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Ortega y Murillo crean “Zonas Económicas Especiales” en Nicaragua para seducir a los inversionistas chinos

El régimen ofrece exoneraciones totales a capitales chinos en medio del riesgo real de quedar fuera del tratado comercial con Washington. La maniobra profundiza el giro hacia Pekín

Wilfredo Miranda Aburto

En la recta final antes de que Donald Trump decida si expulsará o no a Nicaragua del DR-Cafta, el tratado de libre comercio con Estados Unidos vital para la pequeña economía del país centroamericano, los copresidentes Daniel Ortega y Rosario Murillo aceleran su acercamiento a China. Tras firmar un TLC con Pekín que no ha generado los réditos prometidos, el régimen sandinista aprobó ahora la creación de las “Zonas Económicas Especiales de la Franja y la Ruta”. Aunque la exposición de motivos de la ley enviada por el Ejecutivo sandinista no menciona a los chinos, el nombre de la normativa es un claro guiño a la estrategia global creada por el mandatario Xi Jinping en 2013, que busca expandir la influencia económica y política del gigante asiático mediante inversiones en distintas regiones.

“El Gobierno de Reconciliación y Unidad fomenta el desarrollo socioeconómico del país, lo cual realiza mediante diferentes estrategias, programas y acciones como son la atracción y el fomento de la Inversión Extranjera Directa (IED) y la inversión nacional, las exportaciones, la diversificación productiva, la generación de empleo formal, la transferencia tecnológica e impulsar la competitividad nacional”, indica la normativa, aprobada en un contexto en el que los copresidentes se han alineado por completo con China.

Pero a la vez, Washington ha puesto en una encrucijada económica muy seria a los Ortega-Murillo: no sólo la posible expulsión del DR-Cafta, sino la imposición del 100% de aranceles a las importaciones nicaragüenses, ya que una investigación de la Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos (USTR, por sus siglas en inglés) determinó que las políticas, actos y prácticas del régimen copresidencial son “irrazonables” y constituyen una “carga o restricción al comercio estadounidense”, según una resolución emitida bajo la Sección 301 de la Ley de Comercio de 1974.

Las Zonas Especiales para los chinos ofrecerán beneficios fiscales y aduaneros a las empresas, como la exoneración del 100% de todas sus actividades económicas. Pero además, propone la exención del 100% del pago de Impuesto sobre la Renta de Actividades Económicas (IR) durante 10 años, renovables cada 10 años de forma indefinida. Una postura que contradice, al menos ideológicamente, la narrativa de “soberanía” de la pareja gobernante.

Al mando de las Zonas Económicas Especiales de la Franja y la Ruta han puesto a uno de sus hijos, el asesor presidencial para la Promoción de Inversiones, el Comercio y la Cooperación Internacional, Laureano Ortega Murillo. Lo acompañarán otros seis funcionarios sandinistas.

Más incentivos a los chinos

La creación de este régimen oneroso se suma al TLC firmado por los sandinistas con China en 2023, el cual ha avivado el comercio entre estas dos naciones. Sin embargo, ha resultado irrisorio a la par del tráfago de Nicaragua con Estados Unidos, que sigue siendo el principal socio comercial con más del 40% de las exportaciones colocadas en el mercado norteamericano.

Entre enero y mayo de 2025, las importaciones provenientes de China alcanzaron los 783.1 millones de dólares, consolidando al país asiático como el tercer mayor proveedor de bienes para Nicaragua con una participación del 15.7% del total. En cambio, las exportaciones de Nicaragua a China, representan solo el 1.9% de los destinos de la oferta exportable nicaragüense (69 millones de dólares). Eso lo deja muy por detrás de mercados tradicionales como Estados Unidos y Centroamérica.

Además del TLC con China, uno de los resultados más palpables para los nicaragüenses ha sido la invasión de comercios asiáticos en todo el país. Eso ha generado una ola de insatisfacción en el comercio local, que se siente desplazado por los asiáticos, quienes tienen una serie de beneficios fiscales.

El analista político y opositor despojado de su nacionalidad, Eliseo Núñez, explica a EL PAÍS que si bien las Zonas Especiales fomentan la creación de lazos comerciales con China, detrás de la relación subyace el interés de replicar mecanismos de control social. “En el modelo chino, las libertades están limitadas y el Estado administra el bienestar de la población, aunque de forma desigual y privilegiando a aquellos cercanos al poder”, sostiene.

Y agrega: “Si bien se garantiza empleo para la mayoría de los sectores pobres, este trabajo no conlleva necesariamente prosperidad, ya que los salarios suelen ser bajos. Esta realidad obliga a la ciudadanía a depender del Estado para acceder a servicios básicos como la salud y la educación, lo que incrementa la dependencia y facilita el control social hasta el punto de reducir la necesidad de represión física”.

En cambio, Núñez cree que para China hay mayores beneficios, porque lo acerca al mercado estadounidense, más si Nicaragua logra mantenerse en el DR-Cafta. “Para China, esto representa una oportunidad para colocar bienes de capital chino, fabricados en Nicaragua, en el mercado estadounidense evitando aranceles, en el contexto de su actual conflicto comercial con Washington. Así, Ortega utiliza el Cafta para obtener ventajas en el mercado estadounidense, que vende a China a cambio de protección política y militar frente al mundo occidental”, agrega el exdiputado.

Para concluir, Núñez afirma que el régimen Ortega-Murillo parece haber encontrado la manera de beneficiarse tanto del libre comercio occidental como del control social chino, “combinando ambos para asegurar ganancias y perpetuarse en el poder”.

“Sin embargo, para lograrlo, es necesario violar diversas normas del Cafta”, alerta el analista político. “La fuerte centralización del poder impide la existencia de mecanismos internos de control que permitan detectar y sancionar estas violaciones, lo que también afecta la transparencia y la verificación del cumplimiento de condiciones contractuales respecto a préstamos internacionales. Ortega explota las vulnerabilidades inherentes al entramado internacional occidental, diseñado para favorecer el control cruzado, presentando la información que activa mecanismos de financiamiento y ventajas comerciales a su favor”.

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Sobre la firma

Wilfredo Miranda Aburto
Periodista nicaragüense. Colaborador de EL PAÍS basado en Costa Rica, donde está exiliado. Ha cubierto temas políticos, en especial sobre violaciones de derechos humanos: desplazamiento forzado, tráfico ilegal de tierras indígenas, medio ambiente y ejecuciones extrajudiciales en Centroamérica. Ha ganado el premio Ortega y Gasset y el Rey de España.
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