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Las palabras que nos ayudan a evitar tentaciones

No siempre ponemos atención en lo que nos decimos para influir en nuestras decisiones. El lenguaje es crucial, incluso para darnos fuerzas

Estamos rodeados de tentaciones. Están por todas partes, aunque no todas causan el mismo efecto. Nos gusta caer en unas; pero otras, preferiríamos evitarlas. Entre esos deseos encontramos fumar, comer una tarta de chocolate o pasarnos el día tirados en el sofá viendo series de televisión. Todos hemos intentado sortear una tentación que no nos conviene, ya sea por salud o por bienestar personal. Y, posiblemente, no siempre lo hayamos conseguido. En la Universidad de Houston y en Boston College han analizado un nuevo enfoque para darnos nuevas herramientas con las que lograrlo.

Los investigadores unieron a un grupo de personas que querían superar una tentación determinada, bien relacionada con el tabaco, la comida o con la gestión del tiempo. A una parte de ellos se les pidió que, cada vez que se enfrentaran a la tentación, dijeran “no puedo”. Es decir, que lo vivieran como una norma impuesta. A un segundo grupo se les dijo que, ante la misma situación, respondieran “no lo hago”. Que se plantaran ante el estímulo. Es decir, “no fumo”, “no como pasteles de chocolate” o “no pierdo mi tiempo frente al televisor”. Con estas indicaciones, y pasadas cuatro semanas, se observaron los resultados.

Solo el 10% del primer grupo, al que se le había dicho que no podía caer en la tentación, fue capaz de evitarla. Esto significa que el 90% se entregó a la causa y no consiguió superarla. Sin embargo, el 80% del grupo que debía decir ante la tentación “no lo hago”, logró sortearla. Tan solo el 20% restante sucumbió. La conclusión es sencilla: las palabras importan.

Habitualmente se ha puesto el énfasis en cómo transmitimos las cosas para tener una mayor influencia o abordar conversaciones difíciles, pero no siempre ponemos atención en lo que nos decimos a nosotros mismos para influir en decisiones que nos convienen, pero que nos cuestan. El lenguaje es crucial, incluso para darnos fuerzas. Si nos estamos machacando diariamente, será muy difícil que podamos encontrar energía para, por ejemplo, evitar comernos una tarta de chocolate. Aprender a tratarnos adecuadamente es un paso fundamental para sentirnos mejor con nosotros mismos. Por eso es importante observar nuestro diálogo interior, especialmente en los momentos complicados, y hacernos una pregunta importante: ¿le hablaría así a una persona que aprecio?

Otra conclusión interesante que se extrae del estudio es la fuerza que tiene lo que nos decimos cuando se apoya en la identidad, en quiénes somos. Las normas son externas, algo que nos viene de fuera. Sin embargo, si la decisión la tomamos por criterios internos, porque yo no fumo o yo no hago daño a las personas, llevándonoslo a otros aspectos conseguimos más energía. Si, además, está alineado con nuestros valores, la decisión es aún más potente. Por tanto, ante un desafío o una tentación, ¿cómo nos vemos a nosotros mismos? ¿La norma es impuesta o nace de nosotros y de nuestros valores? Ya sabemos que a nadie le gusta cambiar, pero si el deseo nace de uno mismo, tenemos superada la primera barrera de partida.

Pilar Jericó es emprendedora, escritora, conferenciante, doctora en Organización de Empresas y divulgadora de investigaciones sobre el comportamiento humano. www.pilarjerico.com

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