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Petro pierde la primera gran batalla del semestre en el Congreso con la caída del presupuesto para 2025

Aunque el Gobierno podrá emitir el proyecto original por decreto, la falta de mayorías en una discusión que no suele tener inconvenientes produce incertidumbre sobre el futuro de la ley de financiamiento y las reformas de salud y laboral

Sesión plenaria del Senado de la República, en Bogotá
Sesión plenaria del Senado de la República, en Bogotá (Colombia). El 24 de septiembre de 2024.Prensa Senado
Juan Miguel Hernández Bonilla

El hundimiento en el Congreso del proyecto de ley de presupuesto para 2025 marca un duro inicio del semestre legislativo para el Gobierno de Gustavo Petro. Si bien en este caso el presidente puede emitirlo vía decreto, esa es una solución solo para ese proyecto de ley, que tiene un trámite especial. Las otras grandes apuestas que están en curso en la Cámara de Representantes y en el Senado, como las reformas laboral y a la salud, o la ley de financiamiento, que busca recoger 12 billones de pesos para solventar el déficit del presupuesto y a la vez reactivar la economía, se enfrentan a un difícil panorama.

La falta de quórum en el último día que tenían las comisiones económicas para sacar adelante el presupuesto, que desencadenó en la caída del proyecto, demuestra una vez más que el Gobierno perdió el avasallador respaldo legislativo que gozó durante el primer semestre del cuatrienio. Ahora, en el inicio del tercer periodo legislativo y de la segunda mitad de su mandato, el presidente ha logrado mantener cierto poder en la Cámara, pero las mayorías en el Senado cada vez parecen más difíciles de conseguir. En el caso del presupuesto, el gran escollo fue la Comisión Tercera de Senado, de la que hacen parte algunas de las principales figuras de la oposición al presidente Petro, como Miguel Uribe Turbay, antigua cabeza de lista y precandiato presidencial del Centro Democrático, y Efraín Cepeda, presidente del Congreso y legislador desde hace tres décadas por el Partido Conservador.

Uribe Turbay y Cepeda, que motivaron a sus compañeros para que no votaran la ponencia del Gobierno, celebraron en sus redes sociales el hundimiento del presupuesto: “Buenas noticias para Colombia: logramos impedir que se aprobara el presupuesto de Petro para 2025. Logramos salvar los recursos para la registraduría para 2026 y le devolvimos la plata al Consejo Nacional Electoral”, dijo Uribe Turbay. Y concluyó: “Es una buena noticia para la democracia. Esto demuestra que Gustavo Petro tiene límites. El Congreso da señales de no ser complaciente ni cómplice del Gobierno”.

Cepeda criticó el hecho de que el Gobierno no hubiera aceptado bajar del presupuesto de gastos los 12 billones que no estaban financiados. “Habíamos advertido que debíamos aprobar $511 billones primero, discutir la tributaria, y luego agregar lo que saliera de esa ley de financiamiento, pero no nos escucharon”. El senador conservador argumenta que el Gobierno no podrá emitir por decreto un presupuesto por los 523 billones de pesos que ha propuesto insistentemente. “Las normas son claras y se debe incluir lo que está financiado, no lo que no tiene una fuente de recursos, léase los 12 billones de pesos de la ley de financiamiento no se pueden incluir en un decreto”, ha afirmado el político barranquillero después de que se hundiera el proyecto, y ante la falta de antecedentes de un presupuesto no aprobado en el trámite legislativo.

El Gobierno, sin embargo, cree que lo obligatorio y lógico es emitir el presupuesto por decreto con el monto inicial, que incluye los 12 billones de la discordia. Desde Nueva York, Petro ha enviado un mensaje en su cuenta de X respondiendo a las declaraciones de Cepeda, con quien ha tenido varios enfrentamientos en las últimas semanas. “Se decreta el presupuesto que el gobierno inicialmente presentó al Congreso”, escribió el presidente. El ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, reafirmó que el presupuesto que saldrá por decreto —la Constitución prevé esa solución cuando el proyecto no es aprobado por el Congreso antes del 20 de octubre de cada año, para evitar una parálisis del Estado— será de 523 billones. Además, ante la polémica por una propuesta de modificar algunos rubros que tampoco fue aprobada, insistió en que no se tocarán los recursos ni de la Registraduría ni del Consejo Nacional Electoral. “El Gobierno no está atentando contra las elecciones. Elecciones va a haber en 2026 y los órganos electorales tendrán los recursos que necesitan”, dijo Bonilla, exaltado por las preguntas de los periodistas.

