Pablo Iglesias se esconde

Pablo Iglesias subió al escenario del velódromo de Dos Hermanas (Sevilla) la noche del pasado 20 de marzo. Desde allí llamó a los suyos a confiar en un sprint en la recta final de las elecciones andaluzas. Y desapareció para desvincularse de un resultado que certificó la importante irrupción de Podemos en esa comunidad (15 diputados, tercera fuerza), pero por debajo de sus expectativas. Tras conocer los datos, Iglesias solo felicitó con tibieza a Teresa Rodríguez a través de su cuenta de Twitter. Recurrió a un verso de Antonio Machado —“se hace camino al andar”— y no volvió a pronunciarse públicamente sobre esos comicios.

Pese a haber continuado con su trabajo en el Parlamento Europeo, el silencio ha convertido a Iglesias en el único líder de un partido político que ha optado por desaparecer del mapa en estas últimas dos semanas. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy; Pedro Sánchez, secretario general de los socialistas; Cayo Lara (IU), Albert Rivera (Ciudadanos) o Rosa Díez (UPyD) se han pronunciado sobre los datos de Andalucía, a pesar, en algunos casos, del mal resultado. Iglesias, por el contrario, se desvinculó del primer examen electoral de Podemos en España, evitó ofrecer un análisis y, además, no se implicó personalmente en el proceso de negociación del grupo parlamentario andaluz con el PSOE de Susana Díaz. Ese es el principal frente abierto del partido antes de las elecciones autonómicas y municipales del 24 de mayo. La dirección, no obstante, tratará de pilotar las conversaciones a través de Sergio Pascual, secretario de Organización del partido y hombre de máxima confianza del líder.

El entorno de Iglesias defiende que tomó esa decisión para que fuera Teresa Rodríguez, cabeza de lista en Andalucía, la encargada de analizar los resultados de las elecciones y fijar la posición en la negociación.

El resultado de las elecciones andaluzas debilitó en parte el discurso ganador mantenido hasta ahora por los principales dirigentes de Podemos, y en ese contexto se enmarca esta estrategia. Aun así, todos confían ahora en el factor sorpresa. Y en que el líder, Pablo Iglesias, vuelva a dar la cara.