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Así son los grupos armados que combate Colombia tras la paz con las FARC

Del Clan del Golfo a Los Pelusos, el nuevo crimen organizado trata de ocupar el espacio de la guerrilla

Francesco Manetto
Detención de ocho integrantes del Clan de Golfo en el departamento de Antioquia.
Detención de ocho integrantes del Clan de Golfo en el departamento de Antioquia.Policía de Colombia (EFE)

La firma del acuerdo de paz ente el Gobierno de Juan Manuel Santos y las FARC, que están a punto de convertirse en partido político, ha abierto una nueva etapa de convivencia en Colombia. La guerra que azotó el país durante más de cincuenta años ha terminado y ha disminuido la violencia, pero en el país siguen operando grupos armados que amenazan la seguridad, sobre todo de los entornos rurales, y avanzan en los territorios abandonados por la guerrilla. Mientras el Estado negocia un alto el fuego con el Ejército de Liberación Nacional, la segunda organización insurgente colombiana, las autoridades centran sus esfuerzos en la contención de las bandas criminales que viven principalmente del narcotráfico y de la minería ilegal.

La Fundación Ideas para la Paz (FIP) ha publicado esta semana una radiografía de estos “saboteadores armados en tiempos de transición”. El organismo concluye que “es muy difícil saber con exactitud de qué tamaño es el crimen organizado”, también por la “falta de claridad” en las clasificaciones oficiales. No obstante, el estudio, en palabras de su directora, María Victoria Llorente, “permite entender que el fenómeno del crimen organizado se concentra cada vez más en lo local y esto es esencial para poder diseñar políticas públicas acertadas”. En Colombia existen al menos tres grandes grupos de estas características: el Clan del Golfo, Los Puntilleros y Los Pelusos y, según las fuerzas de seguridad, tienen presencia en 13 de los 32 departamentos del país y en 132 municipios.

La Fundación Ideas para la Paz explica que a estas organizaciones se añaden en el territorio “grupos delincuenciales organizados o GDO y saboteadores armados”. “Son grupos de menor envergadura, con alcance territorial limitado, pero con capacidad para enfrentar o resistir la acción del Estado y, sobre todo, de afectar la seguridad de las personas”, alerta el organismo. Los integran paramilitares desmovilizados, desertores de las guerrillas, sicarios, pandilleros y delincuentes comunes. Se trata de Los Rastrojos, La Cordillera, Los Buitragueños, Los Botalones, Los Caqueteños, Los Costeños, Los Pachenca y el Clan Isaza.

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Sobre la firma

Francesco Manetto
Es editor de EL PAÍS América. Empezó a trabajar en EL PAÍS en 2006 tras cursar el Máster de Periodismo del diario. En Madrid se ha ocupado principalmente de información política y, como corresponsal en la Región Andina, se ha centrado en el posconflicto colombiano y en la crisis venezolana.

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