El precio por la pérdida traumática de un testículo
Un vecino de Ourense afronta hasta 6 años de prisión y 73.000 euros de multa por agredir a un joven
El suceso que en 2015 estremeció al pequeño municipio de Punxín, de apenas 800 habitantes, se ventila estos días ante un tribunal de la Audiencia de Ourense. En el banquillo se sienta un vecino de la localidad, Julio F.G.,, cinturón negro de taekwondo, al que se le acusa de haber agredido brutalmente al joven panadero, Diego D., que entonces contaba 21 años, y como consecuencia de los golpes perdió el testículo izquierdo tras permanecer varios días hospitalizado.
El agresor, que fue detenido por estos hechos, se enfrenta a la petición de la fiscal del caso de cuatro años de prisión y multa de 44.000 euros, por la “pérdida traumática” ocasionada a la víctima. La acusación particular solicita hasta 6 años de cárcel y que el procesado indemnice al joven con 73.000 euros.
Según el escrito de acusación de la fiscal Rosa Tallón, el presunto agresor, que carece que antecedentes penales, a mediodía del domingo 26 de julio de 2015 se disponía a limpiar una finca de su propiedad y atravesaba con dos perros la carretera cuando se cruzó con Diego, que en ese momento regresaba de hacer las entregas diarias de pan al vecindario, conduciendo su furgoneta de reparto del negocio familiar en el que trabaja.
Tras sobrepasar el punto donde se encontraba el acusado, Diego se apeó de su vehículo y recriminó a Julio que paseara con sus perros en medio de la calzada entorpeciendo el tráfico. “Ante esto, afirma la fiscal, el acusado, con intención de menoscabar su integridad física, le propinó una patada en los testículos y lo golpeó en la cara con una raqueta”.
Como consecuencia de los golpes, Diego sufrió diversas lesiones, la más grave fue un traumatismo por rotura testicular izquierdo por lo que requirió una intervención quirúrgica y posterior tratamiento médico durante 25 días. “Le han restado como secuelas la pérdida traumática del testículo izquierdo, y un perjuicio estético derivado de dicha pérdida”, concluye el informe del Ministerio Público.
La Guardia Civil procedía a detener al agresor al día siguiente del enfrentamiento como presunto autor de un delito de lesiones. Quedó en libertad con cargos, además de una orden de 300 metros de alejamiento del chico, después de declarar en el juzgado de instrucción de Carballiño que abrió diligencias para investigar el caso tras la denuncia presentada por los padres de Diego. Conmocionado por lo ocurrido, el pueblo de Punxín se movilizó a favor de la familia del joven para recoger firmas delante de la iglesia del pueblo que fueron entregadas en el juzgado. Tampoco el Ayuntamiento quiso quedar al margen del suceso, y el pleno municipal abordó en la sesión el asunto a petición del grupo Cambio Inteligente que consideró necesario que los políticos hiciesen un manifiesto público de rechazo a la violencia.
El abogado de la víctima justifica la máxima pena prevista para el acusado al que le aplica la agravante de ser cinturón negro de taekwondo. En su escrito de acusación, el letrado asegura que los perros estuvieron a punto de provocar un accidente en la calzada que une San Esteban y Vilamoure (Punxín) y que por eso la víctima se bajó de su furgoneta de reparto para recriminárselo. Fue entonces cuando el cinturón negro respondió con una patada en los testículos y golpes en la cara con una raqueta.
La versión del inculpado es otra. Afirmó en el juzgado que él le dio un simple toque con “una raqueta para matar mosquitos” en el parabrisas de la furgoneta porque conducía rápido, lo que provocó su enfado y que se bajara del coche. Julio F.G. considera que él trató de defenderse porque su contrincante era más joven, aunque no recuerda que le diese una patada en los genitales. Admitió que llevaba consigo una horquilla y una guadaña pero dijo que llegó a temer por su vida porque había un terraplén cerca.
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