Hacia atrás
En España la crisis ha castigado de manera particular a los colectivos más desfavorecidos
La economía española avanza con fuerza, pero para algunos españoles la vida va hacia atrás. No es un análisis populista. Es lo que se desprende de las estadísticas de la OCDE. Este organismo internacional alaba la recuperación económica, pero señala también nuestros pecados. Pero no hacemos caso. Unos por patriotismo mal entendido y otros por rechazo a las autoridades tecnocráticas, nadie escucha el mensaje de fondo que nos lanzan desde fuera.
En España la crisis ha castigado de manera particular a los colectivos más desfavorecidos. Con la excepción de Grecia, en ningún país de la OCDE han caído tanto los ingresos del 10% de ciudadanos con menos recursos. Tenemos una de las tasas de pobreza más altas y, si la calculamos en referencia a la renta de 2005, de nuevo solo nos supera Grecia en este triste indicador.
Muchos españoles viven en la incertidumbre. Somos el país donde menos empleados temporales se convirtieron en fijos durante 2015. Para rematarlo, seguimos sufriendo un paro demasiado alto y una productividad demasiado baja.
Nuestro país sale de la Gran Recesión cojo. Pero la acción de gobierno —de cualquier color y a cualquier nivel administrativo— ha ignorado el desajuste entre beneficiados y perjudicados por la crisis y la recuperación. Más allá del postureo y medidas cosméticas, el objetivo ha sido cuadrar las cuentas en lugar de los desequilibrios sociales.
Si acaso, las grietas estructurales de nuestro Estado de bienestar se han agrandado. Tras Grecia e Italia, somos el país donde el 10% más pobre recibe una proporción menor de las transferencias sociales. No llega al 5%, mientras, por ejemplo, en Finlandia supera el 20%. En España quien recibe más del 20% de las transferencias es el 10% más rico. Robin Hood, pero al revés.
Por un lado, dejamos de lado a los grupos más vulnerables. Si los países de la OCDE de media destinan un 1,2% del PIB a transferencias a las familias, España dedica solo un 0,5% —un dato particularmente grave dada nuestra elevada pobreza infantil—. Por el otro, nuestras pensiones son de las más generosas de la OCDE.
No es que miremos el retrovisor. Es que vamos hacia atrás. @VictorLapuente
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