La Cámara de Representantes destraba la reforma laboral y le da oxígeno a Petro en el Congreso
La plenaria aprobó, con 91 votos a favor y solo 4 en contra, la ponencia del proyecto de ley que busca mejorar las condiciones laborales para millones de trabajadores
La Cámara de Representantes hundió en la tarde de este miércoles la ponencia liderada por la oposición que pretendía archivar la reforma laboral del presidente Gustavo Petro. Minutos después, la plenaria aprobó por mayoría absoluta, con 91 votos a favor y solo 4 en contra, la ponencia positiva respaldada por el Gobierno. Aunque este es apenas el paso previo a discutir los 80 artículos de un proyecto que busca mejorar las condiciones laborales de millones de trabajadores, destraba una discusión que llevaba varias semanas congelada en medio de recusaciones, impedimentos, faltas de cuórum y otras maniobras dilatorias de la oposición. La votación es la primera victoria del Gobierno en lo que va del tercer periodo legislativo, y significa un nuevo oxígeno para la propuesta de acuerdo nacional que intermitentemente recuerda el presidente. El respaldo a la reforma es relevante, además, porque ocurre solo un día después de que las comisiones económicas del Senado y la Cámara hundieran el presupuesto del Gobierno para 2025.
El ministro del Interior y defensor de la idea del acuerdo nacional, Juan Fernando Cristo, celebró la decisión. “Hoy hemos dado un paso importante para restablecer derechos fundamentales para los trabajadores de Colombia. El recargo dominical, nocturno y las horas extras son derechos irrenunciables de los trabajadores”, dijo Cristo, visiblemente satisfecho tras su primera victoria en los dos meses y medio que lleva en el cargo. El antiguo congresista y político liberal aprovechó para insistir en la posibilidad de llegar a acuerdos sobre lo fundamental con fuerzas diferentes a la del presidente. “Reafirmamos, desde el Gobierno, nuestra disposición al diálogo abierto y democrático para concertar las reformas claves para el país”.
Sin embargo, el ministro encargado de recomponer las mayorías del Gobierno en el Congreso, criticó a los representantes de Cambio Radical y el Centro Democrático, los dos partidos declarados en oposición, por salirse del recinto a la hora de votar. “Quiero hacer un llamado de nuevo a la oposición, a que acompañen el debate, a que den el debate, a que le den la cara a los colombianos, a que podamos construir una reforma lo más concertada posible”. Desde Nueva York, el presidente se sumó a las críticas de su ministro: “¿Por qué el Centro Democrático y Cambio Radical no quieren que a los trabajadores se les pague más en festivos y puedan recortar su jornada laboral como en todos los demás países de la OCDE?”, escribió en su cuenta de X. El representante Andrés Forero, del Centro Democrático y uno de los principales críticos de la reforma, le respondió: “Sin engaños, presidente. La reducción progresiva de la jornada laboral hasta 42 horas semanales ya es una realidad gracias a la ley 2101 de autoría del Centro Democrático. Su reforma destruirá empleos formales, disparará la informalidad y propiciará mayor conflictividad”.
El texto de la reforma busca, por ejemplo, el aumento de dos horas en el horario que se paga de más al considerarse jornada nocturna, para que inicie a las 7 p.m. en lugar de las nueve p.m. actuales; el pago de un sobresueldo del 100% por el trabajo en el día de descanso obligatorio, cuando hoy es del 75%; y el pago del 100% del salario mínimo a los y las aprendices del SENA. El proyecto, una de las tres reformas sociales del presidente Petro junto a la pensional y la sanitaria, establece el contrato a término indefinido como regla en la contratación laboral, consagrando a la prestación de servicios y la tercerización como excepciones; aumenta la licencia de paternidad de dos a seis semanas y garantiza un contrato y un jornal agropecuario.
La ministra del trabajo, Gloria Inés Ramírez, también expresó su alegría por la aprobación de la ponencia. Ramírez, que el semestre pasado logró que el Congreso aprobara la reforma pensional y es una de las tres ministras que ha acompañado a Petro desde el comienzo del mandato, agradeció a los representantes que votaron a favor. “Le devolveremos los derechos laborales al pueblo trabajador, que en gobiernos pasados les fueron arrebatados con una promesa de generación de empleo que nunca llegó. Han sido muchos los obstáculos que están poniendo quienes se oponen, y serán muchos los obstáculos que seguirán poniendo, pero seguimos avanzando a paso firme”, dijo la veterana sindicalista en una intervención durante la plenaria.
La aprobación de la ponencia fue posible gracias al apoyo de las poderosas bancadas del partido Liberal y del partido Conservador, que manifestaron que respaldan la propuesta en general, aunque guardan críticas en algunos artículos específicos. Cristo reconoció el acuerdo con las bancadas de los dos grandes partidos que dominaron la política colombiana durante un siglo y medio: “El Gobierno ha cedido, se han venido construyendo consensos. Seguimos ajustando la reforma”. Se espera que el próximo diálogo sea con el partido de la U, que hasta el momento no ha participado de las votaciones de la reforma, pero que en el pasado ha apoyado las iniciativas parlamentarias del Gobierno. La reforma recibió el respaldo evidente de todos los representantes del Pacto Histórico, el partido Comunes, conformado por exguerrilleros de las extintas FARC, las curules de las circunscripciones especiales de paz, y algunos del partido Verde.
María Fernanda Carrascal, congresista oficialista ponente de la reforma, defendió el proyecto. Aseguró que no generará desempleo ni bajará la productividad de las empresas, como han dicho la oposición y estudios de expertos del Banco de la República. De acuerdo con Carrascal, la reforma aumentaría solo el 4 % de los costos laborales en una empresa, un incremento de apenas el 1,1 % de los costos de producción total para el tejido empresarial. “Las empresas destinarán apenas 0,8 % de sus ingresos para pagar los costos de la reforma. Todavía les quedaría una utilidad del 25,7 %”. La representante del Pacto Histórico, además, insistió en la idea de Petro de que Colombia es el país de la OCDE que más horas trabaja y menos produce, y afirmó que con la reforma se pretende sacar a más de un millón de trabajadores de la informalidad. “Formalizaremos a 270.000 aprendices del SENA, 636.000 jornaleros agropecuarios, 567.000 trabajadores domésticos, 40.000 madres comunitarias y más de 126.000 trabajadores de carga”, dijo Carrascal al final del debate.
La representante Catherine Juvinao, del Partido Verde, cuestionó las cifras de Carrascal y aseguró que el proyecto no ataca la informalidad ni el desempleo. “La narrativa maniquea de ‘empresarios esclavistas’ versus ‘trabajadores oprimidos’ les puede resultar rentable electoralmente, pero es irresponsable y golpeará aún más y quiénes ya de por sí están en la peor situación. La prueba: 2023 fue el año con mayor mortalidad de empresas en Colombia, incluso más que en el año de la pandemia. El empleo para julio de este año aumentó con respecto al mismo mes del año anterior, mientras que la informalidad no cede un solo número”, dijo Juvinao, que también se opuso a las reformas a la salud y pensional.
La Cámara continuará con la discusión el lunes de la próxima semana, ahora debatiendo en específico los 80 artículos del proyecto. Si el Gobierno logra mantener las mayorías y aprobar la reforma, tendrá que superar otros dos debates, en la Comisión Séptima del Senado y en la plenaria, donde las fuerzas parecen estar mucho más en contra de los proyectos del presidente Petro.
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