Clinton incumplió las normas al usar un correo electrónico privado en el Departamento de Estado
La candidata demócrata ignoró las medidas de seguridad al no emplear la cuenta oficial
Una investigación interna del Departamento de Estado ha concluido que la candidata demócrata a la presidencia de Estados Unidos, Hillary Clinton, ignoró medidas de seguridad en el uso del correo electrónico durante su etapa al frente de la diplomacia norteamericana. La exsecretaria de Estado, según concluye el informe revelado este miércoles, no cumplió con las indicaciones técnicas ni pidió permiso, como tampoco lo hicieron varios de sus predecesores, y nunca hubiera sido autorizada a utilizar una cuenta de correo personal “por el riesgo de seguridad” que representa.
La campaña de Clinton respondió en un comunicado que esta práctica “no era exclusiva” de la exsecretaria y reconoció que las conclusiones de la auditoría pueden alimentar nuevos ataques por parte de sus rivales en la campaña, Bernie Sanders, con quien disputa la nominación, y el republicano Donald Trump. La auditoría realizada por los auditores del Departamento de Estado ha avanzado en paralelo a la abierta por el FBI, que puede extenderse hasta este verano.
Las dos investigaciones se centran en dos aspectos: el uso de una cuenta de correo electrónico personal por parte de la exsecretaria de Estado y el hecho de que esos mensajes estuvieran alojados en un servidor en el sótano de su vivienda en Nueva York. Si Clinton envió o recibió mensajes clasificados, pudo poner en riesgo la seguridad de la información al no estar albergada y por tanto protegida en las instalaciones del Departamento.
El informe asegura que Clinton empleó una cuenta personal como algunos de sus predecesores, pero que nunca pidió permiso legal para hacerlo a los funcionarios del Departamento de Estado. Los auditores defienden que nunca hubiera sido autorizada “por el riesgo de seguridad” que conlleva este tipo de práctica y que “no es el método adecuado” de comunicación.
“Para cuando Clinton comenzó su mandato, las indicaciones del Departamento ya eran considerablemente más detalladas y sofisticadas”, dice el informe, que pide evaluar las prácticas de la exsecretaria de Estado en materia de ciberseguridad de acuerdo con las medidas más actuales, no las de sus predecesores. Clinton lideró la diplomacia estadounidense desde enero de 2009 hasta diciembre de 2013.
Los auditores reconocen que la institución ha sufrido “debilidades sistemáticas” a lo largo de su historia que han puesto en riesgo las comunicaciones. Su informe cuenta con declaraciones de sus predecesores Madeleine Albright, Colin Powell y Condoleezza Rize, así como de su sucesor, John Kerry. Tanto Clinton como sus asesores más cercanos denegaron las entrevistas solicitadas por el inspector del Departamento de Estado encargado de la auditoría.
La exsecretaria ha reconocido en varias ocasiones que instalar un servidor de correo electrónico en su propia casa fue un error, pero siempre ha defendido que no envió información clasificada. Clinton entregó en 2014 a las autoridades 30.000 mensajes que están siendo estudiados. 2.000 de esos intercambios sí fueron considerados como “información clasificada” a posteriori. A pesar de su colaboración con las autoridades —se espera que sea entrevistada en las próximas semanas— Clinton admite haber eliminado otros 32.000 mensajes que consideró “personales”, levantando nuevas sospechas sobre la legalidad de estas prácticas cuando estaba al frente del Departamento de Estado.
Según los auditores, Clinton debería haber protegido el contenido de estos mensajes imprimiendo una copia de todos ellos y entregándola después al Departamento cuando abandonó el cargo a finales de 2013. La exsecretaria cedió sus archivos más de un año después, cuando salió a la luz que manejaba una cuenta de correo electrónico personal. La candidata deberá enfrentarse todavía a las conclusiones de la investigación del FBI y a varios casos judiciales que reclaman la publicación de sus comunicaciones de acuerdo con la Ley de Libertad de Información.
Nuevos ataques
Las conclusiones de la auditoría amenazan con convertirse en un nuevo dolor de cabeza para la candidata demócrata, que ya ha recibido varios ataques por parte del aspirante republicano, Donald Trump. Clinton espera consolidar su nominación en las próximas semanas y, mientras que su contrincante más directo, Bernie Sanders, rechazó desde un principio utilizar esta investigación como argumento contra ella, Trump ha ido mucho más lejos y asegura que “no debería poder presentarse como candidata a la presidencia”.
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