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Se buscan camareras guapas, altas, y solteras

Una oferta de empleo para una discoteca de Benidorm pide camareras con buen físico y sin "rollos ni novios enfermos celosos"

El 'timeline' de Facebook de Julio Granado.
Isabel Valdés

Julio Granado, encargado de la discoteca Richard New Look de Benidorm, coloca varios emojis tristes en una de sus últimas publicaciones de Facebook. Es un vídeo en el que afirma no entender por qué más de una, y de uno, se ha tomado a mal su oferta de empleo. Pide camareras guapas, con buen físico, simpáticas y solteras. Lo de solteras es imprescindible, porque no quiere rollos ni novios enfermos y celosos que las esperen a la salida, y mucho menos que las controlen en la barra. Al final del anuncio pareció recordar un requisito más: hay que ser alta, y si no lo son, tendrán que trabajar en tacones o con plataformas.

El anuncio, publicado la noche del domingo 4 de junio, empezó a recibir críticas de forma casi inmediata, tantas que el propio Granado (apodado El Feroz) lo eliminó de las redes sociales. Este lunes 5 de junio decidió que tenía que dar alguna explicación y, sobre todo, defenderse de las mujeres, "que se han vuelto locas". En tres minutos y 13 segundos emite su discurso, en él repite varias veces que nunca le ha faltado al respeto a una mujer, ni siquiera con el anuncio en cuestión, lo cual de por sí supone una incoherencia. Pero él, que parece cincelado por la factoría Mujeres y hombres y viceversa, pide que recapacitemos (las mujeres, en general).

Si alguien se para diez minutos a recapacitar sobre este anuncio y sobre la argumentación posterior de ese futuro jefe, probablemente no sepa por dónde meter mano a tan prolífica sarta de comentarios machistas. En unas cuantas palabras y un vídeo corto caben todos y cada uno de los clichés sobre la mujer, sobre el mundo de "la noche", y sobre la mezcla de ambos. Es la constatación de que todavía hay quien no es capaz de reconocer el machismo, ni aunque le esté cayendo encima; prueba de ello es no solo el vídeo, sino la cantidad de comentarios que "entienden" y jalean las explicaciones.

Los requisitos físicos, tan comunes en esos trabajos que Granado llama "la noche", son solo una de las muchas piedras que las mujeres tienen que esquivar en ese mundo nocturno, y que en este caso se podría ampliar a las azafatas de marcas de bebidas alcohólicas, a las encargadas de repartir flyers, y si apuran, como en este caso, a las responsables del ropero. La realidad es que para ser camarera hay otras características mucho más imprescindibles, como medir bien las copas, tener memoria y ser rápida. Pero ese mundo, también rebosante de hombres, decidió en algún momento que hay que estar buena, y nada más.

Añadidas el resto de advertencias, la situación solo puede volverse más oscura. Él, que ya ha visto muchas veces cómo llega alguien a "tirarle los trastos" a la camarera, y cómo aquello acaba en pelea con el novio en cuestión, y cómo ella termina llorando y yéndose, no comprende por qué puede sorprenderle a nadie que no quiera empleadas solteras.

El anuncio en cuestión, que ya ha sido eliminado de las redes sociales.
El anuncio en cuestión, que ya ha sido eliminado de las redes sociales.

Esa sucesión de hechos, que parece tan obvia como predecible para Granado, es la constatación, bastante triste, de varias obviedades que muchos, en sus arrebatos virtuales, han denominado "chungas". Y sí, algunas de ellas son bastante chungas. La mujer adorno, expuesta como si fuese carne fresca en una vitrina, que ponga copas rápido, sonría ante los "piropos" y no dé problemas; los novios celosos, esos que acaban a tortazo limpio porque creen que su novia es de su propiedad; los clientes que, naturalmente, irán a "tirarle los trastos" a la camarera y a ligar, algo que coloquialmente se llama "baboso". Y la guinda, la aceptación de todo ello y el intento por justificarlo como lógico. "Si tienes un novio loco, celoso y enfermo ya sabes que no vas a poder trabajar en la noche", arguye Granado, que también apunta que hay chicas con novios "normales".

Ya al final del vídeo, para terminar de rematar el zurcido argumental, explica que su discoteca tiene algunas barras altas, de ahí la necesidad de llevar tacones, "para dar una imagen mejor", razonamiento aderezado con un movimiento de manos que marca justo la altura del pecho. Pero en ningún caso él ha querido ofender, y pide perdón en el vídeo más de una vez a aquellas mujeres que se hayan podido sentir ofendidas.

Solo hay una cosa en la que tiene razón Granado: nadie quiere un novio así para su vida, pero no porque fastidien el negocio, sino porque nos fastidian la vida. 

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Sobre la firma

Isabel Valdés
Corresponsal de género de EL PAÍS, antes pasó por Sanidad en Madrid, donde cubrió la pandemia. Está especializada en feminismo y violencia sexual y escribió 'Violadas o muertas', sobre el caso de La Manada y el movimiento feminista. Es licenciada en Periodismo por la Complutense y Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS. Su segundo apellido es Aragonés.

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