Muere Gabriel González, el hombre que asesinó a su hijo en Melgar
El homicida de un niño de 5 años se encontraba ingresado por intoxicación
Gabriel González Cubillos, condenado por asesinar a su hijo el pasado octubre, falleció en la noche del lunes por un paro cardiorrespiratorio. Se encontraba ingresado desde el domingo en una Unidad de Cuidados Intensivos por intoxicación, según ha informado el Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec). Estaba preso desde octubre en el cárcel de Picaleña, de Ibagué, y cumplía una condena por homicidio agravado. Había matado a Gabriel Esteban en un hotel de Melgar (Tolima) como forma de vengarse de su expareja.
El Inpec no ha dado detalles sobre las causas de la muerte. Sin embargo, un comunicado del Hospital Federico Lleras Acosta (Tolima) señala que murió tras ingerir 400 tabletas de medicamentos antihipertensivos y antidepresivos. Fue resultado de “una acción autoinflingida de manera suicida”.
González planeó metódicamente el homicidio del niño. El sábado 1 de octubre, aprovechó el permiso que tenía para pasar un fin de semana con su hijo cada 15 días y se lo llevó a Melgar, un pueblo turístico a tres horas de Bogotá. Allí, alquiló una habitación de hotel en la que asfixió al niño, avisó en la recepción que salía a “desayunar” y no volvió. Dejó el cadáver abandonado.
La condena de González a 45 años de prisión, en noviembre, marcó un hito en el país. La justicia reconoció por primera vez un asesinato como un caso de violencia vicaria. “Es la primera vez que se logra probar que el homicidio de un niño por parte de su padre se realiza para generar dolor y sufrimiento a su expareja”, declaró en ese entonces la Fiscalía General de la Nación. Tras matar a Gabriel Esteban, el asesino le había enviado a la madre del niño una foto del cuerpo junto a la hora del crimen y la forma en la que lo mató.
El padre de la víctima y autor del homicidio le había dejado en claro a su expareja que la muerte del niño era una venganza contra ella: “Ahora si puedes disfrutar sola con Edilson y Wesly, sin Tricitico ni mucho menos yo. Felicidades”. La había hecho sufrir todo el día anterior a confirmarle el asesinato, con un USB que le había dejado en el baño de la casa y en el que le notificaba con antelación sobre sus intenciones de matar al niño.
Los médicos intentaron salvar a González, pero “la gravedad de su condición clínica” hizo imposible evitar su muerte en la noche del lunes.
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