Rusia sustituye las bananas ecuatorianas por las indias tras acusar a Quito de apoyar a Ucrania
Moscú prohíbe parcialmente las importaciones de Ecuador al sospechar que las armas de origen soviético que intercambiará Quito con Washington acabarán en Kiev. El Kremlin también pide a la Unión Europea que vete la importación de claveles ecuatorianos pese a su apoyo a Ucrania
El Kremlin ha desatado una guerra comercial con Ecuador por los planes de Quito de canjear sus armas de origen soviético por material moderno estadounidense. Moscú sospecha que su armamento de origen ruso y ucranio —parte importante de los ejércitos de muchos países de Latinoamérica— será transferido a Kiev para resistir la invasión rusa, y ha vetado parcialmente sus importaciones de banano ecuatoriano. Además, este bloqueo amenaza con llegar más lejos: el Gobierno ruso ha proclamado a los cuatro vientos su sustitución al anunciar este martes la llegada “del primer lote de plátanos enviados desde la India a Rusia”, al mismo tiempo que amenaza con restringir la importación de claveles ecuatorianos a poco más de una semana de una fecha clave en sus ventas, San Valentín.
El veto ruso supone un duro golpe para el comercio ecuatoriano. Según el Banco Central de Ecuador, el país euroasiático compró una quinta parte de las exportaciones ecuatorianas de bananas el año pasado. El organismo estima que la nación sudamericana recibió de Rusia unos 689 millones de dólares entre enero y noviembre de 2023 por esta fruta.
Los Gobiernos de Ecuador y Estados Unidos negociaron a lo largo de enero un intercambio militar cuyas repercusiones podrían sentirse en el frente europeo. El país sudamericano, asolado por el crimen organizado, recibiría material que considera “moderno” a cambio de enviar a Washington armas que encajan en los estándares de las fuerzas armadas ucranias por un valor de 200 millones de dólares. Según los datos de The Military Balance, Quito dispone de lanzacohetes múltiples BM-21 Grad, helicópteros Mi-8 y Mi-17, y sistemas de defensa antiaérea portátiles Strela-2 e Igla.
El Kremlin se preparó en paralelo para cortar sus lazos comerciales con Ecuador al menos parcialmente. La agencia rusa para la supervisión fitosanitaria de los alimentos, Rosseljoznadzor, prohibió a principios de febrero la importación de bananas de cinco empresas ecuatorianas con el pretexto de que supuestamente había detectado la contaminación de algunos lotes por una plaga de la mosca Megaselia scalaris. Sin embargo, Moscú, preocupada por el desabastecimiento y los sobreprecios que pagan sus ciudadanos en los mercados debido a las sanciones, buscó una alternativa a la banana ecuatoriana antes de aplicar este veto.
Rosseljoznadzor ha confirmado este martes a través de un comunicado que el primer lote de frutas indias llegó “en enero”. Este envío no pudo producirse de la noche a la mañana, pues el propio organismo reconoce que no se espera otra remesa “hasta finales de febrero”. Además, recalca que “el volumen de exportaciones de bananas indias al mercado ruso será incrementado” en el futuro.
“Advertimos a las autoridades ecuatorianas que esto sería un paso inamistoso”, manifestó el pasado 11 de enero el embajador de Rusia en el país latinoamericano, Vladímir Sprinchan. “Las autoridades ecuatorianas fueron informadas de la posición rusa —agregó el diplomático—. Este material no lo necesitaban los estadounidenses, lo consideran chatarra. El material lo necesitaban aquellos que saben manejar armamento de producción rusa”. Es decir, Ucrania.
El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, afirmó en una entrevista concedida a Ecuavisa a finales de enero que el armamento era inútil, aseveración que molestó a las autoridades rusas debido al amplio uso de estos arsenales en el frente ucranio. “Hemos comprobado que es chatarra y, dentro de convenios internacionales no se puede transportar material bélico en este caso, pero sí chatarra de este tipo”, aseveró el mandatario ecuatoriano.
“Nuestros socios conocen perfectamente las cláusulas de los contratos —de compra de armas—. Estos incluyen la obligación de utilizar la propiedad suministrada para los fines indicados y no transferirla a un país tercero sin haber recibido la autorización de la parte rusa”, respondió por su parte la portavoz del Ministerio de Exteriores, María Zajárova. “Ecuador tomó una decisión tan precipitada bajo serias presiones de otras partes interesadas externas”, agregó en alusión a Washington.
Las presiones sobre Ecuador no se limitan solo a su principal mercado con Rusia. Otro sector, tan pequeño como simbólico, corre el riesgo de ser también vetado por el Kremlin. Moscú ha solicitado a varios países de la Unión Europea que no permitan la entrada de claveles de Ecuador por otra supuesta plaga de Frankliniella occidentalis. La petición ha tenido lugar a poco más de una semana de una fecha en la que los rusos, ya habituados a comprar flores habitualmente, acuden masivamente a las floristerías: el Día de San Valentín.
El impacto de esta decisión sería muy bajo en el mercado de flores ecuatoriano, pues los rusos apenas gastan algo menos de un millón de dólares al año en importar ramos del país latinoamericano. Sin embargo, el paso dado por Moscú es muy llamativo: el Kremlin se ha dirigido a algunas de las naciones europeas que más apoyo militar y financiero han proporcionado a Ucrania para resistir la invasión rusa apenas unos días después de que el bloque comunitario pactase apoyar a Kiev con otros 50.000 millones de euros este año.
En concreto, Rusia ha pedido impedir el paso de las flores ecuatorianas a dos países bálticos —Letonia y Lituania— con los que la tensión es máxima por su adhesión a la OTAN y sus acciones contra el legado soviético; a Alemania y a Países Bajos. Este último país, enfrentado abiertamente con Rusia desde que las milicias de Moscú derribasen el vuelo Mh-17 sobre el este de Ucrania en agosto de 2014, ha anunciado esta semana que proporcionará 24 cazas F-16 a Kiev, seis más de los que había prometido en diciembre.
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