“Vamos hacia un campo de batalla”: las siete claves de los discursos de Gustavo Petro el Primero de Mayo
El presidente reiteró la necesidad de lograr un cambio social y apeló a una alianza con el pueblo y a una reivindicación de la tradición liberal de izquierda
“Vamos hacia un campo de batalla en el que hay que triunfar”, le dijo hoy el presidente Gustavo Petro a sus nuevos funcionarios en el gabinete, una hora antes de hacer un discurso ante la multitud que se movilizó este Primero de mayo. El mandatario ha demostrado que quiere ponerle el acelerador a sus reformas sociales: la agraria para los campesinos sin tierra; la de salud para los ciudadanos que no tienen acceso a atención preventiva y de calidad; la laboral para los trabajadores precarizados; la pensional para el 75% de personas que llegan a la edad de jubilación sin ese ingreso mensual. Estas son siete claves de la ruta que ve el presidente para lograr ese triunfo.
1. El presidente apela a la gran movilización social para aprobar las reformas
“No nos dejen solos en estos palacios enormes y fríos”, dijo el presidente Gustavo Petro a la multitud que llegó a escucharlo en la Plaza de Armas, frente a la Casa de Nariño, en su mayoría movilizados por los grandes sindicatos del país. “La gran revolución en marcha demanda una clase trabajadora que se movilice, que luche, que se organice, que se una: este gobierno quiere una alianza con el pueblo trabajador, una alianza a fondo, inquebrantable”, añadió.
Haciendo alusión a los movimientos obreros de Inglaterra (“la cuna del capitalismo”), y a la recién aprobada reducción de la jornada laboral en Chile, el presidente dijo que las reformas sociales siempre dependen de la lucha y capacidad de presión de los trabajadores. Por eso llamó a que los movimientos sociales (particularmente obreros y campesinos) se movilicen para que el Congreso apruebe sus reformas al sistema laboral, de salud y de pensiones.
“No hemos dejado de lado la bandera de la concertación”, aclaró el presidente con respecto a dialogar con otros partidos políticos. Lo dice después de que Petro empezó gobernando con una gran coalición, entre ellos partidos de derecha como La U y Conservador, que apoyaron la reforma tributaria el año pasado pero han tenido muchos más reparos frente a la de salud. El presidente aún podría aprobar esta última reforma con apoyo del partido liberal, pero en ese frente tiene una tiene un obstáculo a vencer: el director del partido no es, actualmente, su aliado.
2. César Gaviria, expresidente y cabeza del Partido Liberal, es el enemigo a vencer
Desde el icónico balcón, el presidente lanzó varios dardos a quien ha dirigido el partido liberal durante varios años y que ha sido uno de los mayores opositores a su reforma a la salud, el presidente del Partido Liberal, César Gaviria. Este último gobernó a Colombia de 1990 a 1994 y está inmerso en una puja interna de su partido, pues hay un sector significativo de sus congresistas rojos que quiere apoyar la transformación al sistema de salud que propone el Gobierno de izquierda. De hecho, Petro reconoció que el voto de la representante liberal María Eugenia Lopera salvó la reforma a la salud la semana pasada.
“Los dueños de los bancos, los dueños del capital, presionaron a uno de sus mayores voceros, el expresidente César Gaviria, para que tratar de oponer al Partido Liberal, que se había afirmado a sí mismo como el partido del pueblo”, dijo el presidente sobre Gaviria, quien como gobernante lideró varias reformas al Estado que Petro enmarca como errores neoliberales. El presidente regresó al impulso del Gobierno Gaviria a la ley 100 de 1993, que creó el actual sistema de salud con la competencia entre las EPS (Empresas Prestadoras de Salud) como aseguradoras de la salud. “Millones de colombianos han muerto desde que se expidió la Ley 100″, dijo el presidente Petro.
3. El presidente se reclama el defensor de las libertades, pero no en el sentido neoliberal
Una hora antes de su discurso a la multitud, el presidente Gustavo Petro calentó motores con otro discurso, esta vez dentro del Palacio de Nariño. En el acto de posesión de sus nuevos ministros hizo una reflexión sobre la libertad, lo que ha significado para unos sectores liberales, y lo que significa para un presidente progresista o de izquierda como él.
“Si no hay satisfacción de las necesidades, no hay libertad”, dijo Petro. “Un pueblo al que han condenado a una de las mayores desigualdades sociales de la tierra, pues obviamente tiene que tener muchísimas necesidades fundamentales insatisfechas(...) Nuestro pueblo es un pueblo sin libertad”, explicó. Y argumentó que las reformas sociales son necesarias para que el pueblo colombiano tenga sus necesidades básicas satisfechas y así sea realmente libre.
Esa es una mirada de la que, a juicio de Petro, se ha alejado el oficialismo del Partido Liberal. “En el escudo se puso la frase ‘libertad’ y algún partido político se apropió de ese término durante siglo y medio de existencia republicana, el partido de la libertad, pero se fue confundiendo la palabra libertad con la libertad de comprar, que solo es para aquellos que tienen con qué comprar; la libertad de producir mercancías, que solo pueden hacer aquellos que tienen el capital para poder producirlas. La libertad se fue circunscribiendo a un mundo pequeño de consumidores, y sobre todo a un mundo muy pequeño de productores”, dijo el presidente.
