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‘Nijolė’: la historia de Antanas Mockus en un viaje a sus orígenes

Un documental retrata la relación entre el político y su mamá, la artista lituana Nijolė Šivickas. Es el relato de un hijo de migrantes que transformó la forma de hacer política en Colombia

Antanas Mockus y su mamá, la artista Nijolé Šivickas, en una imagen del documental 'Nijolé', en Lituania, en 2016. En video, tráiler de 'Nijolé'.Foto: Prensa documental Nijole
Sally Palomino

Antanas Mockus se tambalea frente a una mesa de madera. Hunde sus manos en una mezcla de arcilla y las deja ahí, quietas. Se esfuerza por mantenerse firme, pero sus piernas se mueven de un lado a otro, y su cabeza también. Está en el taller de Nijolė Šivicka, su mamá, una escultura, pintora y ceramista. Ocurre entre 2015 y 2018, cuando Mockus ya lleva varios años con párkinson, y es una escena del documental Nijolė, la huella de la existencia, que cuenta la historia de una madre y un hijo que caminan de la mano interrogándose sobre qué debería ser recordado, y qué es mejor dejar en el olvido.

El documental, dirigido por el italiano Sandro Bozzolo, acompaña la última etapa de la vida de la artista, que murió en 2018. Junto a su hijo, de paso lento e inestable, Nijolė Šivicka hace el que sería el último viaje a sus orígenes en Lituania. El personaje público de Antanas Mockus (Bogotá, 70 años) contrasta con el silencio que vive entre las paredes de su casa materna, en el jardín o en el taller. El exalcalde de Bogotá, que irrumpió en la política nacional con su particular estilo, habla en lituano y al lado de su madre no se ve tan excéntrico como el país lo recuerda porque ella lo fue todavía más. En 1955, cuando apenas llevaba unos años en Colombia, donde migró junto a su esposo Alfonsas Mockus acosados por la posguerra, Šivicka decidió que dejaría de exponer sus obras al público. No soportaba el choque entre el contenido social de su arte y la elegancia de los espectadores. Durante años, prefirió encerrarse en su taller, en el barrio Quinta Paredes en Bogotá, a hacer grabados para ilustrar revistas literarias hasta su encuentro con la cerámica y la escultura. A su lado siempre estuvo Antanas.

Antanas Mockus.
Antanas Mockus, en una imagen del documental.Prensa documental Nijole

“Soy el hijo de Nijolė, fui un matemático, fui profesor de lógica y filosofía, fui alcalde, fui cristiano”, dice Mockus de barba blanca mirando a la cámara. El exalcalde de Bogotá, el hombre que por primera vez habló de conciencia ciudadana en el país, el funcionario que iba al trabajo en bicicleta cuando nadie más lo hacía, el mismo que se bajó los pantalones frente a un auditorio de la Universidad Nacional cuando era rector o que entró sobre un elefante a su boda, en un circo, es también el hijo de una familia migrante, de una mujer irreverente, fuerte y un tanto dispersa, que le enseñó a escuchar, y de un padre que le enseñó matemáticas.

El director del documental, Sandro Bozzolo, dice que la relación de Nijolė con su hijo tuvo, de alguna forma, un efecto en la historia contemporánea de Colombia. El diálogo y la lectura crítica de la sociedad eran centrales en la casa de Mockus, que intentó trasladar esas mismas preocupaciones al espacio público con su forma de hacer política, siempre atrevida. “Ese amor imposible por la humanidad que ha sido la vida conocida de Antanas ha estado inspirado por la profunda relación con su madre”, cuenta el director, que esta semana recorre el país en el estreno del documental en las salas de cine.

antanas mockus y su mamá
Antanas Mockus y su mamá, la artista Nijolė Šivickas, en su taller en Bogotá.Prensa documental Nijole

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“Es la historia sobre dos personas mayores que caminan juntas contra el viento de la vida”, dice Bozzolo, que ya se había interesado en la vida de Mockus, con un libro que escribió sobre su faceta como alcalde. Mockus hace un esfuerzo para hablar y su cuerpo va a otro ritmo, pero sus ideas siguen siendo las mismas que impulsaron a buscar dos veces la alcaldía y la presidencia. “Cuando vas envejeciendo hay una especie de nueva belleza”, dice mirando a su madre, a quien toda la vida le consultó cualquier decisión. “Cuando tenía 14 años murió mi padre y mi madre se hizo cargo de la economía de la casa. Ella me dijo que el deporte se acabó, que tocaba trabajar. Las mañanas de mis sábados, que las tenía reser­vadas para el deporte, cam­biaron. Empecé a ayudarle en el taller, me hice cargo de su contabilidad”, contaba Mockus en una entrevista a la revista Cromos.

En 2016, madre e hijo emprendieron el que fue el último viaje juntos Lituania, donde los esperaban su familia y cajas repletas de retratos viejos y recortes de prensa. “Nijolé ha sido capaz de no dejarse acosar por las cosas que suelen acosar a los artistas”, dice Antanas sobre su mamá, que se burlaba de las jerarquías sociales y cuestionó a la sociedad con su obra. Su producción artística incluye cientos de esculturas, instalaciones, pinturas y dibujos.

Después de que Mockus fue elegido alcalde de Bogotá, en 1995, su madre decidió desaparecer por completo de la escena pública y se refugió en su casa, donde tenía instalado de su taller. Allí, encerrada, en silencio o en lituano si el visitante era Antanas, permaneció hasta 2016, cuando volvió a Lituania y recibió un homenaje en el Centro de Arte Contemporáneo de Vilnius. “Este documental nace de la fascinación hacia ella como artista y como mujer. Intentamos entender su misterio y la influencia en su hijo, a quien todos conocimos por sus acciones, pero pocos saben que estuvieron inspiradas por su madre”, cuenta el director. “Ella era una artista, iconoclasta, provocadora... Mucho de esto lo heredó su hijo Antanas”.

Nijolė y Antanas salen del espacio íntimo de su casa-taller en Bogotá hacia el Báltico para presentar, por primera vez frente a una audiencia, el trabajo inédito Works and Reflexions 1972-1980, en un viaje a sus orígenes. “Antanas es muy colombiano pero también es muy lituano, es una sorpresa descubrir a un personaje tan fundamental de Colombia en su idioma materno. También hay un mensaje muy valioso que un hijo de migrantes haya podido tener un impacto tan fuerte como lo tuvo él en Colombia”, dice el director. Con la muerte de su madre, Mockus perdió a su maestra, “su polo a tierra”, agrega Sandro Bozzolo, “era la conexión diaria con sus raíces. Con ella hablaba en su idioma, contemplativo, antiguo, silencioso”.

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Una escultura de Nijolė Šivickas.cortesía

El documental intenta descubrir el origen de un hombre inclasificable que irrumpió en la política, poniendo la mirada sobre su mamá migrante, artista y rebelde. “Tener una madre libre se lo deseo a cualquiera”, dice Antanas a las cámaras. “Nijolé, hay una cosa que siempre he querido preguntarte. ¿Te casaste al terminar la academia o cuando estabas estudiando?”, indaga Mockus inquieto. “Estás bien vestido”, responde Nijolé, que mira su corbata.

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Sobre la firma

Sally Palomino
Redactora de EL PAÍS América desde Bogotá. Ha sido reportera de la revista 'Semana' en su formato digital y editora web del diario 'El Tiempo'. Su trabajo periodístico se ha concentrado en temas sobre violencia de género, conflicto armado y derechos humanos.

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