¡Se tiraron el gas!
El del gas natural no es un lío menor. Es un dolor de cabeza que el Gobierno minimiza. El negacionismo solo acaba con las verdades incómodas; nunca con los problemas
Se reconoce siempre la buena disposición del ministro de Minas y Energía, Andrés Camacho, para absolver dudas. A todo señor, todo honor. Pero siguen rondándonos muchas inquietudes que no son solo para él, sino para los colombianos que ven con tristeza un nuevo escenario de retroceso. Esta columna sostiene un puñado de ellas:
Con la noticia de que TPL Gas inició entregas de gas natural importado, se confirmó el déficit de gas natural. ¿Por qué no hay gas natural local suficiente para cubrir la demanda no térmica y nos toca importar?
¿Por qué el Gobierno no se sincera y abiertamente reconoce que hay déficit de gas? ¿Se puede resolver un problema si se insiste en negarlo?
¿Cuándo se va a expedir el decreto que ajusta la regulación a los estándares del mercado internacional, para comprar gas a más largo plazo (con mejores precios) y atender la demanda esencial e industrial?
Partiendo de la base de que habrá más gas importado con precios de mercado internacional, ¿en cuánto se va a incrementar la tarifa al usuario final?
Se nos acabó el gas barato y queda sobre la mesa una pregunta con tinte de preocupación: ¿cómo se deben preparar los colombianos para 2025 y 2026?
Una gran expectativa y una importante esperanza para la seguridad energética del país es la exploración costa afuera. ¿Qué está haciendo el Ministerio de Minas para superar los obstáculos de consultas previas y licencias ambientales que permitan la extracción con prontitud de ese gas y que se pueda prescindir del gas importado? ¿Es cierto que esos proyectos nos darían tranquilidad en materia de gas por casi un siglo?
Ecopetrol no pudo vender el gas al que se comprometió para cubrir el déficit de este diciembre, por culpa del bloqueo en el campo Gibraltar. ¿Por qué llegamos a este escenario tan incierto, tan oscuro para 36 millones de colombianos que cocinan, tienen sus taxis convertidos a gas natural y sostienen sus negocios con ese insumo?
El gobierno da parte de tranquilidad para diciembre y, claro, nos tocó importar para cubrir el déficit. Pero, ¿qué va a pasar con enero, febrero, marzo y más allá? ¿Solucionamos lo del “desayuno”, pero hay incertidumbre con lo del “almuerzo”?
Si, como dice el Gobierno, esto no contempla hogares, ¿por qué en el departamento del Huila, donde es escasa la demanda industrial de gas natural (exclusivamente demanda esencial), el distribuidor de la zona tuvo que comprar del gas importado que ofreció TPL Gas para cubrir la demanda?
¿Y por qué el Gobierno no le cree a Luis Miguel Fernández, presidente de TPL Energía (de la que es filial TPL Gas), quien asegura que ya atienden contratos de abastecimiento de gas importado con ocho clientes que distribuyen para demanda regulada (donde pueden estar incluidos los hogares), de gas vehicular e industrial?
El Gobierno insiste en desechar el fracking sin atender razones de la ciencia. Se estima que con este procedimiento puede haber más de treinta años de reservas de gas. Gracias al fracking, Estados Unidos pasó de ser importador de gas a exportador y disminuyó de manera notable su huella de carbono, porque el gas es el combustible confiable más limpio en la transición energética. ¿Pesa más la ideología y la militancia que la razón?
Si el gas de Venezuela no tiene condiciones de calidad y no hay cómo traerlo a Colombia, y si no podemos comprarlo porque Ecopetrol no tiene autorización de la Oficina de Control de Activos de Estados Unidos, ¿por qué seguir insistiendo en el embeleco del gas venezolano, en vez de favorecer la producción nacional?
¿Por qué en Ecopetrol, que es gran productor de gas, se ha disminuido la capacidad técnica para enfrentar los desafíos de un país con reservas decrecientes de hidrocarburos? ¿A dónde se fueron los expertos que sabían de esto, amparados en lo técnico y no en los mitos ideológicos?
¿Cómo Ecopetrol va a lograr tener en operación una planta de regasificación en diez meses, cuando la construcción o adaptación de este tipo de barcos tarda mínimo dos años y medio?
¿Por qué, en gas y en hidrocarburos, el Gobierno quiere que, antes de otras naciones, seamos los colombianos, con el riesgo de quedarnos sin recursos, los que nos sacrifiquemos como líderes de gestas que no le corresponden a un país acosado por la necesidad?
¿Por qué desconocer el papel clave del gas natural en la transición energética? ¿No es una obsesión del presidente esa transformación?
¿Qué pasó con el interesante proyecto piloto de Ecopetrol, que no duró más de seis meses, para importar gas por el Pacífico en cilindros? En esta nueva y preocupante realidad, ¿hasta cuándo seguiremos importando gas natural? ¿Hay fechas o cronogramas?
¿Por qué si Ecopetrol declaró tener gas disponible para la venta en 2026 aún no lo ha ofrecido al mercado? ¿A eso le llama el ministro acaparar el gas?
¿Cuál es el futuro de la seguridad energética de Colombia? ¿Será que estamos frente a otro capítulo del célebre shu shu shu?
¿Por qué promover que las industrias se devuelvan al uso de carbón y la leña? ¿Es sensato regresar a subdesarrollo energético, con el consecuente riesgo para el medio ambiente que anima al presidente en los escenarios internacionales?
¿Cuánto cuesta cambiar una estufa de gas natural por una eléctrica o de inducción?
¿Qué va a pasar con el millón y medio de hogares en Colombia que aún cocinan con leña, donde el gas natural era su esperanza para salir de esa situación perjudicial para su salud y el medio ambiente?
¿Qué decirles a los 87.000 taxistas que convirtieron sus vehículos a gas natural vehicular? ¿Un nuevo incumplimiento a las promesas de campaña para los “amarillitos”?
¿Qué hacer con el sistema integrado de transporte de Cartagena y Valledupar, y los más de 2.000 buses del SITP de Bogotá que operan con gas natural?
¿En qué quedan las contribuciones sociales y económicas de la industria del gas natural, que solo en 2023 destinó 22,7 millones de dólares a proyectos de inversión social? En impuestos y regalías su contribución fue de $2,91 billones de pesos. ¿No le sirven esos dineros a un Gobierno que dice estar raspando olla y no ejecuta?
En últimas, todo resumido en la última y muy directa pregunta: ¿cómo es que estamos en esta situación de importar gas natural, cuando por 45 años siempre fuimos autosuficientes? Y su apéndice: ¿quiénes son los responsables de esta debacle?
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