Laura Sarabia, hospitalizada en medio de la presión por los supuestos negocios de su hermano

Laura Sarabia, la número dos de Gustavo Petro, fue hospitalizada en la noche del jueves en un centro médico de Bogotá. El presidente dio a conocer la noticia este viernes y aseguró que había llegado a ser tratada “en cuidados intensivos”. Sin embargo, la reconocida Clínica del Country publicó poco después un comunicado en el que informaba que Sarabia se encuentra “estable” y que su salud “no compromete su vida”. “El cuerpo médico ha estado trabajado diligentemente para garantizar el bienestar de la paciente y proporcionar atención médica de calidad”, agregó la institución.

Sarabia enfrenta la semana más difícil de su vida. Ni siquiera el escándalo de hace un año por el polígrafo al que sometieron a la niñera de su hijo recién nacido por la perdida de un maletín con dinero en su casa de le había afectado tanto. Desde hace unos meses circulaba en WhatsApp un informe apócrifo de las fuerzas militares que contaba que Andrés Sarabia, el hermano, se había enriquecido por cobrar comisiones a cambio de colocar a gente en puestos gubernamentales y mediar en la obtención de contratos públicos. Hace siete días un joven comunicador hizo un vídeo en el que informaba de la existencia de este documento y varias periodistas se sumaron a los interrogantes que surgen en este asunto. Por ahora, no se ha proporcionado ninguna prueba contundente que sostengan estas afirmaciones, pero el ruido generado alrededor del caso ha sido enorme.

Petro ha cargado contra las periodistas que se hicieron eco de estas sospechas después de anunciar la hospitalización de Sarabia: “Ha sufrido (su asesora más cercana) una violenta arremetida vía cadenas de redes que la prensa ha oficializado, volviéndolas noticias sin investigar. Han atacado a su hermano, que vive en un apartamento de 70 metros cuadrados. Ha sido acusado de prácticamente enriquecerse, entre comillas. ¿Cómo puede enriquecerse una persona que vive en 70 metros cuadrados?”. Esta defensa cerrada del presidente ha sorprendido porque ni con su hijo Nicolás ni con su hermano Juan Fernando, uno procesado y el otro investigado por la Fiscalía, se mostró tan contundente.

El presidente no se pronunció durante los primeros días de señalamientos al entorno de Sarabia, se mantuvo en silencio. Sin embargo, este es el segundo día que la defiende a ella y la primera vez que también lo ha hecho con el hermano. “Supuestamente (se ha enriquecido) por la cercanía de su familiar a los círculos del más alto Gobierno. Crítica infundada. No me interesa el enriquecimiento personal, ni tengo finca ni carro. Lo único que he logrado es una vivienda para mis hijos, que ya no viven allí, de la cual aún pago las altas cuotas bancarias y estoy ahorcado”, dijo durante un evento en Soacha. Su afirmación de que le costaba llegar a fin de mes provocó risas entre el público.

Sarabia conoció a Petro porque era la secretaria de Armando Benedetti, un político tradicional y su jefe de campaña. Después de ganar las elecciones, envió a Benedetti como embajador a Venezuela para que trabajara en el restablecimiento de las relaciones con el chavismo. No quiso tenerlo en su círculo más cercano debido a que arrastraba varios procesos judiciales que todavía no habían sido juzgados. A Sarabia, en cambio, la quiso en la tercera planta de la Casa de Nariño, la residencia presidencial, y desde entonces ha sido su mano derecha ―eso separó de manera radical a Sarabia y Benedetti, que acabarían enfrascados en una guerra personal que trascendió el ámbito privado―. Sarabia comenzó con labores de agenda y logística, pero a poco a poco ha ganado peso político y negocia los asuntos más importantes del presidente. Según fuentes cercanas a Petro, el presidente no tiene ninguna intención de prescindir de ella a menos que surgieran informaciones contundentes sobre algún tipo de corruptela por su parte.

Sarabia llegó solo hace cuatro años a la vida de Petro y en ese tiempo se ha convertido en su persona de más confianza, en lo personal y en lo político. Esta cercanía con el presidente ha generado malestar entre los petristas, la gente que acompaña a Petro desde su época de alcalde de Bogotá. La consideran una recién llegada que no se ha ganado ese espacio. Estos grupos envían continuamente mensajes a Petro para que la aparte, pero por el momento no lo han logrado. Existe la sospecha incluso del propio presidente de que son estas facciones cercanas las que actúan contra Sarabia en la sombra.

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