La UE fracasa en pactar el reparto de 40.000 refugiados en julio
Las ofertas de acogida solo llegan a 35.000. España acepta a unos 1.300, menos de un tercio de lo que pedía Bruselas
Europa ha fracasado en hacer cuadrar la cifra de 40.000 potenciales refugiados arribados a las costas italianas o griegas que se comprometió a redistribuir por el continente. Los ministros del Interior de la UE han tratado este lunes de sellar el compromiso que alcanzaron en la tensa cumbre de jefes de Estado y de Gobierno celebrada a finales de junio: repartir a esos 40.000 extranjeros y acoger a 20.000 más desde países terceros. Esta segunda meta se ha superado, según explican distintas fuentes diplomáticas, mientras la primera ha quedado lejos del objetivo: 35.000. La resistencia de España y algunos países del Este a acoger a demandantes de asilo ha obstaculizado los trabajos.
El Gobierno español ha ofrecido acoger a 1.300 de los refugiados llegados a Italia y Grecia. En el esquema que había perfilado la Comisión Europea de acuerdo con criterios económicos y demográficos y que los Estados miembros rechazaron, a España le hubiesen correspondido unos 4.300. El Ejecutivo de Mariano Rajoy, en cambio, se sitúa en línea con lo pedido por Bruselas en el apartado de refugiados seleccionados en otros países, al ofrecer disponibilidad por alrededor de 1.500 sobre un total de 20.000.
Alemania, Francia y Suecia —precisamente los países que figuran a la cabeza en demandantes de asilo en la UE— han sido de los pocos que han aceptado las cifras de la Comisión de extranjeros de Italia y Alemania de los que les asignaba la UE (y en el caso de Suecia acepta más). La tendencia a la baja de otros muchos ha impedido lograr la cifra a la que se comprometieron por escrito. Fuentes diplomáticas restan importancia a la falta de acuerdo en julio porque la acogida se irá aplicando ya con los 35.000 sobre los que existe acuerdo. El resto espera lograrse en diciembre. Aun así, la decisión denota la falta de compromiso político sobre un asunto que pone a prueba los valores europeos.
Los Estados miembros rechazaron las llamadas cuotas impuestas por la Comisión Europea, que diseñó en mayo una distribución de extranjeros entre países combinando cuatro criterios. En su lugar, decidieron aceptar la cifra propuesta pero consensuar entre las capitales la fórmula de reparto. Esa idea ha dificultado enormemente la tarea porque casi todos los países han ofrecido acoger a menos demandantes de asilo de los que les asignó Bruselas. El ministro español del Interior, Jorge Fernández Díaz, ha declarado este lunes estar "en radical desacuerdo" con esta solución comunitaria porque, en su opinión, genera efecto llamada entre los extranjeros y las organizaciones que los trasladan a través del Mediterráneo. También ha comparado el programa de reubicación con una casa "con muchas goteras que inundan distintas habitaciones" y en la que se opta por "distribuir el agua entre habitaciones en lugar de taponar".
España y Austria son los únicos países que no habían informado previamente a sus colegas de cuántos refugiados están dispuestos a acoger bajo este programa. Las cifras las han dejado para esta tarde, en el encuentro ministerial convocado exclusivamente para cerrar uno de los mayores retos a los que se enfrenta Europa: compartir responsabilidades en el drama migratorio.
“En la actualidad, la cuestión migratoria la están afrontando solo cinco países en Europa. Eso es algo que tenemos que cambiar”, ha asegurado la secretaria de Estado de Interior alemana, Emily Haber, a su entrada a la reunión de ministros. Además de Italia y Grecia, que son los países beneficiados por el reparto de parte de los demandantes de asilo que llegan a su territorio, Alemania ha sido el principal promotor de este esquema de reparto. Este país recibe un tercio de las demandas de asilo de toda la UE porque su sistema es más ventajoso que otros y le interesa que se establezca un reparto que desplace una porción de esa carga a otros países.
A la espera de conocer cuántos potenciales refugiados asume cada Estado en el plazo de dos años, Hungría es el único país que no ha ofrecido ninguna plaza, según las fuentes consultadas. Sus colegas parecen dispuestos a admitirlo porque este territorio experimenta ahora la mayor presión de llegadas a través de sus fronteras. Un total de 50.000 personas llegaron a Hungría en los cinco primeros meses del año, más que a Grecia y a Italia (por separado). Son datos de Frontex, la agencia europea de fronteras, aunque ofrecen el matiz de que prácticamente la mitad de los registrados en Hungría habían entrado previamente a la UE por Grecia y luego cruzaron los Balcanes para volver de nuevo a territorio comunitario por Hungría.
Las nacionalidades de estos potenciales refugiados que Europa pretende distribuir coincidirán con la propuesta del Ejecutivo comunitario: sirios y eritreos, aunque probablemente ahora también los iraquíes respondan a los requisitos establecidos.
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