Más allá de cuánto dinero tenga aprobado el Estado para gastar en 2025, el fallido debate deteriora aún más las relaciones entre el Ejecutivo y el Legislativo, dividido en una docena de partidos y que mezcla políticos tradicionales con figuras renovadoras. Además, aleja la idea de concertar un gran acuerdo nacional que ondeó Petro al instalar este tercer año de sesiones, el 20 de julio, y con la que llegó hace unos meses al Gobierno el ministro del interior, Juan Fernando Cristo. Para el ministro de la política, quien fue congresista del Partido Liberal por varios periodos, esta es una primera gran derrota legislativa. “Lamentamos que la disposición a concertar la ponencia de primer debate del proyecto de presupuesto no haya tenido respuesta positiva de la Comisión Tercera de Senado”, escribió en su cuenta de X. El veterano político cucuteño, que radicó en la mañana de este martes el texto de una nueva reforma política para fortalecer los partidos y cambiar la forma de elegir a los magistrados del Consejo Nacional Electoral, dejó abierta la puerta para lograr acuerdos con los congresistas sobre otros proyectos. “Confiamos en una actitud de diálogo y búsqueda de consenso en el debate de la ley de financiamiento”. Una actitud que parece difícil luego de que el Ejecutivo se negara a reducir el monto del presupuesto.

El director del Departamento Nacional de Planeación y exsenador Alexander López, criticó la falta de quórum: “Más allá de la reacción que tiene la oposición o que tienen sectores contrarios a nuestro Gobierno, aquí el golpe que se da hoy al no permitir la discusión, la concertación y el diálogo, se lo dan a los sectores más empobrecidos de este país, a las clases medias y a una inversión social”. López insistió en una idea reiterada por Petro, de que la oposición en el Congreso está impidiendo que el Gobierno cumpla con sus promesas de campaña: “Hay una posición política que busca a toda costa que este Gobierno no avance con una propuesta de cambio, donde se busca directamente cerrar las brechas y atender a los sectores más empobrecidos y más marginados de la población colombiana. Nuestro camino seguirá, nuestro proyecto de cambio avanza. Avanza en la lógica de entender que unos sectores del Congreso aún, a pesar de su decisión de golpear al presidente y al Gobierno, terminaron golpeando a los sectores más marginados, empobrecidos y a las clases medias de nuestro país”.

Al final, el Gobierno emitirá el presupuesto por decreto, pero sus demás reformas no tienen esa vía, ni parecen tener las mayorías para ser aprobadas y convertirse en ley, especialmente en el Senado. Al contrario, el ambiente no es muy alentador. Lo demuestra la reforma laboral, la más avanzada y que está en la agenda para su segundo debate este miércoles en la Cámara de Representantes. La ministra de Trabajo, Gloria Inés Ramírez, no ha logrado concretar el apoyo de bancadas clave para lograr las mayorías y que en el pasado aprobaron en la Cámara las reformas a la salud y pensional, como son las de La U, la liberal y la conservadora. El trámite está más complejo para la reforma a la salud, que aún no ha iniciado su trámite en la Comisión Séptima de la Cámara, pero que ya tiene muchos enemigos y es en esencia igual a la que negó el Senado en abril pasado, y para la ley de financiamiento, que de ser aprobada por la Cámara en los primeros dos debates, llegará a la Comisión Tercera del Senado, la misma de Miguel Uribe y de Efraín Cepeda, la misma que este martes hundió el presupuesto de Gobierno.

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Sobre la firma

Juan Miguel Hernández Bonilla
Periodista de EL PAÍS en Colombia. Ha trabajado en Materia, la sección de Ciencia de EL PAÍS, en Madrid, y en la Unidad Investigativa de El Espectador, en Bogotá. En 2020 fue ganador del Premio Simón Bolívar por mejor reportaje. Estudió periodismo y literatura en la Universidad Javeriana.
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