En esa línea, y en contravía de Gaviria, Petro reivindicó a varias de grandes figuras tradicionales del Partido Liberal como Jorge Eliecer Gaitán, Rafael Uribe Uribe, Gabriel Turbay, y, sobre todo, Alfonso López Pumarejo, el presidente que en 1936 reformó la Constitución para fortalecer los derechos sociales.
4. Petro quiere defender la función social de la tierra, al estilo de López Pumarejo pero sin la expropiación
“Estamos viviendo la misma situación a la que vivía López Pumarejo y su revolución en marcha. Si miramos atrás diríamos que si ese gobierno liberal pudiera haber hecho las reformas y continuar el proceso con algún sucesor como Gaitán, Colombia no tendría el raquitismo democrático que tiene hoy, ni los niveles de injusticia”, dice el presidente.
Petro repitió varias veces el concepto de “revolución en marcha” que acuñó el expresidente liberal como marco para sus reformas sociales, en particular la agraria. La desigualdad en la propiedad de la tierra ya era causa de enormes conflictos y López empezó una reforma que quedó inacabada, algo que muchos consideran ha sido una de las causales del conflicto armado que persiste en Colombia.
López Pumarejo consideró que la propiedad privada no era absoluta, pues debe complir una “función social”, y esa fue la base de la posibilidad de hacer una reforma agraria incluso expropiando tierras fértiles a grandes terratenientes. El presidente Petro en su discurso aclaró que no piensa expropiar sino comprar tierra voluntariamente, pero insistió en que esa revolución agraria es una prioridad de su gobierno y espera ponerle el acelerador: “Si este Gobierno no sale con nada alrededor de este tema incumplió su palabra de cambio”.
“No hemos podido comprar sino 17.000 hectáreas de terreno, y se necesita comprar al menos tres millones”, dijo el presidente. “Para poderlo hacer, el Gobierno tiene que ir por la tierra. No nos la ofrecen voluntariamente, no nos la ofrece un sector de privilegiados que desde los tiempos del feudalismo y del esclavismo concentra la posesión de la tierra fértil”, añadió. Ese sector que “comete un crimen contra la humanidad, porque en tiempos de crisis climática, tener tierra fértil sin producir es un crimen”.
5. El espíritu de la reforma a la salud se mantendrá
El presidente tosió y tosió en las más de dos horas de sus dos discursos, sin tomar un vaso de agua ni explicar si necesitaba atención médica o ya la había tenido. Es una paradoja si se tiene en cuenta que uno de sus puntos centrales fue la defensa de la atención pronta y preventiva de salud en la reforma que antes lideró la exministra de Salud Carolina Corcho y que ahora está en manos de Guillermo Alfonso Jaramillo.
“El cambio de Ministerio de Salud no cambia la esencia del proyecto”, dijo el presidente. Y puntualizó que la esencia del proyecto “tiene que ver con que los dineros públicos de la salud los maneja el público” y eso debe mantenerse para que “Colombia por primera vez pueda tener atención primaria y preventiva, y garantizar que todo colombiano pueda acceder”.
6. Petro sigue reivindicando el mito del general José María Melo
Si liberales como Gaitán y López Pumarejo tuvieron su momento de gloria en el discurso, quien se llevó buena parte de la atención fue el general y expresidente José María Melo, del siglo XIX, un olvidado líder que Gustavo Petro reivindica con frecuencia. El presidente habló de las guerras de independencia que lideró Simón Bolívar, dijo que unas élites traicionaron sus ideales y que por eso tres décadas después Melo “fue a reconstruir la Gran Colombia”. Melo, apoyado por los artesanos y “el pueblo trabajador”. Recordó que el militar resistió “ocho meses de batallas” contra una alianza de políticos, que Petro resumió como conservadores que querían defender la esclavitud.
Aunque hay historiadores que explican que Melo llegó al poder gracias a un golpe de Estado, y luego buscó el apoyo de los artesanos, y que no fue un presidente indígena como resalta Petro, el presidente ve una enseñanza histórica en ese episodio: “nos puede enseñar lo que estamos viviendo en este presente: a José María Melo lo derrotaron los ejércitos de los esclavistas”. “Nuestro cambio es que quienes gobiernen no sean los herederos de los esclavistas, sino los de los esclavos”, concluyó.
7. Desaparecieron del discurso elementos que eran centrales como el M-19, la paz total, el frente amplio y Venezuela
Frente a la alocución del 7 de agosto del 2022, cuando se posesionó como presidente, desaparecieron de su narrativa los grandes líderes de la izquierda cuyos proyectos políticos abortó la violencia, como el asesinado líder del M-19 Carlos Pizarro o los cientos de militantes del partido Unión Patriótica exterminados por militares y paramilitares. Tampoco mencionó su ambicioso proyecto de la paz total, que este martes estrena un nuevo capítulo con el tercer ciclo de negociaciones con la guerrilla del ELN, ni los diálogos con gobiernistas y opositores de Venezuela, que tuvo un capítulo frustrado la semana pasada.
El presidente no habló del “gran frente amplio” o del “gran acuerdo nacional” para poder aprobar las reformas sociales. El tiempo de la gran conciliación se acaba, y también la paciencia del presidente. “Querer coartar las reformas puede llevar a la revolución”, advirtió.
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