Todos dicen que ganaron las elecciones regionales

Ha pasado una semana y los resultados de las elecciones locales y regionales que se realizaron el domingo 29 de octubre siguen sin estar claros. No se trata solo del contraste entre el rápido preconteo informativo, que dejó claridad de los ganadores de la mayoría de las 1.102 Alcaldías y 32 Gobernaciones, y el lento y trabajoso escrutinio que debe definir las carreras apretadas, como la Alcaldía de Santa Marta o la Gobernación de Arauca. También se trata de la compleja respuesta a una pregunta aparentemente sencilla: ¿quién ganó? La respuesta de cada sector o partido político parece coincidir para aumentar la confusión: “Ganamos nosotros”.

Detrás hay una enorme dispersión electoral por los más de 30 partidos con capacidad de avalar candidatos en todo el país, la posibilidad de los candidatos de lanzarse por fuera de esas formaciones, si recogen suficientes firmas entre los ciudadanos, y las coaliciones de todo tipo. Eso lleva a que partidos que son rivales en lo nacional hayan sido ese domingo aliados en una región y rivales en el departamento o municipio vecino, y a que todos encuentren argumentos para mostrarse vencedores.

El más visible, naturalmente, es el presidente Gustavo Petro. Su argumento actual, pues en los primeros días fue ajustando los datos hacia arriba, es contar como propios no solo los candidatos del Pacto Histórico, la coalición de izquierda por la que fue elegido presidente, sino los avalados por partidos que lo han apoyado en el Congreso. Así, suma 15 de las 32 gobernaciones. Además, publicó un mapa con las inclinaciones políticas de los nuevos gobernadores, que muestra a otras seis como “independientes cercanos al Gobierno”.

Petro incluyó como “de Gobierno” a mandatarios electos que no son de partidos de su coalición, como el conservador Yamil Arana en Bolívar, o Yeison Rojas en Guaviare. También a otros que hicieron campaña por su rival Rodolfo Hernández en las presidenciales, como el verde Carlos Amaya de Boyacá. O que en campaña fueron claros en decir que no representaban al Gobierno, como Henry Gutiérrez en Caldas. O también, que fueron apoyados por el grueso de la oposición, como Nicolás Gallardo, de San Andrés, avalado por el Partido Liberal y con avales del uribista Centro Democrático, el opositor Cambio Radical y el Partido Conservador. De hecho, 7 de los 15 vencieron a candidatos del Pacto Histórico.

En todo caso, a partir de esos datos, el presidente ha reclamado como suya la victoria: “El mapa electoral no solo refleja el mismo mapa de las elecciones presidenciales, sino que avanzamos de manera victoriosa”, escribió en X.

Así como Petro eligió las Gobernaciones como métrica para proclamarse ganador, el principal partido de derecha usó otras para anunciar un “gran triunfo de la oposición del Centro Democrático”. El uribismo reclamó su victoria en la Gobernación de Antioquia, el departamento más poblado y más rico del país. También su apoyo al ganador en Medellín, la capital departamental y segunda ciudad del país. Y su aumento de cinco a siete concejales en Bogotá, su aval a otros ocho gobernadores electos y otras cifras.

De nuevo, se trata de una mirada parcial. Según datos del Grupo de Estudios de la Democracia de la Universidad del Rosario, el Centro Democrático fue el partido que más perdió Alcaldías, al pasar de 71 propias y 121 en coalición, a 16 propias y 92 en coalición.

Otras colectividades han reclamado el triunfo. El Partido Liberal dice que ganó siete gobernaciones propias, 11 en coalición y que en los escrutinios disputa las de Arauca y Vichada. Recuerda que ha sido el partido más votados a Concejos y Asambleas en todo el país. Pero pasó de tener 97 Alcaldías propias a 69, y en ese índice, el de alcaldes, lo supera claramente su rival histórico, el Partido Conservador, con 95.

La confusión sobre el resultado llega a tal punto que incluso lo ha reclamado Daniel Quintero, quien renunció a la Alcaldía de Medellín para hacer campaña por su sucesor, Juan Carlos Upegui ―primo de su esposa avalado por su partido, Independientes―, que fue arrasado: obtuvo poco más del 10% de los votos, contra más del 73% de Federico Gutiérrez. A pesar de eso, ha argumentado que perdieron “una batalla, pero no la guerra”. Reclama la victoria en 14 Alcaldías, y resalta las de Neiva y Barrancabermeja —en las que los electos tuvieron apoyo de Independientes, pero no el aval principal―.

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