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Aletta Jacobs, una feminista incansable

Un doodle recuerda a la activista por los derechos de las mujeres a 163 años de su nacimiento

Aletta Jacobs
Aletta Jacobs

Cuando era pequeña, Aletta Jacobs decidió que quería ser médica, igual que su padre. Así empezó un camino para librar todos los obstáculos que enfrentaban las mujeres en la segunda mitad del siglo XIX en los Países Bajos, desde las trabas para estudiar una carrera hasta lograr el voto femenino en su país. Google conmemora 163 años de su nacimiento con un doodle sobre esta feminista holandesa que perfeccionó el método anticonceptivo del diafragma.

Aletta Jacobs nació el 9 de febrero de 1854 en la pequeña localidad de Sappemeer, y fue la octava de doce hermanos en una familia judía. En su pueblo, ninguna mujer había hecho estudios secundarios, pero ella aprendió idiomas en su casa y solía acompañar a su padre en sus consultas como médico rural. Así, en 1870 aprobó un examen que la certificaba como ayudante de farmacia y escribió al ministro de Educación holandés para solicitar permiso para estudiar en la Universidad de Groninga, según la web dedicada a su biografía alettajacobs.org. No solo lo consiguió, sino que en 1878, con solo 24 años, se convirtió en la primera mujer en convertirse en médica y un año después, la primera en obtener un doctorado.

Desde la universidad, Aletta Jacobs se había interesado en promover los derechos de las mujeres, y al terminar sus estudios pasó una temporada en Londres, donde comenzó a reunirse con feministas que promovían el control de la natalidad y el sufragio universal. Regresó a los Países Bajos a vivir en Ámsterdam donde puso una clínica para atender a personas de bajos recursos y que fue pionera en promover la planificación familiar. Trabajó para mejorar y perfeccionar el diafragma y lo distribuyó a muchas de sus pacientes. Se retiró de la medicina cuando llegó al 25 aniversario de su doctorado, en 1904.

El activismo de Aletta Jacobs había ido creciendo todos esos años. En 1884 fundó la Asociación Holandesa para el Sufragio de la Mujer, poco después de que no le permitieran votar en unas elecciones locales. Hizo alianzas con mujeres sufragistas de otros países europeos y realizó giras internacionales promoviendo la igualdad. Su lucha dio frutos cuando en 1919 se aprobó en los Países Bajos el derecho de las mujeres a votar.

Con muchos de sus objetivos logrados y un importante legado también a favor de la paz mundial y la educación sexual, Aletta Jacobs murió el 10 de agosto de 1929, a los 75 años. Su figura ha sido recordada en su país en numerosos libros e incluso una película documental filmada en los 90.

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