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El asesinato de un niño de cinco años a manos de su padre conmociona a Colombia

Le envió a su expareja una imagen del niño muerto y le confirmó que lo había matado para vengarse de ella

Catalina Oquendo
Gabriel González, su hijo Gabriel Esteban y Consuelo Rodríguez, madre del niño, en una imagen compartida en sus redes sociales
Gabriel González, su hijo Gabriel Esteban y Consuelo Rodríguez, madre del niño, en una imagen compartida en sus redes sociales.RR SS

Un chat macabro y doloroso que confirmaba la peor noticia que puede recibir una madre. Eso vio Consuelo Rodríguez, mamá de Gabriel Esteban, un niño de 5 años que le había entregado a su padre para que estuviera con él el fin de semana, como estaba acordado. En el Whatsapp, el padre le enviaba una foto del niño muerto y un mensaje en el que reconocía que lo había asesinado. Aunque no había orden de captura contra él, este martes la Policía lo detuvo por soborno.

Con frialdad, le decía la hora de la muerte, la forma del asesinato (asfixia mecánica), y deslizaba que lo habría hecho como venganza por la reciente separación de ambos. A la mujer, que había estado buscando a su hijo con desespero, el mundo se le vino abajo.

El caso ha causado una enorme conmoción y rabia en Colombia. El hombre llamado Gabriel González habría calculado cada paso del asesinato. Recogió al niño el sábado en la tarde para pasar juntos el fin de semana, y antes de irse pidió prestado el baño a su expareja. Allí le dejó una tarjeta USB en la que le narra los planes de asesinar al hijo de ambos.

El sábado, según reportan medios locales, llevó al niño a una reunión familiar y se despidió sin aspavientos. Después comenzó a dejar pistas y anuncios de lo que haría: llamó a su hermana para decirle que no regresaría y darle indicaciones sobre qué hacer con sus pertenencias. También llamó a su expareja para informarle que había dejado la USB. “Me pidió a través de un mensaje de WhatsApp buscar una USB que dejó un muro del baño de mi casa, en ella había un video en el que él me confirmaba que iba a asesinar a mi hijo y después se iba a matar él”, contó Consuelo Rodríguez a Blu Radio, y dijo que tras la separación recomendaron que él hiciera terapia con sicólogo.

La madre de Gabriel activó la búsqueda con la Policía. El rostro sonriente del niño circuló en redes sociales y en las calles de Tocancipá, un pueblo a 22 kilómetros al norte de Bogotá, donde se creía que lo había llevado. Finalmente fue hallado sin vida en un hotel de Melgar, un pueblo turístico a unas tres horas de la capital.

“El señor llegó con su hijo sobre las 10:30 de la noche del domingo. No se notaba nada raro. El niño venía contento porque lo traía engañado, se le pidió la documentación y él la presentó, se hizo el registro y se fueron a la habitación asignada. Al día siguiente el salió muy tranquilo y muy sereno y saludó al recepcionista: y dijo: ‘Voy por desayuno’, ya vengo”, contó a la radio Fabián Vidal, dueño del hotel donde encontraron el niño.

En Melgar también aseguran que el niño se veía feliz y que, antes de entrar a la habitación con su padre, jugaba con peces de un acuario. Nadie vio nada extraño. Después de analizar el logo del hotel, que se veía en la macabra imagen que envió el padre a través de WhatsApp, las autoridades dieron con el lugar. La Policía lo capturó el martes en una vía del departamento del Valle del Cauca, a unas cinco horas de Melgar.

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Sobre la firma

Catalina Oquendo
Corresponsal de EL PAÍS en Colombia. Periodista y librohólica hasta los tuétanos. Comunicadora de la Universidad Pontificia Bolivariana y Magister en Relaciones Internacionales de Flacso. Ha recibido el Premio Gabo 2018, con el trabajo colectivo Venezuela a la fuga, y otros reconocimientos. Coautora del Periodismo para cambiar el Chip de la guerra.

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