El futbolista Robinho entra en prisión para cumplir una pena de nueve años por una violación en grupo

El brasileño Robson de Souza, Robinho, de 40 años, condenado a nueve años de cárcel por violar a una mujer en 2013 en Italia, fue detenido este jueves por la noche, al día siguiente de que un tribunal de Brasil ordenara su encarcelamiento inmediato para cumplir la pena que le fue impuesta por un tribunal italiano en 2017 y confirmada hasta agotar todos los recursos. La decisión del Tribunal Superior de Justicia respondía a una demanda del Gobierno de Italia. El antiguo futbolista del Real Madrid, el Milan y el Manchester City fue arrestado en su casa, en Santos, en la costa del Estado de São Paulo, y conducido a una comisaría de la ciudad para someterse a una revisión médica y a una audiencia de custodia. De madrugada, fue trasladado a la prisión de Tremembé, a 150 kilómetros de la ciudad de São Paulo, conocida como la cárcel de los famosos.

El jugador, que proclama su inocencia y dice que la condena en Italia fue racista, había agotado horas antes su último recurso, un habeas corpus presentado ante el Tribunal Supremo de Brasil.

La prisión en la que ha empezado a cumplir la pena tiene unos 300 internos, celdas para seis personas y lo más importante, a diferencia de buena parte de los penales brasileños, no está dominada por bandas del crimen organizado. La mayoría de los presos son condenados con la secundaria o estudios universitarios. Por ella han pasado varios condenados famosos.

Como la Constitución de Brasil veta la extradición de sus ciudadanos y Robinho huyó de Italia antes de ser juzgado, fue condenado en ausencia y durante todos estos años ha vivido en libertad pese a la condena por una violación grupal. La sentencia dictada en Italia en 2017 y confirmada en 2021 y 2022 en el país europeo sostiene que el futbolista y varios amigos abusaron sexualmente de una mujer de 22 años en un local nocturno tras emborracharla. Solo Robinho y otro de los acusados fueron identificados, juzgados y condenados. El resto se escapó.

Tras la condena en Italia, Robinho siguió con su carrera profesional en Brasil hasta que en 2020 un medio brasileño publicó un audio que constaba en el sumario del caso en el que el jugador se reía de la víctima de la violación. En aquel momento acababa de ser contratado por el Santos, el club que les descubrió a él, a Neymar y al mítico Pelé. Ambas partes decidieron suspender el contrato firmado seis días antes. Robinnho no volvió a jugar profesionalmente.

La decisión de un tribunal español de dejar en libertad condicional a Daniel Alves si logra depositar un millón de euros de fianza y el encarcelamiento de Robinho han recibido amplia cobertura mediática en Brasil, pero un silencio casi generalizado en el fútbol oficial. La excepción más destacada, la presidenta del Palmeiras, Leila Pereira. “Nadie dice nada, pero yo, como mujer aquí al frente de la delegación [de la selección masculina, que está de gira por Europa], tengo que tomar posición sobre los casos de Robinho y Daniel Alves. Esto es una bofetada para todas las mujeres, especialmente el caso de Daniel Alves, que pagó por su libertad. Cada caso de impunidad es la semilla del próximo crimen”, declaró a UOL Pereira, la única mujer al frente de uno de los grandes clubes de fútbol del mundo.

El diario O Globo, uno de los más leídos de Brasil, se felicita este viernes en un editorial del fallo de los jueces brasileños sobre Robinho porque “evita que Brasil se convierta en refugio de condenados por delitos sexuales en otros países”. Decisión que contrapone a la de sus colegas españoles sobre Alves. Sostiene el diario carioca que, “por la gravedad del delito, [el antiguo jugador del Barça] debería esperar la sentencia definitica tras las rejas”, además de lamentar que “los jueces españoles no tuvieran la misma claridad y determinación que la justicia brasileña”.

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