Carolina Corcho, la última mujer del petrismo en la carrera por la presidencia de Colombia
La médica psiquiatra se mide este domingo con el senador Iván Cepeda en la consulta del Pacto Histórico


Carolina Corcho (Medellín, 42 años) es la última mujer en la carrera por el aval del petrismo para la Presidencia de la República. Este domingo, la exministra de Salud de Gustavo Petro compite con el senador Iván Cepeda en la consulta del Pacto Histórico para definir el precandidato presidencial de la izquierda. María José Pizarro, Susana Mohamad, Gloria Inés Ramírez y otras líderes del movimiento, que hasta hace unas semanas aspiraban a llegar a la casa de Nariño, se retiraron de la consulta para apoyar a Cepeda. Corcho busca consolidarse como la mejor opción para defender las luchas feministas, cada vez más urgentes en un Gobierno que les ha dado la espalda.
“En Japón acaban de elegir a una mujer como primera ministra, en México hoy gobierna una mujer, en América Latina ha habido grandes presidentas”, dice Corcho en diálogo con EL PAÍS, un día antes del cierre de su campaña. Y añade con ilusión: “Creo que en Colombia ya tenemos todas las condiciones culturales y políticas para que por primera vez una mujer sea la máxima autoridad”. Su equipo más cercano está conformado por mujeres. Durante su último acto público antes de las votaciones, Corcho subió a la tarima acompañada solo de lideresas de distintas edades y regiones.
“Querida Carolina, este escenario te pertenece, este país es de nosotras las mujeres. Estamos preparadas para recibir un liderazgo femenino, gracias por representarnos”, le dijo entre aplausos la presentadora del evento. La médica psiquiatra contestó con entusiasmo: “Vivan las mujeres, viva Colombia, viva el Pacto Histórico, viva el presidente Gustavo Petro”.
Con ese acto de la noche del jueves en Bogotá, al que asistieron cientos de personas de base de los movimientos sociales, la exministra concluyó una larga travesía de casi dos años en los que hizo campaña por todo el país. “Cuando salí del Ministerio me fui a recorrer Colombia para hacer pedagogía sobre las reformas sociales del presidente Petro. La gente se fue organizando alrededor de mis propuestas, crearon comités locales y pusieron mi nombre a consideración”, recuerda la médica antioqueña.
Asegura que su campaña es austera y se ha financiado con los recursos de quienes la apoyan. “Nos quedamos en las casas de la gente del movimiento, las reuniones son convocadas por las organizaciones sociales”. Insiste en que esa manera de hacer campaña, sin grandes maquinarias, sin clientelismo y sin burocracia, es en sí misma “una forma de transformar la política en Colombia”.
Antes de encabezar el Ministerio de Salud, Corcho era una reconocida líder que, desde la sociedad civil, luchaba por los derechos de médicos y pacientes. Así, se convirtió en un referente para los nuevos liderazgos progresistas. Estudió en la Universidad de Antioquia, ayudó a fundar las juventudes del izquierdista Polo Democrático en Medellín, fue presidenta de la Asociación Nacional de Internos Residentes y tuvo un rol clave en el movimiento de “las batas blancas”, en el que miles de médicos salieron a las calles a marchar por mejores condiciones laborales. En paralelo con sus luchas en el sector salud, ejerció su otra profesión, la de politóloga. Durante años lideró la oenegé Corporación Latinoamericana Sur y dirigió la red de mujeres progresistas de América Latina. Nunca dejó de ejercer como médica psiquiatra ni como profesora de salud pública de la Universidad Nacional.
Ante la pregunta de cuáles son sus pasiones fuera de la política, sus libros preferidos o la música que escucha, responde que son aspectos irrelevantes para los votantes. “Lo que importa son mis propuestas para transformar Colombia”. Si es elegida presidenta, se compromete con tres grandes transformaciones, que dice son urgentes. “El país necesita una reindustrialización, una nueva economía que genere empleo. Para eso hay que potenciar la agroindustria, la industria de producción de medicamentos y vacunas, la industria aeroespacial y seguir incentivando la transición energética”, dice sobre la primera.
Lo segundo son las reformas que no logró el Gobierno Petro: “Esta semana quedó claro que hay que presentar una reforma a la justicia [se refiere a la absolución del expresidente Álvaro Uribe]; redefinir el mecanismo bajo el cual se eligen al fiscal general de la Nación y a los magistrados de las altas cortes”. La exministra señala que los niveles de impunidad son altísimos. “Será imposible enfrentar la corrupción sin esa reforma”. Piensa también en un cambio en el régimen de los servicios públicos y en presentar de nuevo la reforma a la salud, si el actual Congreso no la aprueba. Y su tercera prioridad sería implementar las dos reformas sociales aprobadas en este Gobierno, la laboral y la pensional.

La médica reconoce que está abierta a la posibilidad de una asamblea nacional constituyente, como la que impulsa Petro: “Hay unas reformas que históricamente no se han podido aprobar en el Congreso de la República porque los interese económicos y políticos no lo permiten, como la reforma a los organismos de control, la político-electoral, la agraria. En ese caso, si es necesaria la asamblea constituyente”. Su discurso radical en la transformación del sistema de salud, sobre todo la eliminación de las EPS como intermediarias entre las clínicas y hospitales y los pacientes, le ha valido muchos enemigos, dentro y fuera del Gobierno. Los gremios, la oposición política y algunos académicos creen que esa visión podría llevar al colapso de un sistema que ya padece una profunda crisis.
Por ahora, dice, esas críticas no le preocupan. Sabe que en la elección del domingo participan, sobre todo, las personas que coinciden con las ideas del presidente Petro, quien la apoya en esa mirada sobre el sistema sanitario. Analistas de campañas y asesores de comunicación de distintas ideologías coinciden en que su candidatura ha tomado mucha fuerza en las últimas semanas, gracias a su arraigo en las bases de la izquierda y a una estrategia digital, en WhatsApp y en redes sociales, similar a la que llevó al fallecido Rodolfo Hernández a la segunda vuelta presidencial en 2022. El domingo se verá hasta dónde llega esa fuerza.
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