La otra chequera de Olmedo (segunda parte)

Hace una semana dejé, al cierre de esta columna, una invitación para que el contralor general Carlos Mario Zuluaga indagara en el Fondo de Adaptación sobre la misteriosa presencia de un personaje llamado Arturo Mercado Salcedo.

La recomendación, hecha respetuosamente al contralor Zuluaga, tomaba base en lo siguiente: por la aparente la dificultad que tenía (¿tiene? ¿tendrá?) Olmedo López para estar actuando como director de la Unidad de Gestión del Riesgo y al tiempo ser el gerente del Fondo de Adaptación, desde hace ya varios meses había aparecido el señor Mercado Salcedo para ejercer dentro del Fondo una extraña función no remunerada, en la que servía de puente entre Olmedo y sus subalternos del Fondo de Adaptación. Reitero: sin tener contrato o vínculo alguno con el Fondo, al señor se le veía casi a diario dando órdenes, señalando prioridades, tomando decisiones como si fuera en gerente o asistente del gerente.

Muchos lo notaron, pero guardaron silencio. De hecho, la también mencionada en la columna anterior y secretaria general de la entidad, Yenniffer Parra debía seguir a pies juntillas sus indicaciones, y aquí es donde no podemos olvidar que ella es la ordenadora del gasto.

Pero volviendo a la solicitud hecha al contralor la semana pasada, había un detalle que hacía completamente imposible que los funcionarios de la Contraloría requirieran al señor Mercado Salcedo. Este al no ser funcionario público no podría, en principio, ser objeto de investigación alguna. Sin embargo, todo acaba de cambiar: Arturo Mercado Salcedo acaba de firmar contrato con el Fondo de Adaptación.

Según el documento, firmado por Yenniffer Parra, el señor Mercado llega a “prestar servicios profesionales para asesorar y acompañar a la secretaría general en la planeación de las políticas estratégicas de los diferentes asuntos requeridos por los macroproyectos, proyectos y sectores de la entidad”. En pocas palabras, han oficializado y normalizado la situación del señor Mercado vía contrato de prestación de servicios, dando vida a una especie de cargo de gerente encargado, pero no vinculado.

El señor Mercado estará devengando 14 millones de pesos mensuales a través de su contrato, pero eso en realidad no es grave si de verdad se dedica a trabajar por la entidad. Sin embargo, hay que volver al punto de inicio de esta historia: a Olmedo lo suspenden por falta de transparencia. Olmedo es quien tuvo como su cuasi representante a Mercado durante meses en el Fondo de Adaptación. ¿Ahora sin Olmedo, pero con Mercado la cosa cambia? ¿O encontró Olmedo una forma de quedarse dirigiendo la entidad a pesar de tener una suspensión en firme?

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