Y fue él quien les enseñó las reglas básicas e incluso les dio material, por entonces mucho más difícil de conseguir que hoy. Desde ese primer día, la trayectoria deportiva de Isma incluye su etapa de jugador, concretamente como catcher o receptor, y la de entrenador. Todos estos años ligados a Rivas, excepto un periodo de tres años en los que formó parte de los Rojos de Tenerife, conjunto con el que conquistó la Recopa de Europa en París.

El próximo lunes 19 de diciembre Isma recibirá el premio. Se muestra agradecido, porque significa una promoción de su deporte favorito.

Recuerda con orgullo como un jugador cubano qusio entrenar con ellos.“Había abandonado a su selección en Holanda y había venido aquí de camino a EE UU”. Se trataba de Aroldis Champman, un famoso lanzador o pitcher cubano, que pretendía entrenar en Rivas hasta fichar por un equipo profesional de EE UU, concretamente los Cincinnati Reds. Isma recuerda la gran cantidad de llamadas que recibió de Estados Unidos, y el desinterés e ignorancia en España de la importancia de este jugador: “Los vigilantes de seguridad me llamaron por teléfono para preguntarme si Champman era uno de nuestros jugadores, y estuvieron a punto de echarle. Hubiésemos salido en todos los medios de comunicación de Estados Unidos”, explica este entrenador de 35 años, que sueña con entrenar a su equipo en la División de Honor. La crisis le aleja, de momento, de este sueño. Pero, lo importante es disfrutar de este deporte. Sea dónde sea.