Juan Fernando Cristo: “El ELN no tiene una decisión clara de abandonar las armas”
El exministro de Interior, autor de la Ley de Víctimas, aborda en un nuevo libro la memoria de su padre, asesinado hace 25 años por la última guerrilla en armas
Juan Fernando Cristo (Cúcuta, 58 años) cumple un ritual cada año. En la primera semana de agosto, dedica sin falta su columna en el periódico La Opinión de Cúcuta a contarle el acontecer político y familiar a su padre, el congresista y médico Jorge Cristo Sahium, asesinado por la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional el 8 de agosto de 1997 cuando llegaba a su consultorio. Su libro Cartas a mi padre (Planeta), recién publicado, reúne esos textos en una suerte de bitácora del último cuarto de siglo en la historia de Colombia. Además de senador por cuatro periodos, embajador en Grecia y cónsul en Caracas, el político cucuteño fue ministro del Interior en el Gobierno de Juan Manuel Santos. Desde esa cartera fue negociador de paz con la extinta guerrilla de las FARC, y al final del periodo de Santos también participó en los diálogos con el ELN, que el presidente Gustavo Petro retomó. Además es el autor de la emblemática Ley de Víctimas y Restitución de Tierras, que lideró en el Congreso entre 2007 y 2011 y ha llegado a considerar su “propósito de vida”.
Pregunta. ¿Es Colombia un país de víctimas y huérfanos de la violencia?
Respuesta. Sin duda, como ningún país del mundo. Hay familias en las que son víctimas los abuelos, los padres, los nietos, desplazados…Es un país donde el 20% de su población oficialmente es víctima.
P. ¿Qué le piensa contar a su papá en la carta del próximo agosto?
R. Todavía no me he sentado a pensar, pero obviamente tendrá que ser referida en su gran mayoría a lo que ha sido el arranque del Gobierno Petro, a la visión de la paz total. Obviamente, en el caso nuestro de Cúcuta, el impacto de la apertura de la frontera con Venezuela, y las perspectivas que tiene en especial esta negociación con el ELN.
P. “En la historia del asesinato de mi papá hay un gran vacío que siempre duele, un vacío de más de 25 años que el ELN se niega a llenar”, escribe en la introducción de Cartas a mi padre. ¿Nunca ha obtenido verdad de parte del ELN?
R. No. En el libro relato dos episodios con el ELN, uno con una delegación de senadores en la Serranía de San Lucas para facilitar la liberación de un parlamentario que habían secuestrado y otro en la negociación en Quito. Son los dos encuentros que he tenido, con una distancia grande en el tiempo, ambos con el mismo comandante, Pablo Beltrán. Los dos me dejaron un gran vacío. No asumieron, no tuve ninguna expresión sobre la verdad. Siempre he acompañado cualquier esfuerzo de cualquier gobierno con el ELN porque estoy convencido de que la única manera de conocer la verdad de ese crimen es el día en que estos señores firmen un acuerdo de paz, vayan a un mecanismo de justicia transicional y tengan que confesar sus crímenes.
P. Pablo Beltran es hoy el jefe negociador del ELN. ¿Cómo lo describiría?
R. Es una persona fría, cerebral, analítica, muy dogmática e ideologizada, con un libreto muy claro de qué es lo que quieren, muy coherente, que obviamente uno no comparte. De alguna manera mantienen esa visión de lo que debe ser la construcción de la paz en Colombia, una visión bastante abstracta, difícil de aterrizar. En cuanto a la conversación personal, una persona evasiva, como sin querer asumir las responsabilidades de un crimen de esa naturaleza.
P. ¿Por qué es tan difícil esa negociación con el ELN?
R. Yo creo que el ELN al día de hoy realmente no tiene una decisión clara, unificada, meditada, consensuada de abandonar las armas y abandonar la violencia como un método para defender sus ideas. Esa visión del ELN de que primero el país tiene que cambiar todo lo que ellos creen que tiene que cambiar para después desaparecer como guerrilla va a llevar a una guerrilla eterna. A estos negociadores les deseo la mejor de las suertes, pero es muy difícil. Vienen después los demás aspectos que muchos analistas han mencionado. Sí es una guerrilla federal, muy potente, muy dañina, muy violenta y hoy en día muy rica. Todavía hay un gran dogmatismo en muchos dirigentes, empezando con Antonio García. Ahora, también era difícil con las FARC. Hay que intentarlo, no veo otro camino.
P. ¿Los negociadores de paz de Santos y de Petro ya limaron asperezas?
R. Se lo dijimos a la gente del Gobierno en marzo en la reunión de Cartagena: la fórmula de la negociación con las FARC no es la única, ni es infalible ni es perfecta. Fue la que se aplicó y permitió el desarme y la desmovilización de 13.000 hombres. Ahí vamos. Cada negociación es distinta. No hay que limar ninguna aspereza. Ellos tienen una responsabilidad, están haciendo una tarea, es un gobierno distinto. Lo que uno espera es que le que le vaya bien. Pero realmente no hemos vuelto a tener reuniones, ni oportunidad de intercambiar opiniones sobre lo que está pasando con la paz total en general, y con la negociación con el ELN en particular.
P. ¿El presidente Petro está comprometido con la implementación del acuerdo con las FARC?
R. El acuerdo de paz con las FARC ha tenido mala suerte en su implementación. Primero le tocó un Gobierno que no quería implementarlo, que fue el de Duque, y ahora estamos en un Gobierno que yo creo genuinamente que quiere implementarlo, que está comprometido, pero que no puede, que no se ha organizado para hacerlo. Ojalá se organice en los tres años que quedan.
P. ¿Aceptaría ser parte del Gobierno?
R. Yo no hago parte de los colombianos que están apostando al fracaso del Gobierno Petro de una manera bastante visceral, le apuesto al éxito. De hecho, en nuestro partido En marcha venimos acompañando al Gobierno. Eso que han tratado de montar en la última semana algunos presidentes de partidos de un ‘ToconPetro’, todos contra Petro y sus reformas, me parece dañino, inconveniente, e insensato. Las reformas sociales que está planteando el Gobierno son necesarias en el país. No es un embeleco, ni un invento. Lo que pasa es que hay que hacerlas bien, y para eso tenemos que crear un clima de mayor diálogo y concertación. Ya sobre hacer parte del Gobierno, estamos con un desafío muy grande, que es construir un nuevo partido político en Colombia.
P. ¿Qué conclusiones se pueden sacar del primer año de Petro en el poder?
R. Le han sobrado muchas ideas y le ha faltado ejecución. El propósito de la paz total y hacer las reformas sociales que necesita este país es conveniente y hay que seguir luchando por sacarlo adelante. La manera como se están abordando esos temas hay que rectificarla; necesitamos mayor diálogo y concertación, menos confrontación, mayor capacidad de escucha. El Gobierno tiene la necesidad de recuperar la gobernabilidad perdida. Hay que frenar esa vorágine de ideas, ya tenemos suficientes ideas, y meterle más acción, organización y ejecución al Gobierno.
Suscríbase aquí a la newsletter de EL PAÍS sobre Colombia y reciba todas las claves informativas de la actualidad del país.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.