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diario de la crisis

Rajoy presiona para que el BCE actúe ya

El presidente pide la intervención urgente del banco sin citarlo: "Se puede hacer en 24 horas" Apoya a Merkel, se aleja de Hollande y sus eurobonos y da prioridad a la austeridad

Carlos E. Cué
Mariano Rajoy y Barak Obama, en la cumbre de la OTAN.
Mariano Rajoy y Barak Obama, en la cumbre de la OTAN.EFE

La economía sigue hundida y sin dar signos positivos: la bolsa vuelve a bajar, la prima de riesgo sigue en niveles récord, y se consolida la recesión. Solo queda la política. Ahogado por la peor semana económica de su mandato, Mariano Rajoy ha puesto la vista en lo único que está a su alcance y parece girar a toda velocidad: la alta política europea y la presión que esta pueda ejercer sobre el Banco Central Europeo, el único que, según La Moncloa, puede resolver esta situación.

El presidente sigue una estrategia extraña: oficialmente, él no pide nada, ni siquiera reuniones. En el peor momento de la economía española, Rajoy se empeña en dar la imagen de que son los demás los que le llaman. Según el Ejecutivo español, ha sido Angela Merkel quien ha querido verle, David Cameron quien ha solicitado una entrevista, y Mario Monti quien le ha propuesto que se incorpore a la llamada cumbre del crecimiento en Roma, a la que en principio no le habían invitado. “Yo no he pedido estar en esa reunión”, llegó a decir el propio Rajoy.

En realidad, como es lógico, el entorno del presidente no para de moverse para elevar su perfil internacional en un momento clave en el que la solución es exterior. Todas estas reuniones tienen que ver con esos movimientos. El presidente trata de evitar la imagen de que está reclamando ayuda, pero él mismo subió mucho su nivel de presión al BCE, más que nunca, aunque sin llegar a citarlo.

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“En este momento lo más urgente es garantizar la estabilidad financiera, que cuando un país tenga un vencimiento de deuda pueda refinanciarlo. Esto se puede hacer rapidísimo, en 24 horas, no necesita grandes debates ni leyes que duran dos años. Lo más importante es tomar decisiones”, señaló en una clarísima referencia a la necesidad de que el BCE intervenga en los mercados para ayudar a los que tienen problemas, como España.

En el Ejecutivo siempre hubo mucho debate interno sobre las consecuencias que podía tener para España la victoria del socialista François Hollande en Francia. Muchos pensaban que podía beneficiar los intereses de Rajoy porque presionaría a Merkel para impulsar políticas de crecimiento que convienen a España. Otros, los progermánicos, colocados entre las personas más cercanas al líder, insistían en la apuesta inicial de fijar un pacto de hierro con Angela Merkel.

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Rajoy parece haber dado la razón a estos últimos. En la formidable batalla política que se está fraguando en el corazón de Europa, cuyos equilibrios han quedado trastocados por la victoria de Hollande, Rajoy se ha colocado claramente con Merkel, cada vez más aislada internacionalmente.

Con Barack Obama no habló de los bancos, sino de “cómo está el euro”

Detrás hay una estrategia, explican los suyos en privado, que quedó bastante clara este lunes en la rueda de prensa de Rajoy en Chicago. Los asesores del presidente están convencidos de que la única solución a la crisis que atraviesa la deuda española pasa por el Banco Central Europeo. El Gobierno español quiere que el BCE inyecte más liquidez a la economía y que compre deuda de los países que cumplen con la austeridad, como España. Y creen que la única con peso real para presionar al BCE es Merkel, ya que las decisiones clave del banco están dominadas por los alemanes y algunos de sus aliados nórdicos, a pesar de que lo presida un italiano, Mario Draghi.

Por eso Rajoy, en lugar de aliarse con Francia, Italia y otros países con problemas para presionar a Merkel, ha optado por acercarse todo lo posible a la canciller y no generarle ningún problema. Hasta el punto de que Rajoy ni siquiera expresa mucho entusiasmo en este momento por los eurobonos que Hollande va a plantear el miércoles en Bruselas, y que interesarían a España porque implicarían bajar el coste de la deuda. Merkel no quiere hablar de eurobonos, y Rajoy, sin rechazarlos —no tendría sentido— trata de esquivarlos y así evita molestarla.

“No están en el orden del día de la cumbre [del miércoles]. Es muchísimo más urgente resolver los problemas de estabilidad financiera. Los eurobonos necesitarán un debate y un tiempo. Además ¿Qué eurobonos? ¿El alemán responde del bono del griego? Si queremos hablar de eurobonos, yo encantado, pero hay que resolver los problemas del momento”, remató metiendo aún más presión al BCE. En otro momento dijo que se había visto dos veces con el presidente de EE UU, Barack Obama, y aunque, según su versión, no hablaron de la situación de los bancos españoles —Rajoy huye de la idea lanzada por Hollande de que la UE rescate el sistema financiero español— sí lo hicieron de “cómo está el euro”. “Liquidez y claridad y fuera dudas en el euro, es lo que necesitamos”, insistió el presidente.

El líder del PSOE le presiona para que se acerque a Hollande

A cambio, claro, Rajoy se vende a sí mismo como el mejor alumno de la austeridad y de nuevo apoya las tesis de Merkel: “La austeridad y el crecimiento son compatibles, y la prioridad absoluta es la reducción del déficit público”.

Mientras Rajoy en Chicago apuesta por Merkel, en España Alfredo Pérez Rubalcaba le presiona para que se acerque a Hollande. Cansado de que el presidente no le llame —la relación se ha tensado mucho— Rubalcaba intentó este lunes hablar con Rajoy para pedirle que apoye los eurobonos y que pida que se retrase el objetivo del 3% más allá de 2013. El presidente le llamará, pero sin entusiasmo alguno. “También me ha llamado Duran, y también le contestaré”, minimizó.

Mientras Rajoy busca en Chicago soluciones, en España las cosas se complican, sobre todo en la banca. Las entidades financieras siguen sufriendo en la Bolsa. El Gobierno intenta frenarlo entregando a dos compañías privadas, en medio de una gran polémica por sus intereses y su trayectoria, la evaluación del sistema financiero. Y el ministro de Economía, Luis de Guindos, anuncia que Bankia va a necesitar otros 7.500 millones de euros para recapitalizarse, que llegarán del dinero público.

A pesar de eso, el PP insiste en impedir una comisión de investigación en el Congreso, y no acepta ni siquiera que comparezcan los responsables. Solo que el propio Guindos dé explicaciones generales mañana en una comisión de Economía.

El propio Rajoy citó los casos de CCM, Cajasur y CAM y defendió así esta decisión con un argumento casi vengativo que el PP ha utilizado estos días: si el PSOE no permitió que el socialista Juan Pedro Hernández Moltó, presidente de CCM, compareciera en el Congreso, ¿por qué iban a hacerlo el PP con Rodrigo Rato, Miguel Blesa o José Luis Olivas? Lo peor que les puede pasar es lo que le sucedió este lunes a este último: que les fuercen a dimitir. Pero nada de explicaciones públicas: Olivas, como Rato, envió a la prensa un comunicado reivindicando su gestión.

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