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‘Vanguardia’, el diario de Bucaramanga, cede ante las presiones políticas y saca a su caricaturista

El principal medio de comunicación de Santander cesó a Diego García. Su última caricatura fue sobre la adhesión del uribismo a Jaime Beltrán, el pastor cristiano que lidera las encuestas para la Alcaldía

Autorretrato ilustrado del caricaturista Diego García.
Autorretrato ilustrado del caricaturista Diego García.Diego García
Juan Pablo Vásquez

Vanguardia, el principal periódico de Santander, anunció en julio que publicarían las caricaturas de Diego García (Bucaramanga, 36 años) a lo largo de toda la campaña de las elecciones regionales. “Durante los tres meses de la campaña para las elecciones territoriales, que se desarrollan en todo el país el 29 de octubre, el caricaturista santandereano Diego García Neira, conocido como Diego Caricatura, dibujará para Vanguardia los momentos políticos más importantes”, escribió el diario. No era su primera vez colaborando con el medio de comunicación; anteriormente había retratado la realidad política de la región, a través de ilustraciones de personajes como Rodolfo Hernández, excandidato presidencial; Juan Carlos Cárdenas, actual alcalde de Bucaramanga; y Hugo Aguilar, exgobernador condenado por vínculos con paramilitares, entre otros. La relación entre García y el rotativo, sin embargo, finalizó este lunes, justo después de que su última caricatura fuera publicada.

En su cuenta de X —antes Twitter—, García les contó a sus seguidores sobre la decisión del periódico y dejó entrever que existieron presiones para que cesaran sus caricaturas. “Las polémicas y comentarios provenientes de ciudadanos de diversos sectores políticos que encuentran como única salida exigir al medio de comunicación la salida de un caricaturista ratifican el poder de la imagen y la misión de la caricatura editorial. No piden que se cancele la imagen porque esta no generó sentimiento alguno, piden que se cancele porque pone en vilo a su político de preferencia, porque indudablemente expone la fealdad moral del dibujado”, escribió.

Diego García, caricaturista.
Diego García, caricaturista.CORTESÍA

Su más reciente caricatura —publicada en la última edición dominical de Vanguardia— muestra a Jaime Beltrán, el pastor cristiano que lidera los sondeos de intención de voto para la Alcaldía de Bucaramanga, recibiendo el espaldarazo del Centro Democrático, el partido fundado por el expresidente Álvaro Uribe. Uribistas y cristianos sellaron su unión después de que Diego Tamayo, quien era el candidato de la colectividad de derecha para gobernar la ciudad, diera un paso al costado. Una encuesta de la firma Guarumo, que se dio a conocer el 16 de septiembre, mostró a Beltrán con una intención de voto del 37,3%, mientras que Tamayo contaba con 0,9%. El más cercano perseguidor era el exsenador liberal Horacio José Serpa, con 13,2%.

EL PAÍS contactó a Javier Flórez, director de Vanguardia, para preguntarle sobre la salida de García. Explicó que el acuerdo con el caricaturista —que consistía en recibir unas caricaturas como contraprestación a la publicidad que el medio haría al último libro de García— llegó a su fin por motivos de criterio. “Ayer hablamos con Diego, le comenté la decisión editorial y acordamos lo que él cuenta hoy. Le agradecí por su colaboración y quedamos en buenos términos”, afirma.

La versión de García es un poco diferente. La charla que sostuvo con Flórez, dice a EL PAÍS, fue la antesala de su rompimiento con el periódico. “El director recibió mi caricatura y la publicó, por lo que no puedo decir que se trata de un caso de censura. El punto es que él me dijo, al otro día (lunes), que debido a las críticas y presiones que recibió, lo mejor era que discontinuáramos el acuerdo porque él no quería invertir su tiempo en contestar las presiones que ejercen diferentes actores de la política y la opinión en Santander. Es desafortunado que hayan triunfado las personas que presionaron mi salida y que el medio no me haya respaldado para seguir retratando lo que sucede”.

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Agregó que, si bien la decisión se dio después de una caricatura suya sobre Jaime Beltrán, no era la primera vez que Flórez le comentaba sobre las quejas que recibía desde las diferentes campañas a la Alcaldía de Bucaramanga. “La explicación que me da el director es que se dio una acumulación de presiones constantes, que recibía después de cada caricatura publicada. Dependiendo de quién era la persona o candidato dibujado, llegaba determinado sector político a pedirle mi baja”.

La Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP), de momento, está evaluando la situación y no ha emitido un pronunciamiento oficial. Estos hechos ocurren al mismo tiempo que Mauricio Aguilar, gobernador de Santander, reveló a los medios locales que Beltrán, en las elecciones de hace cuatro años, buscó el respaldo de su familia, cuando hoy la critica. Se refiere a su padre Hugo, condenado por parapolítica, y a su hermano Richard, en juicio por corrupción. Los dos fueron gobernadores y han manejado buena parte del poder político en el departamento en los últimos 20 años.

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Sobre la firma

Juan Pablo Vásquez
Es periodista de la edición colombiana de EL PAÍS. Nació en Bucaramanga, Santander. Anteriormente se desempeñó como periodista judicial en 'Revista Semana' y de investigación en Caracol Radio y 'Cambio'.

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