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Las Tablas de Daimiel, en peligro El parque nacional de Las Tablas de Daimiel lo tiene difícil, porque el acuífero del que depende acumula un déficit de 1.125 hectómetros cúbicos con respecto al nivel de 1980 y sigue bajando debido a la sobreexplotación al que le someten las explotaciones agrícolas Dos personas pasan por una de las pasarelas que recorren el parque nacional de las Tablas de Daimiel para la visita. El agua debería llegar hasta el borde del camino si la laguna estuviera inundada KIKE PARA Panorámica desde uno de los observatorios de aves que se encuentran diseminados por Las Tablas de Daimiel. Esta es una de las lagunas que se encuentran secas, debido a que en estos momentos solo está inundado el 26% (450 hectáreas de las 1.750 posibles) KIKE PARA Una de las barcas que se utilizaban para navegar por las Tablas, discurre entre los carrizos en uno de los canales que permanecen inundados este invierno. El año pasado el parque nacional recuperó la población de ovas, algas que conforman la base de la cadena trófica y que son vitales para la supervivencia de la avifauna que inverna y nidifica en el entorno natural siempre que haya agua KIKE PARA Un grupo de cigüeñas en una de los espacios inundados del parque nacional con una dehesa al fondo. Gracias al periodo húmedo excepcional que vivió el espacio protegido entre diciembre de 2009 y 2013, regresaron a la zona en 2010 unas 23.000 aves, aunque problemas de contaminación urbana y agrícola posteriores llevaron a un importante descenso de la avifauna KIKE PARA Una de las casetas para el avistamiento de aves con las que cuenta el parque nacional, aunque este invierno la laguna frente a la que se encuentra está completamente seca. KIKE PARA El director del Parque Nacional de las Tablas de Daimiel, Carlos Ruiz de la Hermosa, a la izquierda, charla con Miguel Mejías, jefe del Área de Hidrogeología Aplicada del Instituto Geológico Minero de España (IGME). KIKE PARA Otra de las áreas de inundación del parque nacional que permanece vacía. Las Tablas de Daimiel constituyen la única llanura de inundación de clima semiárido que sobrevive en Europa, y conforman un ecosistema que depende de los desbordamientos de los ríos Guadiana y Gigüela y del estado del acuífero 23 KIKE PARA Una pluma de un ave atrapada en las hierbas secas. Cuando las Tablas están llenas se desarrolla una importante cubierta vegetal que forma un excepcional hábitat para la avifauna ligada al medio acuático. KIKE PARA La línea negra que separa el agua de la vegetación está formada por decenas de oscuras fochas agrupadas para entrar en calor en un día invernal y ventoso en enero. KIKE PARA Un pastor conduce a su rebaño de ovejas por el entorno protegido. KIKE PARA La cigüeña es una de las especies que nidifica en Las Tablas de Daimiel. El entorno acoge también a garzas, garcillas, martinetes y todo tipo de anátidas ibéricas, que se pueden observan dependiendo de la época en la que se visite el parque nacional KIKE PARA El director del Parque Nacional, Carlos Ruiz de la Hermosa, anda por una de las lagunas que se encuentra vacía. En condiciones naturales, que ya no se dan, circulaban entre Los Ojos del Guadiana y las Tablas 66 hectómetros cúbicos anuales, ahora, en el mejor año (2014) fueron 11 y en 2019 se prevé que este caudal disminuya a entre 0,4 y 0, muy lejos de los 38 que establece el Plan Hidrológico del Guadiana vigente KIKE PARA El humedal de Daimiel tiene una capacidad de encharcamiento de 1.750 hectáreas, de las que están llenas en la actualidad 450, un 26% del total KIKE PARA