El Rey a Mohamed VI: “Marruecos es un ejemplo de apertura y estabilidad”

Marruecos se libró de la primavera árabe porque cuando estallaron las primeras protestas en el país pidiendo que la monarquía se transformara en una institución parlamentaria que reinase, pero no gobernase, Mohamed VI pronunció un discurso anunciando reformas. Los cambios se plasmaron en una Constitución, aprobada en 2011, pero los avances fueron tímidos: el rey sigue presidiendo el Consejo de Ministros y el Consejo superior del Poder Judicial. Ayer, don Juan Carlos elogió esas reformas y aseguró que, gracias a ellas, “Marruecos es hoy un ejemplo muy valioso de apertura y de estabilidad”.

Le escuchaban cuatro ministros marroquíes, cinco españoles (José Manuel García-Margallo, Alberto Ruiz-Gallardón, Ana Pastor, José Manuel Soria y Jorge Fernández Díaz), nueve extitulares de Exteriores de UCD, PP y PSOE (Miguel Ángel Moratinos, Trinidad Jiménez, Ana Palacio, Javier Solana, Marcelino Oreja, Carlos Westerdorp, Abel Matutes, Josep Piqué y José Pedro Pérez-Llorca) y un centenar de empresarios de ambos países que durante unas horas convivieron en el salón de un hotel de lujo de Rabat que prometía “un espacio de prosperidad compartida”.

El Rey les propuso a todos trabajar para “estrechar mucho más los vínculos económicos”: “Tenemos ante nosotros la posibilidad de generar crecimiento y empleo si sabemos aprovechar el potencial de nuestra asociación estratégica”, dijo. Y puso como ejemplo el llamado Enlace Fijo a través del Estrecho de Gibraltar, un viejo proyecto —don Juan Carlos habló por primera vez de él en 1979 con el fallecido Hassan II, padre del actual rey de Marruecos— para lograr la conexión ferroviaria entre ambos países: 38,7 kilómetros de los que 27,7 serían bajo el mar. Pastor, ministra de Fomento, acordó con el ministro marroquí de Transportes retomar los estudios realizados por las sociedades Secegsa y Sned para reactivar el proyecto, según Fomento.

Tras el encuentro empresarial, y la firma de un acuerdo de cooperación entre las patronales de los dos países, Gallardón se reunió con el número dos del ministerio de justicia marroquí, con el que trató de cerrar definitivamente el bloqueo de las kafalas (modalidad de adopción islámica), comprometiéndose a trasladarle toda la información que requirieran y a no alterar la nacionalidad ni la religión de los niños adoptados por familias españolas —25 que llevan casi un año esperando una sentencia favorable—. Gallardón le ofreció ayuda para informatizar la justicia marroquí.

Soria se reunió con sus homólogos de Industria y Turismo. Después, comentó con los periodistas que desde que puso un pie en Rabat “ni un solo marroquí” le había preguntado por Bárcenas, y que en cambio sí se habían interesado por las reformas de Rajoy para salir de la crisis. Eso es “en lo que está el Gobierno, no en las estrategias de la oposición”, dijo.

Pero uno de los más contentos este martes, era el funcionario español que lleva años mediando para la firma del acuerdo de pesca entre la UE y Marruecos. Las negociaciones se paralizaron en febrero por diferencias sobre el coste económico y el respeto a los derechos humanos en el Sáhara. Los buques europeos tuvieron que abandonar la zona en diciembre de 2011 y los 70 buques españoles afectados dejaron de percibir ayudas de compensación por el parón en 2012. El pasado 9 de julio, ambas partes decidieron volver a sentarse a hablar mañana. “Creo que la visita del Rey ha tenido mucho que ver. Estamos cerca”, decía el funcionario español.

La segunda jornada del viaje del Rey a Marruecos terminó con una cena oficial en el palacio real ofrecida por Mohamed VI a más de 600 invitados, entre ellos la macrodelegación española de ministros y empresarios, 27 presidentes o consejeros delegados de las grandes compañías de infraestructuras, turismo y energía del país. El día había empezado con una visita al mausoleo de Mohamed V. El Rey, descalzo, depositó una corona sobre las tumbas del padre y el abuelo del actual monarca alauí. Después, don Juan Carlos le regaló a Mohamed VI una copia de unos manuscritos árabes de Patrimonio Nacional. El obsequio del Rey llegará mañana: la llave de oro de la ciudad. Es la primera vez que se entrega a un jefe de Estado extranjero.