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El cambio de gabinete despeja el camino para la reforma a la salud

La llegada de Guillermo Alfonso Jaramillo a la cartera de Salud y una mayor presencia de la Presidencia en las negociaciones políticas facilitan la conformación de consensos que ya se notan en las votaciones

Guillermo Alfonso Jaramillo, ministro de Salud de Colombia
Guillermo Alfonso Jaramillo, ministro de Salud.Cristian Garativo (Presidencia de la República)
Juan Esteban Lewin

La reforma a la salud, que hace un mes parecía agonizar, recuperó sus signos vitales. El jueves pasado la comisión séptima de la Cámara de Representantes, la célula legislativa que debe aprobarla en el primero de cuatro debates, retomó la discusión después de dos semanas de pausa y mostró que el Gobierno puede lograr mayorías más amplias, incluso, que antes del anuncio del presidente Gustavo Petro de terminar su coalición de Gobierno por cuenta, justamente, de la falta de apoyo a esta legislativa, la reforma social a la que le ha apostado buena parte de su capital político.

La noticia del jueves fue pequeña: se aprobaron solo 3 de más de 150 artículos por discutir. Sin embargo, tuvieron el apoyo de 16 de los 21 representantes, una mayoría más amplia de la que había dejado con vida a esa reforma en la votación anterior, cuando el apoyo de la representante liberal María Eugenia Lopera fue fundamental. Esta vez sus coequiperos Germán Rozo, Héctor Chaparro y Hugo Arcila, así como Camilo Ávila y Víctor Salcedo, del Partido de La U, también apoyaron lo propuesto. De los antiguos aliados de Petro únicamente los conservadores no estuvieron de acuerdo. De mantenerse ese bloque, la reforma no tendría problemas en superar todos los debates que le restan no solo en la Cámara sino también en el Senado.

Por ahora, no es claro que se trate de una mayoría fija ni siquiera para el resto del proyecto de ley. Como dijo a Caracol Radio el representante liberal Germán Rozo Anís, el acuerdo en su partido antes de la votación del jueves fue “que no votáramos los demás artículos, en los que vamos a tener más discusión, hasta que no se ajustara bien el articulado”. Es decir, que votaron los tres aprobados . De hecho, varios de los artículos más sensibles siguen pendientes de que la Comisión los analice y vote. Eso debe ocurrir en la semana que comienza, después de que una comisión accidental de ocho congresistas termine de estudiar las más de 450 proposiciones que presentaron congresistas de todos los partidos.

Más allá del debate que siga, que la reforma haya revivido y que los liberales y La U la hayan apoyado es muy significativo. Entre los rojos, porque muestra que la estrategia del Gobierno de relacionarse de forma directa con los congresistas liberales, buscando especialmente los que se perciben como de centroizquierda o socialdemócratas, ha tenido efecto. También ha servido aumentar la participación de ministros de ese partido tras la crisis ministerial, al mantener a Catalina Velasco en Vivienda y a Néstor Osuna en Justicia, y sumar a Luis Fernando Velasco en Interior. En el caso de La U, si bien perdieron su representación en el gabinete con la salida de Sandra Urrutia de la cartera de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, también ha funcionado para el Gobierno tener una interlocución directa con sus congresistas, y especialmente con la poderosa exsenadora y presidenta del partido, Dilian Francisca Toro.

Detrás de esos éxitos está ese cambio en la manera de aproximarse a los políticos que, con sus votos, definen el futuro no solo del sistema de salud de todos los colombianos sino de las reformas sociales con las que el presidente se ha comprometido. Para ello ha sido funcional el relevo de Carolina Corcho en el ministerio de Salud, desgastada tras las difíciles negociaciones de la reforma con esos partidos. Su reemplazo, el más curtido Guillermo Alfonso Jaramillo, ha vivido entre políticos: es hijo de un gobernador y una congresista liberal de su natal Tolima, su hermano Mauricio es una de las figuras más poderosas del partido rojo en ese departamento, y él mismo fue congresista liberal en los años ochenta y alcalde de Ibagué por una coalición amplia de la izquierda. Si bien hasta ahora ha defendido y ha logrado que el Congreso mantenga los ejes de la reforma de Corcho, especialmente el debatido futuro del aseguramiento privado y las entidades promotoras de salud (EPS), sus relaciones con congresistas reticentes han sido mucho menos confrontacionales. Como dijo Toro, la directora de La U, a El Tiempo, el relevo “abrió las puertas sobre todo con el ministro, que llegó con las ganas de dialogar y de poder concertar”.

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Otro cambio significativo ha sido el papel de la secretaria privada del presidente, Laura Sarabia, en los encuentros con los congresistas, una función que hasta la crisis política de abril estaba en cabeza del entonces ministro del Interior, Alfonso Prada. Eso ha permitido un flujo más directo de información con Petro, que por lo menos hasta ahora ha evitado cortocircuitos como el que ocurrió en febrero, días antes de que el Gobierno radicara el proyecto reforma ante el Congreso, cuando Prada dijo que el proyecto no eliminaría las EPS “bajo ninguna circunstancia”, pero el proyecto sí las eliminaba en la práctica.

Con todo, en la Comisión aún faltan los debates más duros, justamente los que tienen que ver con la sobrevivencia y funciones de las EPS, con la posibilidad de que los usuarios del sistema puedan elegir quién los protege. Los debates en la Comisión, programados para reiniciarse este martes, marcarán el destino del sistema de salud y de la gobernabilidad legislativa de Petro.

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Sobre la firma

Juan Esteban Lewin
Es jefe de Redacción de la edición América Colombia, en Bogotá.

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