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Elecciones en Colombia
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Perspectivas electorales para las próximas elecciones

Vamos a llegar al próximo debate electoral en una confrontación muy peligrosa

Gustavo Petro, presidente de Colombia
El presidente de Colombia, Gustavo Petro, tras votar en las elecciones regionales del 29 de octubre.-- (EFE/ Presidencia de Colombia)

Pasadas las elecciones del 29 de octubre en las que todos los participantes se dieron por ganadores, viene la proyección de la próxima campaña electoral en el 2026, en las postrimerías del Gobierno de Gustavo Petro. La pregunta que corresponde es cuál de las dos fuerzas ―Gobierno y oposición― puede llegar al certamen democrático con más cohesión.

Por ahora es más claro que al Pacto Histórico le ha dado más duro la baja del senador Alexander López, a quien el Consejo de Estado le anuló su elección por doble militancia, que la pérdida de las elecciones. Ellos siguen considerando que ganaron porque tienen más representantes en las corporaciones públicas, uno que otro gobernador y más alcaldes.

La supresión de curules en el Congreso los afecta, como es natural. Roy Barreras, Cesar Pachón, Polivio Rosales, Luz María Múnera y el caso de Gustavo Bolívar, quien renunció al Senado para más tarde ser candidato a la Alcaldía de Bogotá. Para contrarrestar esa mala racha, se busca una estrategia ingeniosa: unificar en un solo partido a los 13 movimientos que integran el Pacto Histórico. Ya está convocada una reunión espiritual para examinar el proyecto. Ese rebaño tiene pastor.

Mientras tanto, las múltiples organizaciones de todos los colores de la oposición se contentan con celebrar los resultados, para ellos contundentes, en contra del régimen gubernativo. Sin embargo, no tienen un plan de unificación. Principiando porque hay dentro de sus filas amigos y enemigos del acuerdo de paz con las FARC. Solo los une, como dice el columnista Álvaro Forero, el deseo de que le vaya mal al presidente Petro, desprestigiar el cambio y que regrese el poder a la derecha. No tienen el método para crear un frente común, atender la urgencia de adelantar unas reformas que impidan el despelote institucional en que nos encontramos.

Se debe forzar la negociación en el Congreso porque el presidente no tiene mayorías. Como dice Forero, negociar con Petro no es fácil, pero aún se puede apelar a su lado pragmático en lugar de acudir a su posición dogmática para profundizar el enfrentamiento más allá del punto de retorno. No estoy tan seguro de que se pueda establecer la diferencia entre el Petro pragmático y el Petro dogmático. A diferencia de las fuerzas del Gobierno, la oposición tiene muchos pastores con su grupo de ovejas, unos más grandes que otros. Negociar entre tantos pastores es muy complicado.

El Gobierno propone reformas a tutiplén y a la oposición le corresponde presentar alternativas de solución al despelote nacional como si fuera un solo partido. Vamos a llegar al próximo debate electoral en una confrontación muy peligrosa. No será la repetición del 29 de octubre. En las de 2026, todos los dados vuelven al tarro. Hay que barajar de nuevo.

Es peligroso el posicionamiento que los petristas le han puesto a sus opositores de “enemigos del cambio”. Hay que desprenderse de ese sambenito. El debate debería ser por quién representa mejor el cambio. La discusión de la reforma a la salud indica que las partes tienen la chispa adelantada. Solo quedan 22 días hábiles para aprobarla este año, y se tomaron cinco horas para aprobar dos artículos. Llamó mucho la atención la presencia del embajador en Londres, Roy Barreras. A ese ritmo de pugnacidad vamos a unas elecciones presidenciales arriesgadas. Por lo pronto, Colombia tiene una cifra vergonzosa de homicidios: 10.361. Aumentaron un 5,3%.

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