Petro y Maduro vuelven a verse las caras mientras la mesa de México continúa en suspenso
El presidente de Colombia y el embajador Benedetti han tratando de hacer de puente con Estados Unidos para reactivar el diálogo
Habían quedado en verse el lunes, pero Nicolás Maduro canceló el encuentro por problemas de agenda. El presidente de Venezuela vivía una crisis interna por la defenestración de uno de los personajes claves de su Gobierno, Tareck El Aissami. El ministro que controlaba la petrolera estatal, PDVSA, se ha visto envuelto en un caso de megacorrupción con el que se han extraviado más de 3.000 millones de dólares. Por fin, Maduro y el presidente colombiano, Gustavo Petro, se encontraron este jueves en Caracas, en una reunión que se había llevado con secretismo. Los dos mandatarios han restablecido en tiempo récord las relaciones diplomáticas después de que estuvieran siete años congeladas, pero algunas promesas que hicieron se han quedado por el camino.
Petro estuvo acompañado del canciller Álvaro Leyva, su jefa de gabinete, Laura Sarabia, y Armando Benedetti, embajador de Colombia en Caracas. Maduro tuvo al lado a la primera dama, Cilia Flores, y a los hermanos Rodríguez, Jorge y Delcy, sus dos personas de más confianza. Según fuentes gubernamentales, los mandatarios hablaron de la lucha contra el narcotráfico y la colaboración en la frontera; la apertura de los consulados colombianos (serán aproximadamente 15, contando el que ya está abierto en Caracas); y la cumbre de la Amazonía, uno de los temas que obsesiona a Petro y en el que pretende involucrar a Maduro.
Después de la reunión, que se prolongó durante dos horas, el presidente colombiano se dirigió a la embajada en Caracas, donde recogió un busto de Simón Bolívar que hasta ahora decoraba uno de los salones de la residencia y lo subió al avión presidencial, rumbo a Colombia.
Recibo a esta hora a mi llave, a mi amigo, el presidente @petrogustavo en la residencia del embajador en Caracas. ¡Y se llevó a Bolívar para Colombia! pic.twitter.com/MQfl4uT9DR
— Armando Benedetti (@AABenedetti) March 23, 2023
En la agenda no ha habido temas que hasta hace nada resultaban claves. Petro, al inicio de la relación, consideraba fundamental que el régimen chavista diera pasos hacia la democracia liberal y se reintegrara en los organismos de control latinoamericanos. Maduro llegó a verbalizar que estudiaba la posibilidad de regresar al sistema interamericano de justicia y que iba a impulsar, a petición del presidente de Colombia, la negociación con la oposición en México, moderada por Noruega. De esa mesa de diálogo debía salir una fecha para elecciones de 2024 y la constatación de que se iban a celebrar en igualdad de condiciones para todos los candidatos.
Meses después, no hay ningún indicio de que Venezuela acepte volver al sistema que Hugo Chávez decidió abandonar en 2013 y las conversaciones con la oposición han encallado. Maduro y Rodríguez consideran que Estados Unidos no ha cumplido la promesa de descongelar activos venezolanos en el extranjero, como el oro guardado en el Banco de Inglaterra o las cuentas del Banco Central de Venezuela en Nueva York. Se calcula que suponen entre 3.000 y 6.000 millones de dólares, depende de si lo calcula el Gobierno o la oposición. Washington, a su vez, desconfía por naturaleza del chavismo, al que acusa de cambiar todo para que nada cambie.
Lo último que ha dicho el chavismo es que el diálogo en México se reanudará si se levantan las más de 700 sanciones internacionales que pesan sobre el país. Colombia intenta mediar en este asunto. El embajador Benedetti viajó esta semana a Washington para encontrarse de forma confidencial con miembros del Capitolio y la Casa Blanca y abordar el tema venezolano. Benedetti ha fraguado una buena relación con el chavismo y sirve de puente en Venezuela tanto para Petro como para Estados Unidos.
Esta ha sido la quinta ocasión en la que se han reunido los presidentes, la tercera en Caracas. Maduro juega un papel importante en el acuerdo de paz global que intenta Petro. El sucesor de Chávez exigió estar presente en la mesa de negociación entre el Gobierno y la guerrilla del ELN. Y las disidencias de las FARC de Iván Mordisco le han pedido al Gobierno chavista que haga de garante en la próxima mesa de diálogo que se va a instaurar. Sorprende la petición, puesto que ese grupo armado se enfrentó en la frontera con el ejército venezolano en 2021, lo que provocó un éxodo hacia Colombia de un gran número de ciudadanos que habían quedado atrapados en el fuego cruzado.
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