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Cinco momentos clave que alzaron a María Corina Machado hasta el Nobel

La líder de la oposición venezolana ha recibido la noticia en clandestinidad. Ha estado delante y detrás de las cámaras durante más de una década de lucha por lograr la salida del chavismo del poder

María Corina Machado el 17 de agosto de 2024 en Caracas.Foto: Cristian Hernández (AP) | Vídeo: EPV
Florantonia Singer

En el arco de poco más de una década se ha fraguado como el concreto el liderazgo de María Corina Machado. La dirigente que acaba de ser reconocida con el Premio Nobel de la Paz y que recibió la llamada de notificación desde un lugar en Venezuela desconocido, porque se vio obligada a entrar en clandestinidad hace más de un año, se fue abriendo espacio para conducir el esperado cambio político en el país sudamericano y a la oposición al chavismo en un terreno gobernado por los partidos tradicionales y por los hombres. Machado fue activista por el derecho al voto, fue diputada independiente y encaró a Hugo Chávez en el Parlamento, fundó su propio partido, aspiró a la presidencia y ha resistido como pocos dirigentes la persecución férrea del aparato represión. Estos son los cinco momentos clave de su carrera política.

“La salida” en el primer año de Maduro

Nicolás Maduro recibió de Hugo Chávez un país moribundo y desencantado. En el primer año de gobierno, poco pudo hacer para frenar la inflación, disimular la escasez de alimentos y medicinas y contener la inseguridad. El 23 de enero de 2024, una fecha icónica para los venezolanos porque se conmemora el fin de la dictadura militar de Marcos Pérez Jiménez, Machado estaba del lado izquierdo de Leopoldo López. Anunciaron “La salida”, un movimiento popular cuyo objetivo era “encontrar una salida pacífica, democrática y constitucional” al Gobierno de Maduro. Esto comenzaría con asambleas ciudadanas y evolucionaría en un primer ciclo de protestas antigubernamentales contra el heredero del chavismo. Un espeso movimiento estudiantil reclamaba al Gobierno reivindicaciones sociales y días después de la proclama de López, Machado y el también dirigente opositor Antonio Ledezma, en el exilio como López, convocaron a una marcha por el Día de la Juventud. Esta movilización llegó al centro de Caracas, frente a la Fiscalía, y terminó con dos jóvenes asesinados y varios heridos y detenidos. Siguieron dos meses de protestas continuas. Leopoldo López fue encarcelado por “delitos de opinión”. Lo acusaron de que su llamado a “la salida” incentivó la violencia. Ledezma fue sacado a la fuerza de su oficina y llevado a la cárcel. Otros dirigentes de la coalición liderada por Voluntad Popular también fueron apresados. A Machado, que era diputada, le allanaron la inmunidad para investigarla por traición a la patria, la inhabilitaron para ejercer cargos públicos y le dictaron prohibición de salida del país.

Solidaria y crítica con Guaidó

El 2019, otro hito en la crisis política, encuentra a Machado reconfigurando su partido como un movimiento nacional. La irrupción de la presidencia interina de Juan Guaidó se convierte en una oportunidad para Machado para elevar su voz en la comunidad internacional, que finalmente comenzó a poner en duda la legitimidad de Maduro luego de las elecciones amañadas de 2018. Le dio su total apoyo y se convirtió en vocera para pedir medidas de presión contra el Gobierno de Maduro. Fue promotora de la idea de activar el mecanismo TIAR, el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca de la Organización de Estados Americanos, y apoyó la imposición de sanciones económicas al régimen de Maduro. La salida sería ahora a través de una “coalición liberadora” de Estados de la región. Luego del naufragio de la apuesta de Guaidó, que logró sumar el apoyo de más de 60 democracias del mundo, Machado señaló sus errores. “El país te dio una tarea que no has podido o querido cumplir”, dijo en ese tiempo. En 2023, cuando el dirigente finalmente se fue al exilio, como tantos liderazgos opositores devorados por el chavismo, Machado expresó su solidaridad.

Arrasa en las primarias

En 2023, el chavismo parecía reacomodarse con tranquilidad en el poder. Había pasado lo peor: el momento Guaidó, en el que Donald Trump también estaba sobre el escenario, la hiperinflación y la pandemia. En la Administración Biden, Maduro consiguió licencias petroleras para reflotar sus finanzas, pero también volvió a poner en la mesa una negociación con la oposición de cara al nuevo ciclo electoral. La oposición logró organizar primarias, no sin que el chavismo intentara echar mano. Volvieron a inhabilitar a la dirigente incluso antes de que compitiera. Machado, que había perdido en las primarias de 2012 frente Henrique Capriles Radonski, parecía tener un fuelle político corto, centrado en las clases medias. En las primarias de 2023, demostró que sus ideas liberales y el deseo de cambio político habían convocado un movimiento nacional que captaba seguidores en antiguos bastiones del chavismo. Arrasó en las primarias con 93% de los 2,4 millones de votos que se hicieron.

La jugada del 28 de julio

Machado fue impedida de competir como candidata unitaria escogida en primarias. Los servicios de inteligencia también comenzaron a perseguir a todo su equipo. Cuando quiso inscribir a su sustituta, Corina Yoris ,también bloquearon la posibilidad. El chavismo dejó competir al diplomático de 75 años Edmundo González Urrutia, la siguiente opción que buscó la dirigente para seguir en el juego que ya había iniciado. Lideró una campaña de calle, con encuentros multitudinarios en pueblos. A la par, había preparado una enorme maquinaria de defensa del voto que se activó en la larga jornada del 28 de julio de 2024 para obtener, resguardar y divulgar al mundo las más de 30.000 actas de votación para demostrar que Edmundo González había sido el ganador de la contienda y Maduro se había robado unas elecciones, que contaron con observación internacional del Centro Carter y el Panel de Expertos de Naciones Unidas, organizaciones que dieron validez a las denuncias opositoras. Este ha sido el golpe más duro en la legitimidad de Maduro.

La clandestina

Venezuela después del 28 de julio es otra. La represión se ha incrementado y ya no ocurren grandes movilizaciones de calle como en el pasado. Con González Urrutia en el exilio y casi todos sus colaboradores escondidos o en prisión, Machado decidió entrar en clandestinidad hace más de un año. A principios de este año, desafió al chavismo convocando concentraciones en todo el país. Apareció en una en Caracas, luego de la cual fue detenida brevemente por las fuerzas de seguridad. Ha pasado de lleno a los mensajes en redes sociales y en medios de comunicación para mantener viva la lucha por una transición política pacífica en Venezuela, porque se reconozcan los resultados de las elecciones presidenciales de 2024.

Con el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, alineó su estrategia a la de Estados Unidos de una lucha contra la criminalidad y el narcotráfico en la que el Gobierno de Maduro es un objetivo. Su equipo más cercano, que permaneció más de un año refugiado en la embajada de Argentina en Caracas, bajo asedio policial, logró salir en una operación secreta, ejecutada en mayo pasado y en la que intervino Estados Unidos. Machado cuenta esto como una nueva victoria en su causa, una demostración de la fuerza de la alianza con Washington, y como una nueva grieta abierta en la fortaleza represiva del chavismo. En este tiempo, sus críticos han señalado el respaldo absoluto a las medidas tomadas por el republicano, que han incluido deportaciones y encarcelamiento de venezolanos inocentes y la eliminación de beneficios migratorios como el TPS. Este viernes que se ha anunciado que ella, y no Trump, ha recibido el Nobel, ha incluido al presidente estadounidense en su primer mensaje como parte de los que la acompañan en la tarea de “conquistar la libertad” en Venezuela.

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