Así se ha convertido Turquía en el centro mundial de la cirugía estética barata (y a veces peligrosa)
Turquía es una potencia del turismo sanitario. En 2023, 1,5 millones de extranjeros acudieron al país para someterse a algún tratamiento u operación, el doble que hace cinco años.
¿Por qué? Detrás hay miles de anuncios pagados por empresas en las redes sociales y los buscadores de internet. Se publicitan en español como una opción segura y más barata que las clínicas europeas.
Pero no es siempre así: en abril del año pasado, el Ministerio de Asuntos Exteriores español informó de que “en los últimos meses, al menos cuatro ciudadanos españoles han fallecido” tras una intervención estética en Turquía. Aunque no hay cifras oficiales, se acumulan decenas de fallecimientos de pacientes de otros países.
Para evitar riesgos:
- Hay que comprobar que el centro tiene licencia. Hay una lista pública de los autorizados y algunos tienen acreditación de instituciones estadounidenses y europeas.
- Y priorizar la calidad por encima del precio. Hay clínicas que abaratan costes con material de peor calidad o que prescinden de personal necesario en las intervenciones.
© Foto: Chris McGrath (Getty Images)
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