El FBI compró una herramienta para entrar en el iPhone de San Bernardino
El director de la agencia estadounidense revela que todavía están debatiendo si compartir el método con Apple
El director del FBI James Comey reveló este miércoles que la agencia de investigación estadounidense adquirió una “herramienta” para acceder al contenido del teléfono empleado por el terrorista de San Bernardino, cuyo ataque en la localidad de California terminó con la vida de 14 personas.
“El litigio entre el Gobierno y Apple sobre el teléfono de San Bernardino terminó porque el Gobierno ha comprado, a una tercera parte, la manera de entrar en el dispositivo”, admitió Comey. El FBI anunció a finales de marzo que había encontrado la manera de entrar en el teléfono, pero hasta ahora no se sabía cómo.
La revelación abre un nuevo episodio en la polémica causada por la petición del Gobierno de Estados Unidos a Apple, empresa fabricante del teléfono, para que revelara cómo ‘hackear’ el dispositivo, y la consecuente negativa de la compañía. La pugna comenzó en los tribunales, pero el FBI retiró la querella nada más revelar que había encontrado otra manera de acceder al dispositivo.
Las palabras de Comey añaden también nuevas dudas sobre hasta dónde puede llegar una agencia gubernamental en su acceso a la información privada de los ciudadanos y si el FBI, la primera en comprar la herramienta en este caso, podrá compartirlo con departamentos locales de policía. La agencia Reuters adelantó la semana pasada que, según documentos internos del FBI, la agencia federal sólo compartirá la herramienta “dentro de los límites que le impone la ley”.
En cuanto a los límites de la herramienta adquirida, según el director del FBI, el programa solo sirve para descifrar “un número muy limitado” de modelos de iPhone y aún no han determinado si compartirán la información con Apple.
“Todavía estamos deliberando”, declaró Comey durante una charla en la Universidad de Kenyon, en Ohio. El director del FBI reconoció que la agencia duda si revelar en qué consiste la herramienta porque el fabricante “podría arreglarlo y volveríamos a estar en el mismo lugar donde empezamos”.
El caso del teléfono de San Bernardino ha puesto de manifiesto el enfrentamiento entre el Gobierno estadounidense, las empresas de tecnología y los grupos en defensa de la privacidad de los datos de los ciudadanos, en la última frontera de los derechos en internet. Mientras el Senado de EE UU prepara una ley para regular la encriptación de los datos digitales y asegurar que las fuerzas de seguridad tienen acceso a ellos en la lucha contra el crimen, empresas como Apple intentan impedirlo.
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