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Crónica:Baloncesto | Final del Campeonato de Europa femenino
Crónica
Texto informativo con interpretación

Madera de campeonas

España, arrollada en la primera parte, vende cara su piel ante la potente Rusia

Robert Álvarez

Una final imposible en un Europeo memorable. La selección española no logró poner el broche de oro que tanto ansiaba para coronar el brillantísimo juego que desplegó a lo largo del campeonato. Se dio de bruces ante un rival demoledor, pero vendió cara su piel. Rusia es mejor porque cuenta con un arsenal de jugadoras con un enorme talento y una superioridad física palmaria. Cuenta con una especie de dream team a la europea, con una número uno que marca las diferencias: Maria Stepanova, una gigante de 2,03 metros que se mueve como una bailarina e intimida como un león. Y en torno a ella, desde magníficas directoras de juego como Rakhmatulina o Arteshina hasta finas tiradoras como Osipova o una colección de aguerridas pívots.

ESPAÑA 68 - RUSIA 74

España: Palau (18), Aguilar (3), Valdemoro (26), Pascua (2) y Montañana (11) -equipo inicial-; Lima (3), Sánchez (0), Zurro (5), Martínez (0) y Camps (0).

Rusia: Korstin (18), Arteshina (11), Rakhmakulina (4), Stepanova (8) y Osipova (12); Demagina (2), Shchegoleva (14), Abrosimova (5) y Vodopyanova (0).

Árbitros: Koromilas, Cerebuc y Tatic. Excluyeron por personales a Montañana (m.40).

Final del Eurobasket femenino. Palazzetto dello Sport de Chieti. Unos 1.500 espectadores.

4º CUARTO

3º CUARTO

2º CUARTO

1º CUARTO

13-23

11-21

21-9

23-21

Las españolas forman un equipo con tanto fuste como el de Gasol y compañía

Las españolas trataron, como siempre, de aplicar la defensa que les había permitido cantar victoria en todos los partidos excepto ante las propias rusas en la segunda fase (49-64). Estaban muy ilusionadas y convencidas de que su aguerrido estilo, basado en la rapidez, la garra y una defensa implacable y solidaria al máximo, podía darles la oportunidad del desquite. Pero no encontraron en la primera parte una dinámica suficiente para erosionar el poderío ruso. No lograban poner el turbo Elisa Aguilar y Laia Palau y no recibía con pista libre para penetrar o en buena posición de tiro para lanzar Amaya Valdemoro y tampoco lograba sacar su ventaja fuera de la zona Ana Montañana, la Garbajosa femenina. Faltaba velocidad, se cedían demasiados rebotes o, lo que es lo mismo, se concedían hasta dos y tres opciones de tiro a las rusas en muchos de sus ataques. Se brindaban demasiadas facilidades y, sin velocidad, el ataque español se daba de bruces una y otra vez contra la defensa estática rusa.

El partido iba camino de quedar solventado de forma prematura por KO. La desventaja española alcanzó los 21 puntos (23-44) al borde del descanso. Las sensaciones eran como para tirar la toalla, coger la plata y salir pitando.

Pero no es ése el estilo del equipo español. El seleccionador, Evaristo Pérez, cambió las consignas. La defensa española se dispuso en una zona 2-3 que encasquilló casi por completo al ataque ruso. Stepanova dejó de recibir con comodidad y Osipova de anotar, como todo el equipo ruso, que perdió su abismal ventaja con la misma facilidad con la que la había obtenido. Liderado por Laia Palau, el español se puso a carburar de tal manera que se hizo amo y señor del partido. Montañana, Palau, Valdemoro y Zurro encontraron vías de penetración en la defensa rusa. España llegó a amenazar con todas las de la ley a las rusas: 49-53 cuando faltaban ocho minutos para el final.

La defensa española había llegado a forzar hasta 16 pérdidas de balón de las rusas, una barbaridad, suficiente para enviar a la lona al equipo más pintado. No fue el caso de Rusia, que se rehizo ligeramente y volvió a encontrar recursos ofensivos para, cuando menos, quitarse el susto de encima (53-63). Restaban tres minutos y España continuaba emperrada en vender cara su piel. Lo consiguió. Empujó a Rusia a un último tiritón.

Un triple de Valdemoro puso el 65-69 en el marcador. Quedaban 50 segundos. La defensa española forzó unos pasos de Abrosimova. Con 20 segundos en danza, a Valdemoro (nombrada MVP del torneo) se le salió de la canasta una bandeja que podía haber provocado la última vuelta de tuerca. Perdió España, pero lo hizo con todos los honores. Fue su cuarta medalla consecutiva en un Europeo que ganó en Italia en 1993. Rusia, como sucedió en el Eurobasket masculino, volvió a frenar a España.

En cualquier caso, las jugadoras españolas demostraron que forman un equipo con tanto fuste como el de Pau Gasol y compañía. Con otras aptitudes, desde luego, pero con talento, con una estupenda dinámica de grupo, con excelentes fundamentos técnicos y tácticos, tanto colectivos como individuales. Vale la pena ver a este equipo, reflejo de una competición española que muchas veces se juega en la clandestinidad a pesar de que brinda un espectáculo notable y una calidad más que contrastada. El equipo llega hoy de regreso de Italia, alrededor de las dos de la tarde, a Madrid. Merece sobradamente un reconocimiento unánime al magnífico Europeo que ha hecho.

Isabel Sánchez, Amaya Valdemoro, Laura Camps y Elisa Aguilar (de izquierda a derecha), tras la derrota.
Isabel Sánchez, Amaya Valdemoro, Laura Camps y Elisa Aguilar (de izquierda a derecha), tras la derrota.AP
Las jugadoras aparecieron en la Terminal 4 de Barajas mostrando la medalla de plata, lograda en la final ante RusiaVídeo: ATLAS

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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